Noticias

05 de enero de 2019

50 años del PCR

El 21 de diciembre celebramos los 50 años del Partido Comunista Revolucionario de la Argentina, con un gran acto en All Boys.

Transcribimos los discursos completos de los compañeros que hablaron en el mismo: Rodolfo Schwartz, Carolina Antognini, Luciano Alvarez, Mercedes Meier,  Rosa Nassif, Juan Carlos Alderete y Jacinto Roldán.

 

Rodolfo Schwartz. Secretario del PCR del Chaco y presidente del PTP provincial, e integra el Comité Central del PCR.

Celebramos 50 años de nuestro Partido Comunista Revolucionario, luchando por la unidad obrero-campesina y popular, para una salida revolucionaria para nuestro pueblo y nuestra patria.

Ante tanta traición revisionista, mantenemos en alto las banderas y enseñanzas del Marxismo- Leninismo-Maoísmo, como una guía para la acción, para analizar la realidad y elaborar nuestra línea.

Según los medios periodísticos del Chaco, con la Marcha el Chaco dice ¡Basta! se produjo la lucha más grande de los últimos 15 años en la provincia. Lo hicimos porque el gobierno oligarca y vendepatria de Macri, había aprobado el Presupuesto Nacional 2019 a la medida del FMI, con más ajuste, más hambre y más entrega. El mismo Macri reconoció que los próximos meses serán peores. No estamos dispuestos a pagar la fiesta de un grupo de oligarcas y de imperialistas que se hacen un festín con las riquezas de nuestra patria para hacer sufrir a nuestro pueblo.

Endeudaron el país en 150 mil millones de dólares, por cinco generaciones para que un puñado de grupos económicos poderosos se lleven miles de millones, poniendo la plata al 70% de interés. Se la llevan con pala sin hacer absolutamente nada, mientras crece el hambre, crece la desocupación en la Argentina, y se benefician a las mineras, petroleras y los grandes terratenientes. Para un puñado de grandes imperialistas que se disputan nuestra patria como yanquis, chinos, ingleses, rusos y europeos, que estuvieron hace días acá en el G20, que vinieron a ver qué tajada más sacaban de la Argentina. Los hemos repudiado a lo largo y a lo ancho. No hay imperialismo bueno. Esa es una enseñanza grande, porque hay gobiernos que creen que se pueden apoyar en alguno para salir adelante. No pueden resolver los problemas de sus pueblos, y luego son castigados.

Dijimos ¡basta! en una provincia agraria

Decidimos decirle ¡basta! en una provincia agraria. Decidimos desde el fondo del Chaco, desde El Impenetrable, donde los compañeros, para venir a este acto salieron hace tres días. Porque hay 300 km de tierra para llegar al asfalto. Esos compañeros van a llegar de vuelta el 24, para la Navidad. Hicimos una convocatoria amplia, desde la Federación Nacional Campesina, la Corriente Clasista y Combativa, el Movimiento de Naciones y Pueblos Originarios en Lucha, la CEPA, el PCR, la JCR y el PTP. Hicimos una convocatoria para unir en una declaración política, reivindicativa y programática, a todos los sectores castigados por la política macrista. Una convocatoria que exprese las necesidades de los trabajadores ocupados, desocupados, jubilados, los pequeños y medianos campesinos, los pequeños y medianos industriales y comerciantes, que se están fundiendo todos los días en la Argentina con esta política proterrateniente y proimperialista. Y lo hicimos también para defender las economías regionales, el federalismo y la soberanía nacional.

Hay lugares donde las luchas obreras, desde las fábricas, conmueven una localidad, una zona, una provincia, como Astillero Río Santiago, un ejemplo para todos nosotros, que ha convocado a la unidad multisectorial.

En las provincias agrarias como la mayoría de las nuestras, el papel que juega el campesinado pobre y medio es fundamental en la unidad obrero campesina para la salida revolucionaria que necesita nuestro pueblo y nuestra patria. En ese camino estamos, y esa marcha que planteamos, que llevamos adelante y en la que logramos un triunfo importante está en el marco de ese camino.

Siete mil compañeros caminamos 170 kilómetros. Caminamos cuatro días y acampamos siete en Resistencia con la consigna: “El Chaco dice ¡basta! Macri, no aceptamos tu ajuste, entrega y represión”. Y al gobernador de la provincia le decíamos “¿Peppo, de qué lado estás?”. Ante semejante movilización popular que levantaba un programa como el que dije. Adhirieron desde el principio los dos más grandes gremios del nordeste, los estatales de la UPCP y los docentes del SITECH Federación. También ATE, el Movimiento Evita, y cuatro concejos municipales declararon su adhesión al documento y colaboraron para sostener esa marcha. Porque era necesario decirle basta y ponerse de pie con dignidad para enfrentar esta política de hambre y entrega, que se sepa que no estamos dispuestos a soportar semejante política contra el pueblo.

Un gran ejemplo han sido las mujeres y los jóvenes. Hay que decir que tuvimos que pelear con algunas compañeras, porque no querían aceptar que no podían marchar porque tenían hijos en brazos, los querían llevar en cochecitos, o alzados. Y se enojaban, decían “nosotros necesitamos esa lucha. No podemos esperar estar peor”, y tuvimos que resolver la forma para que esas compañeras pudieran ser parte de esa marcha. Ha sido extraordinario el papel de la juventud, no sólo por su masividad. Hemos tenido que internar, en el recorrido de la marcha, a 24 compañeros en el camino por desmayos, la mayoría jóvenes, mostrando dramáticamente la malnutrición en la que se han desarrollado. Estos compañeros salían de la internación, muchos derivados hasta Resistencia, y los veíamos de nuevo enarbolando las banderas en medio de la marcha, aunque les decíamos que fueran en los vehículos de apoyo. Y no lo aceptaban, lo que muestra que nuestro pueblo está dispuesto a grandes cosas.

Esta lucha logró importantes conquistas ante el hambre que crece. Se van a mantener abiertos en el verano 500 comedores escolares, dirigidos por los padres y comprando la producción de los pequeños campesinos de cada zona. Centenares de merenderos. Logramos semillas y gasoil para los productores, el programa de Techo y Trabajo que ya empezamos a construir la semana pasada. Porque tenemos que concretar cada una de las cosas que conquistamos en un momento donde el gobierno gorila de Macri nos quiere hacer ir para atrás.

Acumular fuerzas para los cambios profundos

Pero cada una de nuestras luchas debemos verlas en un camino de acumulación para los cambios profundos que necesita nuestra Argentina. Y para eso, como decía el querido compañero Mártires López, hacen falta horcones para nuestros movimientos ¿Y que son los horcones en el campo?, son los postes de madera dura que sostienen todo el rancho. Esos horcones son los que ayudan a sostener los movimientos desde un principio, como en la CCC, el movimiento de Originarios en lucha, la Federación Nacional Campesina, o la CEPA. Imprescindibles para alumbrar el camino en esta oscuridad de miseria que nos hacen vivir estos gobiernos, y que no estamos dispuestos a soportarlos.

Hemos hechos grandes cosas en estos 50 años. Siempre a la cabeza de las luchas. Pero para estar a la altura de las actuales circunstancias tenemos que crecer mucho más. Tenemos que ser decenas de miles en el PCR para dirigir millones para la salida revolucionaria que necesita nuestro pueblo y nuestra patria. La influencia y el respeto ganado en estos años de lucha tienen que transformarse en fuerza organizada para lograr los objetivos por los que nos fundamos hace 50 años.

El año que viene son las elecciones. Así como nos esforzamos por unir en las luchas todo lo posible de ser unido, tenemos que hacer grandes esfuerzos por unir todo lo posible de ser unido en las elecciones. Pero con una condición: que el acuerdo sea programático, que sea público. Y para eso se necesita en un frente unidad y lucha y lucha por la unidad. Eso significa defender con firmeza las posiciones y tenemos que lograr los acuerdos necesarios porque hay que terminar con esta política. Y para terminar con esta política hay que terminar con este gobierno gorila del presidente Macri, que entrega nuestra patria y hace sufrir a nuestro pueblo. Y para eso necesitamos en todo el país la herramienta legal del PTP.

Al nombrar a dos queridos camaradas, quiero rendir homenaje a todos los compañeros que murieron dando todo su esfuerzo en estos 50 años en la construcción de nuestro Partido. Ellos son, el más grande dirigente obrero revolucionario que tuvo la Argentina y el más grande dirigente indígena y campesino. Los compañeros René Salamanca y Mártires López. Ellos simbolizan la unidad obrero-campesina necesaria para una salida revolucionaria para nuestra patria. ¡Luchar por verdad y justicia para estos camaradas, debe ser para nosotros una causa nacional!

Quiero terminar enviándole un especial y entrañable abrazo al camarada Otto Vargas, secretario general de nuestro Partido desde su fundación. Este acto es parte del resultado de su tarea.

Como nuestros patriotas de Mayo y la Independencia, decimos: Ni amo viejo, ni amo nuevo. Ningún amo. Seamos libres de toda dominación extranjera, en el camino de construir una sociedad sin explotadores ni explotados. Compañeras y compañeros ¡no dejaremos de luchar hasta lograrlo! ¡Vivan los 50 años del PCR! ¡Viva el Partido Comunista Revolucionario!

 

Carolina Antognini. Miembro del Comité Regional del PCR de La Plata y delegada gremial de la mesa del Astillero Río Santiago

La verdad es que es un honor para mí estar acá hablando. Vengo del Astillero Río Santiago, una fábrica que este año cumplió 65 años, cumplimos 65 años de trabajo ininterrumpido del comunismo en la fábrica. Cumplimos 50 años del PCR en el Astillero Río Santiago. La única fábrica que en los ‘90 Menem no pudo privatizar, y que hoy pese a los intentos, Macri y Vidal no pudieron dinamitar.

Les traigo un mensaje de mis compañeras y compañeros de Astillero. Que con la lucha y con la más amplia unidad se le puede parar la mano y derrotar la política de Macri. No es un mensaje escrito en un papel. Es un mensaje que se escribió en las calles, que se escribió en la lucha, en cada sector de la fábrica, en cada debate, en el cuerpo de delegados. No está escrito en un papel, lo escribimos todos los días trabajando, en el trabajo de un soldador, o de una compañera soldadora. De mis compañeras del comedor, del jardín maternal, de la escuela técnica, de los compañeros haciendo maniobras con las grúas. Mi fábrica, mi casa, es nuestra casa.

Mientras, el gobierno le lame las botas al G20, le compra buques a Francia y gasta año tras año más de 7 mil millones de dólares en fletes navales. Vidal nos dijo que somos la única empresa deficitaria, y Macri nos dijo que nos tenía que dinamitar. Para eso nos intervinieron la fábrica.

Ante esto, la respuesta de las y los trabajadores fue unirnos. Realizamos tres plenarios regionales de delegados, con más de 80 organizaciones gremiales, sociales, políticas, estudiantiles, de mujeres, la Iglesia. Unidad para defender el Astillero. Unidad sin peros. Con jornadas que quedarán en nuestra memoria y en la de generaciones futuras. No nos fuimos dando cuenta, pero fuimos marcando huella en el Astillero. Como el 21 de agosto, cuando en el Rectorado despedíamos los restos de Chicha Mariani, incansable luchadora de derechos humanos y a nosotros el gobierno de Vidal nos reprimía brutalmente por ir a buscar una reunión. O la respuesta masiva del día 22 con más de 40 mil compañeros, donde vimos emocionados hasta las lágrimas, el acompañamiento de los estudiantes, de los docentes y de los movimientos populares. El 12 de septiembre, Día de la Industria Naval, en unidad cortamos los principales accesos de la ciudad de La Plata con cortes y marchas en todo el país, con un gran protagonismo de nuestra querida Corriente Clasista y Combativa y de los campesinos del Asoma y de la Federación Nacional Campesina. El 13 de septiembre la ya histórica permanencia en la fábrica, y el 18 la histórica permanencia en el Ministerio de Economía, con la firme decisión de quedarnos. Ese fue el punto de inflexión en la lucha que obligó al gobierno a sentarse con los trabajadores y resolver los insumos, con el apoyo de la Pastoral Social.

Fue muy importante en este recorrido el protagonismo de todos los compañeros. Pero quiero hacer una mención especial a esas más de 350 trabajadoras del Astillero que fuimos y somos protagonistas en la fábrica y en las calles de la lucha, que todos los días en los sectores, la peleamos codo a codo con los compañeros; como parte de esa marea imparable de lucha que recorre la Argentina, que se vio este año reflejado en el Encuentro de Chubut, y que nos preparamos para recibir el año que viene en el 34 Encuentro Nacional de Mujeres en La Plata. Fue clave la integración de la experiencia de nuestros compañeros históricos con la sangre joven, y el trabajo de esa comisión de familiares con la comunidad. Entre esa experiencia de los históricos, no podemos dejar de hablar de una conquista, que fue en el año ‘75, donde conquistamos nuestro convenio colectivo de trabajo en un importante proceso de democracia sindical. Convenio colectivo de trabajo que aun hoy seguimos defendiendo.

Una historia de lucha

Fuimos una de las pocas fábricas que en asamblea general se pronunció contra el golpe de Estado, en unidad con las masas peronistas, forjando lazos de sangre como nos enseñó el camarada Enrique Rusconi. Los 44 compañeros desaparecidos en el Astillero durante la dictadura, son la huella siempre presente del ataque a los trabajadores.

Nos anotamos para combatir en Malvinas. Las compañeras hacían cursos de primeros auxilios, y practicamos la solidaridad activa con quienes pelearon por nuestras Malvinas, y con nuestros compañeros Veteranos, que fueron a combatir dejando todo por la Patria. Año tras año mantenemos en alto nuestras banderas, conmemorando el 24 de Marzo y el 2 de Abril.

Ya en democracia participamos en la reorganización de nuestro gremio, con la elección de delegados por sector, y el cuerpo de delegados, como una herramienta clave para el proceso de lucha.

En los ‘90 encabezamos la lucha junto con otros gremios, y la decisión de los compañeros de dejar el cuero en el alambrado, si era necesario, con tal de defender el Astillero 100% estatal. Y a pesar de las ideas de que no se podía ganar, ganamos. Esa actitud, la de dejar el cuero en el alambrado, la de dejar la vida si era necesario, es la gran enseñanza que supimos plasmar en este proceso de lucha. La decisión de enfrentar aun sabiendo de que hay mucho para perder. Hoy podemos decir con alegría y orgullo, no solo que el gobierno de Macri y Vidal no nos pudo dinamitar, sino que no pudieron despedir ni un compañero ni una compañera. Y a pesar de los intentos denodados que hizo este gobierno para que el Astillero deje de producir, venimos de entregar el buque ARA King a la Armada Argentina. Y avanzamos en lo salarial, siempre con la propuesta de nuestra canasta familiar. Todo esto fue posible con el protagonismo de las y los trabajadores, debatiendo en sus asambleas de sector, en sus asambleas generales, con la decisión de plantarnos como fuera necesario; con su comisión administrativa, su equipo paritario y su cuerpo de delegados a la cabeza, como conducción del conflicto, y siempre peleando en la más amplia unidad. Porque sabemos que cuando defendemos el Astillero Río Santiago, no sólo defendemos nuestra fuente de trabajo, defendemos soberanía, un Astillero construyendo para la defensa nacional. Porque no nos olvidamos del ARA San Juan que se llevó la vida de los 44 tripulantes. Un Astillero construyendo para la marina mercante. Un Astillero construyendo para la renovación de la flota pesquera. Porque tampoco nos olvidamos de la tragedia del Repunte y del Rigel. Un astillero construyendo fuentes de trabajo para la región.

El desafío de crecer

Tenemos un desafío importante para poder crecer y que nuestro Partido refleje, en otra dimensión, esa corriente comunista y patriota de masas que existe en nuestra fábrica. Corriente que está presente en todo el movimiento obrero de la Argentina. Es necesario que abramos las puertas de la CCC, de las agrupaciones y de nuestro PCR, a miles de peronistas y clasistas, que están buscando un lugar, un puesto para dar vuelta esta Argentina. Porque es imposible que demos perspectiva revolucionaria en la Argentina sin esa corriente popular.

Hemos aprendido que la unidad es condición para ganar. Y es un buen momento para nadar en esa corriente, y buscar lazos con el peronismo que está decidido a enfrentar a Macri y al Fondo Monetario Internacional, en el movimiento obrero, en la fábrica, en los distintos lugares de trabajo.

La lucha para seguir defendiendo el Astillero continúa, y hoy tenemos el desafío de trabajar para que esa unidad que se plasmó en la lucha, se refleje también en las urnas. Porque para avanzar en el camino de la revolución en la Argentina, desde los Cayetanos, desde el frente En Marcha, tenemos que derrotar definitivamente la política de Macri y del Fondo Monetario Internacional en las próximas elecciones.

Por todo esto, viva el movimiento obrero de la Argentina, viva la lucha de las mujeres, ¡Viva el Partido Comunista Revolucionario!

 

Luciano Alvarez. Secretario general de la Juventud Comunista Revolucionaria.

Camaradas, compañeras y compañeros, amigos y amigas de otras fuerzas políticas. Con el esfuerzo militante de miles y miles a lo largo y a lo ancho del país, el Partido Comunista Revolucionario explotó la cancha de All Boys. Lo hacemos para festejar 50 años de historia de nuestro Partido y para decir que nuestro mayor orgullo es que el comunismo existe en la Argentina porque existe el maoísmo, y el maoísmo existe en la Argentina porque existe el PCR.

Somos la juventud de un Partido que tiene una historia gloriosa, estamos profundamente orgullosos y orgullosas de los compañeros que encabezados por Otto Vargas rompieron con la dirección del viejo Partido Comunista, que no solamente había tirado a la basura las banderas de la revolución, sino que había abandonado al Che Guevara en Bolivia. Esos camaradas que protagonizaron el Cordobazo, que protagonizaron las puebladas de los 60 y los 70, que llegaron al maoísmo, que encabezaron la pelea contra el golpe de Estado primero y después enfrentaron a la dictadura más sangrienta quedándose en el país.

Estamos orgullosos de nuestros queridos mártires como Manuel Guerra, Luis Márquez, Miguel Magnarelli, que dieron su vida para defender al Partido y derrotaron al enemigo con el silencio, nos comprometemos a llevar sus banderas a la victoria.

Nos afirmamos en el camino que nos trazaron los camaradas que nos precedieron porque no estamos de acuerdo con las teorías que ubican el ser jóvenes como un valor en sí mismo. Como si la cuestión generacional determinara el pensamiento político o los ideales de justicia social; esto no niega que en su mayoría la juventud tenga una rebeldía particular, pero poner el valor agregado en la juventud es realmente una pavada. Esas teorías generacionales le han hecho mucho daño al campo popular, y para lo único que sirven es para instrumentar a la juventud detrás de los planes de algún sector de las clases dominantes. La marea verde que estalló este año nos enseñó mucho de lo que sucede cuando se junta la experiencia con la potencia de la juventud. Esto lo meten por izquierda y por derecha; pero ser sub cuarenta no te hace mejor, no te hace ni más vivo, ni más piola ni más cool. Sino mírenlos a Marcos Peña, Massot o a Robledo, que son supuestos jóvenes brillantes del PRO pero son los que les robaron la plata a nuestros jubilados, los que se arrastraron frente a los imperialistas del G20, los que quieren privatizar la educación pública, son los que nos llevan al desastre y son los responsables de que millones de argentinos la pasen cada vez peor.

Pero acá hay una juventud a la que se le infla el pecho por la historia de nuestro Partido, se le infla el pecho por nuestros dirigentes y que día a día pelean por seguir su ejemplo.

Compañeros y compañeras, llegamos hasta acá fortalecidos porque tuvimos razón cuando dijimos que este era un gobierno de ricos para ricos, y por eso lo enfrentamos desde el primer día en la calle y estuvimos a la cabeza de la lucha en todo el país, peleando la más amplia unidad. Esa línea que trazamos y que tiene su mejor ejemplo en la unidad de la CCC con los compañeros de Barrios de Pie, del Movimiento Evita, que el 7 de agosto de 2016 protagonizaron esa extraordinaria movilización de San Cayetano a Plaza de Mayo, que consiguieron la ley de Emergencia Social, que irrumpieron como una nueva izquierda en la Argentina y que alumbraron un camino de esperanza para millones.

Nosotros pudimos expresar esa unidad también en el movimiento estudiantil universitario y fue así que recuperamos la Federación Universitaria de La Plata, recuperamos una cantidad de centros de estudiantes en todo el país y fue así que le dimos un duro golpe en la Federación Universitaria Argentina a la Franja Morada macrista, que es cómplice del ajuste del gobierno en la universidad. Cuando muchos decían que no se podía, los compañeros de la CEPA con clases públicas, abrazos, marchas, cortes de ruta y toma de facultades empujaron la pelea contra el ataque del gobierno a la universidad pública, fueron poniendo de pie al movimiento estudiantil, empalmando junto a los docentes universitarios y el 30 de agosto explotaron la Plaza de Mayo en defensa de la universidad pública.

Frente al ajuste del gobierno en la educación, frente al crecimiento del hambre por la falta de becas, viandas y comedores, frente a la grave situación edilicia que atraviesan la mayoría de los colegios, los estudiantes secundarios estuvieron de pie y se mantuvieron en la calle. Los compañeros del MUS jugaron un papel muy importante y estuvieron a la cabeza en defensa de la escuela pública, peleando el protagonismo de cada compañera y compañero, como los pibes del Albert Thomas de La Plata, donde hasta el último compañero discute y decide en asambleas de curso cuál es el camino para defender la escuela pública y la educación técnica.

Estamos viviendo un momento histórico, porque la rebelión de las mujeres contra la violencia de género remueve las fibras más sensibles y podridas de esta sociedad capitalista. Las mujeres son las que estuvieron desde un primer momento a la cabeza de la lucha contra el hambre, y lo siguen haciendo poniendo el cuerpo en las marchas, en los piquetes y en cada uno de los comedores populares para darles de comer a sus hijos y a los hijos de otras madres. Son las que hace 33 años han construido y defendido esa extraordinaria experiencia que son los Encuentros Nacionales de Mujeres, que son la columna vertebral de ese gran movimiento que recorre hoy las calles argentinas.

Las pibas le declararon la guerra nada más y nada menos que al patriarcado, ese íntimo e inseparablemente fiel amigo de este sistema podrido, que sin lugar a dudas vamos a derrumbar para construir una patria nueva, un mundo nuevo, justo, libre e igualitario.

Las clases dominantes toman nota de esa potencia revolucionaria y por eso fomentan el crecimiento de corrientes que ponen la línea divisoria en el campo popular y que pierden de vista la doble opresión que sufren nuestras compañeras. Las pibas dijeron basta y las clases dominantes se retuercen, porque lo que no toleran es que explote esa rebeldía; rebeldía que también nos cuestiona a nosotros para que miremos para adentro, nos cuestionemos y nos rebelemos también nosotros contra tanto machismo acumulado.

Nosotros no queremos la Argentina del hambre, del gatillo fácil y la droga porque esa es hoy la Argentina de Macri, en la que no hay ninguna perspectiva de futuro para los dos millones seiscientos cincuenta mil chicos chicos y chicas que son empujados al hambre y la desesperación por esta política.   A esa juventud a la que no le ofrecen nada es a la que empujan a la esquina para meterles la droga y terminar de hacerla mierda. Por eso nosotros desde la juventud de la CCC pusimos de pie el gran movimiento de Ni Un Pibe Menos por la Droga, porque estamos en contra de la droga, que se ha transformado en el principal problema que tiene hoy la juventud de la Argentina, porque creemos que para combatirla es necesario construir una Argentina donde haya trabajo, educación, salud, deporte y cultura en todos nuestros barrios. Porque necesitamos una juventud despierta que pueda ser protagonista de su propio futuro.

Desde el gobierno nacional Mauricio Macri y esa ministra fascista que se llama Patricia Bullrich transformaron la violencia policial, el gatillo fácil y la violencia institucional en una política de Estado que defienden a costa de la vida de nuestros pibes y pibas, pero nosotros por Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Lucía Pérez, Micaela García, Marcos Soria y Rodolfo Orellana vamos a seguir en la calle, vamos a seguir defendiendo el futuro de nuestros pibes y pibas.

La situación de millones de jóvenes en las grandes fábricas de la Argentina es desesperante, por la precarización laboral, los salarios de hambre y porque permanentemente está amenazando la desocupación, pero el mérito de esta juventud no es solamente haber encabezado las luchas contra eso o de haber construido la Juventud Comunista Revolucionaria también en el movimiento obrero, sino el de ser continuadores de una huella que nos marcaron los jóvenes comunistas de las generaciones anteriores, que tomaron la decisión de atar sus destinos al proletariado argentino como en la Renault, en el Swiff, en la Ford, en Terrabusi – Kraft y como en el Astillero Río Santiago. Y fue siguiendo su ejemplo que el Comité Central de la JCR decidió hace unos años dar un viraje al movimiento obrero, lo cual fue un salto en el trabajo del Partido y la Juventud, pero en nuestro trabajo sindical todavía tenemos que aprender muchas cosas.

Pero hay algo que podemos afirmar, como lo demuestran las experiencias más avanzadas de las que somos parte, como lo demuestra el Astillero Río Santiago y como lo demuestran los Cayetanos en sus históricas luchas, no se puede hablar del movimiento obrero en la Argentina sin tener en cuenta los colores, y dentro de esos colores no se puede hablar sin tener en cuenta al peronismo, no se puede desarrollar el Partido y la Juventud de las grandes fábricas sin tener en cuenta eso y menos siendo antiperonistas, porque es con esas masas en unidad y lucha con sus dirigentes que vamos a avanzar y que hemos avanzado en la lucha por la liberación de nuestra patria.

Tenemos el desafío histórico de organizar a los jóvenes del proletariado argentino empalmando con esas masas, partiendo de sus reivindicaciones que son ignoradas por la gran mayoría de las organizaciones sindicales, y para eso nos proponemos pegar otro salto en la afiliación y en la incorporación de cientos de jóvenes comunistas a las grandes fábricas de la Argentina.

¡Somos la Juventud Comunista Revolucionaria y queremos cambiar todo lo que tenga que ser cambiado! Eso somos y estamos convencidos que más temprano que tarde vamos a triunfar y vamos a destruir al poder que nos oprime, vamos a destruir este Estado podrido y vamos a construir otro, un Estado de los obreros, campesinos, estudiantes, donde desde el barrio, la fábrica, la quinta y los colegios, del Congreso a la Casa Rosada mande el pueblo, dirija el pueblo y gobierne el pueblo. ¡El futuro es nuestro por prepotencia de trabajo!

¡Aguante la Juventud Comunista Revolucionaria! ¡Que viva el Partido Comunista Revolucionario!

 

Mercedes Meier. Diputada provincial del PTP en el FSP de Santa Fe, e integrante del comité zonal del PCR de Santa Fe.

Hoy venimos a decir que acá estamos, las comunistas revolucionarias gritando nuestras verdades. Gritando que vivas nos queremos. Exigiendo justicia por Lucía Pérez y por todas las que fueron asesinadas por el simple hecho de ser mujer. Le estamos gritando al gobierno nacional, que necesitamos que se declare la emergencia en violencia contra las mujeres.

Acá estamos, las comunistas revolucionarias, poniendo en discusión todo lo que debe ser cambiado, siendo parte de ese gigantesco movimiento de mujeres en la Argentina. Que no va a pedir permiso para hacer temblar las bases mismas de este Estado patriarcal, oligárquico e imperialista, que domina nuestras vidas. Porque como ya dijo Engels, la opresión que sufrimos las mujeres es inherente al sistema dividido en clases sociales, donde una minoría oprime a una mayoría. Por lo tanto, somos conscientes de que la liberación de las mujeres vendrá con la liberación del pueblo en su conjunto, con la revolución. Pero no será posible sin mujeres rebeladas. Por eso acá, no hay lugar para el escepticismo. Porque las mujeres estamos rebeladas. Las pibas, de a millones ganaron las calles, y no nos callamos más.

Es inexplicable el fenómeno de las mujeres en la Argentina, sin reconocer que son los Encuentros Nacionales de Mujeres los motores de esas luchas. Esos Encuentros Nacionales que durante 33 años consecutivos nuestras camaradas garantizaron su funcionamiento, junto a un montón de compañeras.

Lograr la más amplia unidad en un frente político electoral

Tenemos por delante un terreno de disputa contra la política macrista: las elecciones. Por eso desarrollamos nuestra herramienta electoral: el Partido del Trabajo y del Pueblo, la que tenemos que fortalecer en todo el país. Trabajamos arduamente para ello. Y para lograr la más amplia unidad en un frente político electoral, programático, público y equitativo. En el que nos reconozcamos en nuestras diferencias, sin renunciar a ninguno de nuestros principios, para derrotar a este gobierno en las elecciones, provinciales y de cada comuna y municipio de la Argentina. Cuestión que puede ser difícil pero es posible. Ya lo logramos en varios lugares. Y no solo lo logramos, sino que además, ganamos. Es la experiencia que traemos de Santa Fe con el Frente Social y Popular, con el que el pueblo santafesino nos dio la oportunidad de ocupar dos bancas en la Cámara de Diputados: la nuestra y la de mi compañero Carlos del Frade. Estas bancas sirven para llevar al seno de este Estado de las clases dominantes la voz de los ignorados, decir lo que nadie decía, poner en evidencia la concentración de la tierra y la riqueza, y sus responsables…

Por último, les queremos decir: a esos que promulgan que la lucha por la revolución no va más, que es antigua, que es imposible, les decimos que salgan a patear la calle, y que escuchen lo que dicen en las fábricas, en los barrios, en las escuelas. Que escuchen lo que dicen los pueblos originarios y los productores; ahí se van a encontrar con que lo posible ya se agotó, y no resolvió. Que las necesidades de nuestro pueblo siguen siendo las mismas que dieron el nacimiento a nuestra pelea por la revolución. A esas usinas de las clases dominantes que dicen que el marxismo ya fue, les decimos que se equivocan, que mienten. Si no que miren este maravilloso acto del Partido Comunista Revolucionario.

 

Rosa Nassif. Miembro del Comité Central del PCR

Nos produce una profunda emoción, a los que fundamos hace 50 años este Partido, encontrarnos aquí con las nuevas generaciones, estos miles de jóvenes que agitan sus banderas con la decisión de llevar adelante los objetivos revolucionarios de nuestros orígenes, que son todavía una tarea pendiente y más necesaria que nunca.

¿Quién puede desconocer los gigantescos cambios que se han producido en el mundo y en nuestro país en estas cinco décadas? Cambios tan extraordinarios que nos obligan a investigar, a estudiar con la guía de la siempre viva teoría marxista-leninista-maoísta, esos cambios tan profundos que van a hacer que varíen las formas y los contenidos de los nuevos procesos revolucionarios de acá en adelante en todo el siglo 21.

Porque, ¿acaso alguien puede desconocer que esta fuerza inédita que acá se ha descripto maravillosamente, la del gigantesco movimiento de mujeres, no va a expresarse de un modo potente y para adelante en los nuevos procesos revolucionarios por venir? Y los millones de obreros que en nuestro país y en todo el mundo son explotados bajo formas muy diferentes de aquellas de hace 100 años o 50 años, precarizados y tercerizados, van a tener que encontrar, como ya lo están haciendo, la forma de ponerse a la cabeza de este torrente de luchas, sin lo cual es imposible que la revolución triunfe.

Nacimos inmersos en un auge extraordinario de lucha revolucionaria y nos marcó para siempre el ejemplo de nuestro querido Che Guevara, que prefirió dar la vida antes que claudicar en sus banderas revolucionarias y antiimperialistas. Nuestro Partido, nuestro joven Partido de aquellos años, supo ver que este auge latía en nuestro país a pesar de la dictadura de Onganía. Y luchamos para hacerlo estallar y estalló en Corrientes, en Rosario, en Tucumán y en ese gigantesco ensayo revolucionario que fue el Cordobazo y que parió al clasismo y al dirigente más importante de aquel momento, que fue el camarada René Salamanca. Pero ese auge no tuvo el desemboque revolucionario que nosotros empujamos. El golpe de Estado al que enfrentamos pasó y la dictadura más genocida y fascista hizo su noche de terror en nuestro país. Nos quedamos y nos encontramos codo a codo con los compañeros peronistas, con las Madres de Plaza de Mayo y con la mayoría de nuestro pueblo enfrentando esa dictadura.

Y cuando cayó la dictadura nos encontramos, compañeras y compañeros, que el mundo que habíamos conocido no existía más. Como nos advirtió nuestro secretario general Otto Vargas se había cerrado una etapa en que la clase obrera había tomado el poder, había iniciado la construcción de una sociedad sin explotados y había logrado que un tercio de la humanidad viviera bajo el socialismo. Eso no existe más. Y nosotros tenemos todavía que profundizar en las causas de esa derrota, tenemos que ver cuáles han sido los errores que permitieron que en medio de la cruenta lucha de clases fuéramos derrotados. Como hicieron los marxistas en la Comuna de París, que analizando esos errores, permitió luego que el partido Bolchevique con Lenin tomara el poder e hiciera la gloriosa Revolución Rusa.

¿Y qué nos ofrecieron los vencedores, los que proclamaron el triunfo omnímodo del capitalismo, los que decretaron que se había cerrado para siempre la lucha por el socialismo y el comunismo? Lo único que nos ofrecen, compañeros, es todo lo que acá se ha estado describiendo, con los sufrimientos y padecimientos de nuestros pueblos, con el sometimiento de nuestras naciones. Esto es lo único que puede ofrecer este capitalismo imperialista decadente, que a pesar del extraordinario desarrollo tecnológico, de la robótica y de la inteligencia artificial, no puede resolver ni las más elementales necesidades de los pueblos; que por el contrario sale de cada una de sus crisis recurrentes y cada vez peores, como la del 2008, descargándola sobre los pueblos, saqueando con la guerra y arrojando a millones que deambulan como parias en el mundo en busca de techo, de tierra y de trabajo. Lo único que puede ofrecer este sistema capitalista imperialista es lo que estamos viendo con el gobierno de Macri: sangre, sudor y lágrimas.

Los pueblos no han dejado un solo día de luchar. Fantásticas, maravillosas rebeliones, que han enfrentado el revanchismo patronal imperialista, pero ninguna de ésas han podido todavía culminar con un triunfo popular. Se han frustrado en gobiernos reformistas que fracasan, y lo que es peor, surgen fascistas y reaccionarios como Trump o Bolsonaro que canalizan el descontento y la indignación de los pueblos contra este sistema y logran ganar elecciones. Eso es, compañeros, lo que a nosotros nos preocupa.

Y acá en la Argentina, donde no ha habido un solo día sin luchas, donde hay millones tal vez como nunca que han ganado las calles en todo el país, esos millones se preguntan y nos preguntan, muchas veces con angustia, ¿hay una salida para esta crisis, una salida a favor del pueblo? ¿O será una vez más, más de lo mismo? Y esto es lo que nosotros tenemos que poder instalar, con un gran debate político, en las elecciones que tenemos por delante. Tenemos que discutir y fundamentar que es posible una salida popular a esta crisis, con un gobierno que cese de pagar la deuda externa y la deuda interna usuraria con los bancos; que devuelva todo el dinero que está en la especulación, volcándolo a la producción para crear millones de puestos de trabajo, con salarios que cubran las necesidades de las trabajadoras y los trabajadores; que haga una verdadera reforma agraria, que termine con el latifundio terrateniente, y que desarrolle una industria nacional autónoma, que nos devuelva la soberanía económica, sin la cual no hay soberanía política, para que en nuestro país pueda volver a hacerse como lo hicimos, autos, barcos, aviones, trenes y misiles para defender nuestro país de la rapiña imperialista.

Esto es, compañeras y compañeros, lo que estamos conversando con nuestros amigos peronistas y de las otras fuerzas políticas que nos acompañan hace tiempo. Estamos conversando que sin esto no hay futuro para la Argentina. Y que queremos construir un frente electoral que derrote la política de Macri y abra un camino liberador en la Argentina, para nuestro pueblo y para nuestra querida nación.

 

Juan Carlos Alderete. Miembro del Comité Central de nuestro Partido, secretario del zonal de La Matanza, y coordinador nacional del Movimiento de Desocupados y Precarizados de la CCC.

Quiero agradecer a todos los amigos que han venido, como Víctor De Gennaro, Emilio Pérsico, Pino Solanas, para nombrar algunos. Quiero agradecer muy especialmente a dos partidos hermanos, como el Paraguay Pyahura, y al Partido Comunista Revolucionario del Uruguay, por estar presentes. También quiero agradecer la presencia de estos dos queridos compañeros de lucha, que se han transformado en mis amigos: el Chuqui Menéndez y el Gringo Castro.

Quiero agradecer muy especialmente a mis queridos compañeros de la Corriente Clasista y Combativa, que no son del PCR y han venido de todo el país a acompañarnos en este acto.

Nuestro Partido nació en la época en que todos queríamos ser como el Che Guevara, cuando los jóvenes soñábamos con el socialismo y creíamos que la revolución estaba a la vuelta de la esquina.

Desde entonces cambiaron muchas cosas en la Argentina y en el mundo. Pero las lacras del sistema capitalista crecieron.

Desde que, en 1989, los imperialistas festejaron el fin de la historia, la muerte del comunismo, el triunfo del capitalismo y la globalización; crecieron la desigualdad, el hambre, las guerras, la precarización laboral y miles huyen desesperados de sus países buscando un refugio donde poder vivir.

Todo eso nos reafirma en la convicción que la revolución sigue siendo una necesidad y el único camino para lograr una sociedad más justa, donde los extraordinarios avances científicos y tecnológicos sirvan para mejorar la calidad de vida de toda la humanidad y no para beneficio de un puñado de capitalistas.

Enfrentando la desocupación y el hambre en nuestro país, nació y se fortaleció nuestra querida organización, la CCC. Luchamos contra las privatizaciones, la entrega, la desocupación y el hambre que provocó el gobierno de Menem. Enfrentamos las políticas de ajuste y hambre de De la Rúa, y quiero homenajear a nuestro querido compañero y camarada Daniel Rodríguez de Entre Ríos, asesinado un día como hoy, en el 2001.

Durante el gobierno de los Kirchner seguimos luchando por trabajo y contra la precarización laboral.

No podemos abandonar las calles

Desde que asumió Macri luchamos contra su política que provoca enormes sufrimientos a nuestro pueblo y en esa lucha nos unimos con los compañeros de la CTEP y Barrios de Pie. Con la unidad en las calles los Cayetanos le arrancamos a este gobierno la Ley de Emergencia Social para paliar en algo la grave desocupación y el hambre que crecen en todo el país. Y aquí están presentes esas organizaciones, con las que luchamos por la paritaria social y le arrancamos un bono de $4000.

Porque los Cayetanos nos convertimos en la principal fuerza que enfrenta a este gobierno en las calles, nos atacan por derecha y por izquierda y hacen lo imposible para dividirnos. Para aislarnos del resto de los trabajadores y de la sociedad nos acusan de vagos, planeros y choripaneros. Otros dicen que actuamos como la contención para evitar un estallido social.

Siempre, antes y ahora, luchamos por trabajo para todos con todos los derechos. Pero cuando lo único que nos ofrecen son planes sociales y bolsones de alimentos, los agarramos porque el hambre no espera.

Por la política del gobierno de Cambiemos la situación de miles en nuestro país se ha vuelto dramática y dolorosa. Muchos de mis compañeros que hoy están en este acto comen salteado. Ustedes saben, compañeros de mi querida organización, que nos queremos mucho, y prevalece la solidaridad entre nosotros.

El gobierno de Macri dejó este fin de año a cientos de compañeros en todo el país sin cobrar los planes, y tuvimos que apelar a la solidaridad de los que cobraron, para cubrir el salario de diciembre y enero y que a ninguno le falte un pedazo de pan en estas fiestas. Eso es la esencia del clasismo, compartir y ser solidario con aquel compañero que no tiene para pasar las fiestas.

Ahora trabajamos por la más amplia unidad para derrotar a Macri en las próximas elecciones. Pero no podemos abandonar las calles porque la política de Macri y el FMI nos promete un año con miles de despidos, más ajuste e inflación, más hambre y sufrimientos para el pueblo.

Y tampoco podremos abandonar las calles después de las elecciones, porque para resolver las necesidades de nuestro pueblo es necesario romper los pactos con el FMI, suspender los pagos de la ilegítima y fraudulenta deuda externa, realizar una reforma agraria que le garantice la tierra al que la trabaja, reactivar la industria nacional y para eso tenemos que estar dispuestos a enfrentar intereses poderosos.

En ese sentido es clave fortalecer la unidad de las fuerzas antiimperialistas que hicimos el acto contra el FMI y el G20 en Atlanta.

Desde la unidad forjada en las calles tenemos que proyectar la fuerza política capaz de enfrentar los intereses de los que quieren mantenernos en el atraso y la dependencia para abrir una nueva esperanza en nuestro pueblo de un futuro mejor para todas y todos.

Para finalizar, como decía el camarada Mao, hay que seguir plantando árboles, que son los jóvenes, como hicimos estos 50 años. Tenemos que plantar muchos más árboles, aunque nosotros sepamos que no vamos a gozar de esa sombra, sino que vamos a gozar de la felicidad del pueblo. Debo decir que me costó mucho poder hablar en este acto. Una compañera me dijo ‘calmate, hablá como siempre hablás’. Pero este no es como cualquier acto. Porque uno que vivió con este Partido tantas cosas, siente una emoción profunda. Agradezco a esa compañera que me dijo que me calmara. Compañeros, nuestro Partido, encabezado por nuestro Comité Central, ha tenido grandes aciertos en política. Por esos aciertos no nos pudieron aislar, no nos pudieron sacar de las calles, y hemos avanzado. Por eso quiero presentar, para que cierre este extraordinario acto, a un querido camarada del Comité Central, que junto a Otto Vargas ha sido clave en todo este proceso y en estos 50 años. Quiero presentar a nuestro querido camarada Jacinto Roldán.

 

Jacinto Roldán. Miembro del Comité Central del PCR

Compañeras, compañeros, amigos:

En primer lugar agradecemos profundamente a los amigos de otras fuerzas políticas que nos acompañan.

Y un saludo muy grande a todos los camaradas que en todo el país trabajaron para instalar que nuestro Partido, el Partido Comunista Revolucionario, ya cumplió 50 años.

50 años de historia

Son 50 años de historia. Pero en este gran acto hay muchas compañeras y compañeros que recién están conociendo a nuestro Partido. Es difícil resumirlo en un discurso. Somos, sencillamente, los que hace 50 años rompimos con la dirección del viejo Partido “Comunista”, cuando comprendimos que por su línea revisionista y su traición al Che Guevara, se había convertido en una traba para la lucha por la revolución en la Argentina. Nacimos encabezando las luchas contra la dictadura de Onganía.

Somos los que por esos años cuando nos fundamos, cuando otras fuerzas del campo popular hablaban de reflujo, dijimos que había un polvorín reseco bajo los pies de la dictadura de Onganía. Trabajamos para que el polvorín estalle, y el polvorín estalló.

Participamos de grandes puebladas, el Correntinazo, el Rosariazo, y principalmente el glorioso Cordobazo, que fue un verdadero boceto revolucionario para la clase obrera y el pueblo argentino. De esas luchas nos nutrimos. Somos los que con Gody Álvarez y René Salamanca a la cabeza, recuperamos las banderas del clasismo en el Smata Córdoba.

Encabezando las luchas fuimos ajustando la línea y el programa, y en ese recorrido desembarcamos en las playas del maoísmo, eso nos permitió tomar el marxismo-leninismo-maoísmo como base teórica del Partido. Y que como ciencia de la revolución tenía y tiene que ser estudiada.

También comprendimos que la doctrina no es un recitado, es una guía para la acción que se integra a la realidad de cada país. Y fuimos aprendiendo, desde la realidad de los procesos, que el centro de nuestra política, eran y son las masas y no el activo.

Y que nunca debemos utilizar la dirección de un sindicato, de una organización agraria o de cualquier organismo de masas para sacar una declaración o como trampolín de un frente político, y cuando esto se nos corre, nos equivocamos.

Tenemos el ejemplo de René Salamanca, que como secretario del gremio cobraba lo mismo que un obrero en la línea, y los miembros de la directiva del sindicato rotaban con un retorno periódico a la producción. Esa línea y el papel jugado por su cuerpo de delegados permitían conocer las distintas opiniones de las masas, saber cuál era su estado de ánimo para la lucha. Esta es nuestra guía.

En esos tiempos, cuando en Argentina se preparaba el golpe de estado de 1976 fuimos el único partido que como tal llamó a enfrentarlo. Por marxistas-leninistas-maoístas fuimos patriotas y antigolpistas. Y en esa lucha fueron asesinados Enrique Rusconi y otros camaradas.

Y frente a la dictadura asesina de Videla-Viola nos quedamos en Argentina encabezando la resistencia popular. El ejemplo de nuestros mártires, de nuestros desaparecidos, de los que sufrieron la cárcel –muchos de ellos aquí presentes– nos llena de orgullo. Todos ellos Y todos los camaradas que murieron en estos 50 años son nuestra bandera. Y nosotros no olvidamos, porque el olvido es traición.

Somos un Partido que se forjó y aprendió de las grandes luchas del Smata Córdoba en los 70, de la huelga larga del Swift de Berisso en 1979, de la histórica toma de Ford. De las luchas de Terrabusi, de Siderca. Y somos parte de ese contingente de obreros del Astillero Río Santiago, que enfrentó la privatización en los noventa y ahora viene enfrentando la política de Macri y Vidal, que dijeron que habría que dinamitar el Astillero.

También somos motor en las luchas de los originarios y de los campesinos pobres que han forjado la Federación Nacional Campesina. Con el ejemplo de los compañeros caídos como Mártires López.

Somos los que frente al hambre y la desocupación ayudamos a organizar a los desocupados y los precarizados en la gloriosa Corriente Clasista y Combativa de la que acaba de hablar Juan Carlos. Los desocupados de la CCC son ejemplo de organización para la lucha, que nos llenan de orgullo.

Somos un Partido que se forjó y aprendió de las luchas. En 1996 lanzamos la consigna “por un Argentinazo que imponga otra política y otro gobierno”. Y en el 2001, con la revuelta popular del 19 y 20 de diciembre por primera vez en nuestra historia una pueblada nacional volteó un gobierno, pero la clase obrera y el pueblo no coronaron.

En el 2008, cuando el gobierno de Cristina Kirchner cortó ancho con la resolución 125, fuimos impulsores de la rebelión agraria y federal que nació en Maciel, con nuestro querido Vasco Paillole a la cabeza.

Desde su inicio impulsamos y defendimos los Encuentros Nacionales de Mujeres como lugar para todas las voces. Y desde hace 33 años se realizan estos Encuentros, únicos en el mundo, que son el motor de la impresionante oleada de luchas de las mujeres que recorre la Argentina y que aprendieron a repudiar masivamente los abusos, las violaciones y los femicidios que sufren día a día.

¿Y quiénes somos? Somos el Partido de Otto Vargas, eso somos, compañeros.

 

Grandes luchas contra el gobierno de Macri

Hoy sufrimos al gobierno de Macri que prometió pobreza cero, que dijo que terminar con la inflación era un paseo, que tenía el mejor equipo económico del mundo. Y según los datos de la UCA, este año hundió en la miseria a más de 2 millones de argentinos. Hay más de 13 millones de personas bajo la línea de pobreza.

Con esta política, como dicen muchos amigos y acordamos, nada es a favor del trabajo y la producción nacional, salvo lo que se conquista con la lucha. Esta política ha llevado a una situación dramática a millones, porque el crecimiento del hambre en todo el país llega a límites insoportables. Por eso reivindicamos la marcha histórica del 7 de Agosto de 2016 con los compañeros del Movimiento Evita, la CTEP y Barrios de Pie. Esa fue una respuesta política.  Y esa unidad en la calle fue potenciando la lucha popular y se fue ampliando. Así se conquistó un primer triunfo, que fue la ley de emergencia social, lucha en la que ustedes y miles en todo el país fueron protagonistas.

Y Crecieron las luchas. La marcha de las economías regionales con gran papel de la Federación Nacional Campesina y de las naciones y pueblos originarios, como la reciente y extraordinaria marcha en el Chaco que dijo Basta. La masiva Marcha Federal encabezada por los “Cayetanos”. Los tres paros nacionales de todas las centrales obreras, son hitos dentro de las miles de luchas que recorren la Argentina.

Hubo luchas de grandes empresas como los obreros del Astillero Río Santiago, de petroleros, aceiteros, alimentación, camioneros, bancarios. Hubo incontables luchas de los docentes y estatales, de los trabajadores de la salud, contra los despidos, por sus salarios y en defensa de la educación y la salud pública. Todo eso ha pasado en este tiempo.

La juventud, irrumpió en las calles, peleando por trabajo y organizando sus movimientos para que no haya ni un pibe menos por la droga y por la trata. Estuvieron las movilizaciones de los mayores, que ahora en estos días se volvieron a movilizar ante el fallo de la Corte Suprema por el robo del gobierno a sus asignaciones.

Esta política de Macri no pasa sin represión. Primero quisieron poner en duda que hayan sido 30.000 los detenidos-desaparecidos. Después intentaron imponer el      2 x 1 para perdonar a los genocidas de la dictadura. Y no pudieron avanzar por la formidable respuesta del pueblo, que se movilizó en todo el país.

Pero no cambian. Ahora, para garantizar su política avanzan con más represión. La ministra Patricia Bullrich con sus grupos de choque es responsable de los asesinatos de Santiago Maldonado, de Rafael Nahuel, de Orellana, de Soria y tantos jóvenes víctimas del gatillo fácil. Siguen matando a los pobres y a los jóvenes.

Una y otra vez Macri reafirma su política reaccionaria pero no pudo imponer el ajuste salvaje como hubiera querido y tuvo que recurrir a ese pacto entreguista con el FMI.

Nosotros con el PTP, la CCC, el Movimiento Evita, Somos Barrios de Pie, Unidad Popular, la CTA Autónoma, y otros amigos, forjamos ese gran acto de Atlanta contra el G20 y el FMI, denunciando la presencia de los jerarcas imperialistas. Y el 30 de noviembre estuvimos a la cabeza de las protestas en Buenos Aires y en todo el país. Esta alianza que surgió de la lucha en las calles posibilitó que la bandera antiimperialista vuelva a flamear sobre el suelo de nuestra querida Patria. No es poca cosa.

Porque Macri se emocionó en el Teatro Colón mientras entrega nuestro patrimonio tanto a los imperialistas yanquis, como a los imperialistas chinos, a los imperialistas rusos y a los ingleses que usurpan una parte de nuestro territorio. Se arrodilla ante todos. Así va convirtiendo a la Argentina en un peón de la disputa interimperialista por el control de nuestra Patria. Eso no lo podemos aceptar, porque esa es la herencia que tenemos de nuestros próceres.

Derrotar esta política: una necesidad y un desafío

Derrotar la política de hambre y entrega del gobierno de Macri es una necesidad de nuestro pueblo. Y también es nuestro desafío.

Estamos a la cabeza de las luchas y participaremos de las elecciones a través del PTP. Siempre sobre la base de este frente político que se formó en las calles, somos partidarios de ampliarlo para derrotar al macrismo en las urnas y proponemos que sea un frente programático, público y equitativo.

Eso sí, para aclarar. Encabezamos las luchas, trabajamos para el frente, y lo hacemos conscientes que no es a través de estas elecciones amañadas y controladas por las clases dominantes que va a caer el poder de los terratenientes y los monopolios imperialistas. Porque los que nos oprimen son los que tienen la sartén por el mango.

Nosotros no queremos un frente político solo para las elecciones. Con las elecciones y con la lucha en las calles pugnaremos por ampliar y fortalecer este frente político en un sentido revolucionario. Y necesitamos que nuestro Partido pegue un salto en el crecimiento para afirmar ese camino.

Entendemos que el frente político y el Partido son claves para que un día el pueblo alzado pueda destruir este aparato estatal que nos oprime y construir un nuevo Estado de los obreros, los campesinos, de los sectores populares, donde la clase obrera, los campesinos y el pueblo pasen a tener la sartén por el mango.

Nosotros, los comunistas revolucionarios, como hace 50 años, tenemos un objetivo: que la clase obrera y el pueblo tome en sus manos la lucha por la revolución y podamos imponer un nuevo Estado que resuelva el pan, el techo, el trabajo, la salud y la educación para todos los que habitan nuestro suelo. Ahí sí, nuestro querido pueblo vivirá mejor.