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28 de enero de 2014

El gobierno mintió al decir que no iba a devaluar. Y vuelve a mentir cuando dice que su devaluación no es un hachazo a los salarios, jubilaciones y planes sociales. Unidad en un paro nacional

Dolarazo K

Hora Política - Hoy 1503

1. El dolarazo

1. El dolarazo

“Que esperen otro gobierno quienes quieren ganar plata con una devaluación”, dijo Cristina Kirchner en la campaña para las elecciones de octubre. Luego de la derrota electoral, nombró ministro de Economía a Kicillof. El día que asumió Kicillof, 20/11, el dólar estaba a $6,04, y ahora a $8,06 (27/1): el peso se devaluó un 33% para las personas que lo compren, lo depositen en un banco por un año, y tengan la suerte de que no inventen un “corralito”. Si lo llevan a su casa pagarán $9,67: una devaluación del 54,5%, y dentro de un año le reconocerán $1,61 como pago al impuesto a las ganancias. (Ver pág. 16)

Le fue mejor a los especuladores financieros y los monopolios que se manejan con el dólar “contado con liqui”. Ellos compran acciones en la Argentina de empresas que también cotizan en la Bolsa de Nueva York, transfieren esas acciones a Estados Unidos, las venden allá, y les acreditan los dólares en sus cuentas en el extranjero. A ellos, el dólar les costaba $8,95 el día que asumió Kicillof, y ahora les cuesta $11, es decir que tuvieron una devaluación de solo el 23%.

 

2. Dependencia e inflación

El gobierno mintió cuando dijo que no iba a devaluar, y vuelve a mentir ahora al decir que el dolarazo no provoca una trepada de la inflación.

La profundización de la dependencia con la política kirchnerista, llevó a la destrucción de ramas enteras de la industria (máquinas herramientas, material ferroviario, textiles, etc.), que fueron reemplazadas por importaciones de China, Brasil, Estados Unidos y Europa. Otras fábricas son simples armaderos que importan los componentes de su producción, los ensamblan, y los venden como “nacionales”. Así, son importados el 70% de las autopartes, casi el 100% de los electrónicos, etc. En gran parte de las cadenas de producción, son importadas la mayor parte de las máquinas que fabrican, ensamblan, empaquetan o transportan a la inmensa mayoría de los productos; otras son ensambladas en Argentina con su mayor parte de componentes importados. Muchas empresas están endeudadas en dólares.

No pocas provincias están endeudadas en dólares, que pagarán más caros. El Estado Nacional, gana por el lado del aumento de la recaudación de impuestos, y por el otro lado, deberá gastar más pesos para comprar energía, y para seguir pagando la deuda externa.

Así, la dependencia y desindustrialización, profundizadas por “el modelo K”, lleva a que el dolarazo provoque otro salto en el aumento de prácticamente todos los productos que consume el pueblo, después de la trepada del 20% que se calcula que subieron en los últimos 100 días.

 

3. En el mundo

El dolarazo tuvo repercusión mundial. La burguesía imperialista española dijo: “Las bolsas y los mercados de deuda sufrieron ayer una convulsión después de que se anunciaran mediocres indicadores económicos en China y se detectaran importantes dificultades cambiarias en varios países emergentes, en especial en el peso argentino. (…) Las perspectivas económicas o financieras en China, Brasil, Argentina, Indonesia y Venezuela inquietan en los mercados y han suscitado una atención preocupada en Davos. El país (Argentina) tiene además un calendario político que es en sí mismo un foco de inestabilidad prolongada; es poco probable que el nuevo presidente de la Repúblicatome posesión antes de 2015, y mientras tanto los graves desequilibrios pueden estallar”, (El País, España, 25/1). Luego, los primeros ministros de España e Italia hicieron declaraciones de que sus países están en condiciones de aguantar la caída de la moneda argentina.

 

4. Hachazo

El dolarazo es un hachazo a los salarios, jubilaciones y planes sociales. Es parte del ajustazo K. La clave para completar ese ajustazo, es que los salarios, jubilaciones y planes sociales pierdan la carrera con la inflación. Por eso, Kicillof pregona aumentos en las paritarias del 15 al 20%, cuando la carestía ya dejó atrás los aumentos del año pasado, y va para más del 40%. Se habla de un aumento, decretado por el gobierno K, muy por debajo de la carestía, probablemente unido a postergar las paritarias.

Cómo se ha visto con Chevron, Milani, la negociación de la deuda de la dictadura con el Club de París, el pago de indemnización a Repsol, y ahora el dolarazo, Cristina K, Kicillof y Capitanich no le hacen asco a nada…, a nada que le haga pagar la inflación y la crisis a los trabajadores y el pueblo.

 

5. Arriba gobernabilidad, abajo bronca

Los de arriba presionan para que no haya luchas, pase el ajuste K, y saludan el dolarazo. Massa y Scioli no fueron a la reunión de Mar del Plata en la que dieron un paso hacia la unidad sectores del movimiento obrero, aunque no anunciaron ninguna medida de lucha.

Abajo hay una bronca tremenda. La carestía no se aguanta. Las medidas del gobierno no dan respuesta a la grave situación del pueblo, benefician a los monopolios, sobre todo los exportadores.

Es bueno que la presidenta haya lanzado el plan para los jóvenes que no estudian ni trabajan. Los desocupados lo venían reclamando. Habrá que pelear para su rápida y masiva implementación y aumentar el monto.

Desde las asambleas y cuerpos de delegados, trabajamos para unir en la lucha al movimiento obrero, para que la clase obrera se coloque en el centro de la unidad multisectorial que le tuerza el brazo a esta política K de cargar el ajuste sobre los trabajadores y el pueblo.

 

6. Paro nacional

La situación se vuelve más inestable. Se discute, por arriba, hasta dónde y hasta cuándo le dará “el cuero” a este gobierno desgastado, en el que se multiplican sus “internas”, y pega manotazos para un lado y otro lado.

Es clave, por lo tanto, que la clase obrera gane el centro del tablero político, impulsando desde sus asambleas y cuerpos de delegados la unidad para la lucha en un paro nacional.

Es clave, también, dar pasos hacia la unidad programática de las fuerzas populares, que refuercen la lucha mostrando a los trabajadores y el pueblo que es posible una salida patriótica, democrática, antioligárquica y antiimperialista. Unidad para jugar con independencia frente a las tormentas que se desaten, aplastar cualquier intento golpista reaccionario, y pisar fuerte en las elecciones del 2015.

La campaña por la personería del PTP, es un gran instrumento para las tareas políticas de la hora, así como fortalecer al PCR. Son tareas fundamentales para que la clase obrera y el pueblo no queden desguarnecidos frente a los cimbronazos sociales y políticos, y son la garantía para avanzar, por el camino del Argentinazo y la Rebelión Agraria y Federal, para conquistar un gobierno popular, patriótico, democrático y antiimperialista, hegemonizado por la clase obrera, que abra curso a la revolución de liberación nacional y social.