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06 de octubre de 2011


El debate político con el kirchnerismo en la clase obrera

Política y Teoría N° 73 (106) / Septiembre - noviembre de 2011

En marzo del 2010  -en un artículo sobre las paritarias-  dije que sería suicida no dar debate político con el kirchnerismo en el seno de clase obrera. En cada lugar de trabajo, en cada sección, en cada asamblea, en la propaganda. Con las ideas y afirmaciones de los dirigentes sindicales que los sostienen. Batalla política que hoy debe redoblarse en medio del proceso electoral en curso.

En marzo del 2010  -en un artículo sobre las paritarias-  dije que sería suicida no dar debate político con el kirchnerismo en el seno de clase obrera. En cada lugar de trabajo, en cada sección, en cada asamblea, en la propaganda. Con las ideas y afirmaciones de los dirigentes sindicales que los sostienen. Batalla política que hoy debe redoblarse en medio del proceso electoral en curso.
La primera idea en debate con el kirchnerismo y los dirigentes sindicales que lo siguen, es: ellos dicen que pilotean la crisis, sobre la base de que la crisis mundial de sobre producción relativa se desarrolla en forma desigual y habiendo comenzado en EEUU, y este gobierno ha impuesto un modelo de atadura principal con China, Europa y Brasil. Los K dijeron en el 2008  “la crisis es financiera y se centra en EEUU”, no creyeron que  iba a desplazar su centro a Europa en dos años, esto los sorprendió, pero, apuestan que ahora no se va a desplazar a China, Rusia, Europa y Brasil, a donde han atado principalmente  la economía argentina, con su política de profundización de la dependencia del país, sometiéndolo al monocultivo de soja a través de la economía de escala, es decir liquidando  la pequeña y mediana producción , provocando el aumento del precio de la tierra y del alquiler de la tierra, al aumento de la renta y los costos de producción de los productos  de consumo alimentario masivo, trigo, harina, carnes, verduras, frutas, etc.
Tenemos una economía enferma, muy enferma, aunque ha tenido un crecimiento relativo fruto de que aún la crisis mundial en su desarrollo desigual, no ha arrasado a China y Brasil,  sin embargo, el modo en que han enfrentado los efectos de la crisis desde el 2008 hasta el presente tuvieron un lado fuerte en que están atados a esos países y su lado débil en que van  descargando sobre los asalariados con el aumento de los ritmos de producción y usando la inflación como variable de ajuste. No han podido descargar más a fondo por las impresionantes luchas de la clase obrera, como General Motors, petroleros,  Terrabusi, Arcor y alimentación, Astilleros Río Santiago, químicos y petroquímicos, rurales, bancarios, estatales y docentes que enfrentaron los despidos y lucharon por salarios de acuerdo a la canasta familiar real.                                                                                                                   
El gobierno nacional exhibe, como muestra de crecimiento ficticio,  la recaudación fiscal. Un país sumamente dependiente, sin diversificar su producción, con altísimo índice de inflación y con tasas de interés altísimas en sus créditos internos, va a ser fácilmente arrasado, en  los primeros efectos que arrastren a los países donde estamos principalmente atados, produciendo miles y miles de despidos, combinando inflación con recesión. Tapan la inflación, con el Indek trucho, culpando a la voracidad de empresarios que son responsables juntos con ellos, pero lo hacen distorsionando  el concepto de inflación, que se produce principalmente por la distorsión de los precios relativos, consecuencia de la política económica del gobierno, de subsidios, pago de deuda externa ilegitima y bajos salarios. En esto esconden su carácter de gerentes en el estado de los monopolios imperialistas, ellos  dicen que los empresarios aumentan descontroladamente los precios para esconder que juntos están llevando a cabo el ajuste inflacionario. No hay mediciones reales.
Debemos abordar la discusión del pago de la deuda externa ilegítima y usuraria a fondo, sobre la base de que fue la dictadura  la que la hizo, y no puede seguir pagándose cuando se declaran crímenes de lesa humanidad los de los genocidas. Sin embargo no se cuestionan y se le da continuidad jurídica a las decisiones económicas de esos genocidas. Debemos cuestionar de fondo el sistema implantado por la dictadura, que mantienen todos los sectores de la burguesía intermediaria de distintos imperialismos: “Debemos pagar la deuda, para hacer los deberes con los banqueros internacionales para calificar bien, de modo que seamos previsibles para que vengan inversiones  y nos ayuden con más trabajo”; en realidad vienen las inversiones para dar muy poco trabajo, llevarse todo lo que puedan esquilmar del patrimonio nacional, liquidar la pequeña y mediana empresa y apoyarse en la clase obrera y los pobres a través del clientelismo  esclavista y la corrupción,  para lograr el voto cautivo, pues hoy no pueden dominar con dictadura. En esta línea la sojización del país, la entrega de la minería, el petróleo, el agua pura, los recursos turísticos, etc.

¿Una línea “nacional y popular”?

Esta línea es lo contrario de la política de Perón. Es lo contrario de cualquier política nacional y popular o de la burguesía nacional que intente sólo reformas limitadas. Debemos explicar por qué China ha logrado crecer a más de 9 % anual  durante 10 años.  Porque  el kirchnerismo lo exhibe a su favor, explicando que es la locomotora mundial y que ha sido un gran acierto de ellos enganchar nuestro vagón a ese tren. Debemos explicar cómo el socialismo sacó del atraso a China, y las manos de los obreros y campesinos crearon todo lo avanzado  que existe en China.  Que hoy la burguesía que usurpó el poder lo usa a su favor y cómo se ha trasformado en país imperialista. Los pueblos no tienen  claro aún su carácter  imperialista. Debemos explicar, pacientemente, que la atadura hacia ellos es de subordinación y dependencia y  no de amigos solidarios, que sus inversiones aquí no son para ayudarnos sino para esquilmarnos llevándose la soja, los recursos mineros y petroleros, e imponernos la importación de sus productos, liquidando nuestra industria nacional  como han hecho otros (ingleses franceses, yanquis, rusos, etc).
Debemos explicar algo que el kirchnerismo no dice nunca, y cuando hablan dicen: “fue una tragedia” y tampoco los dirigentes sindicales traidores hablan.  Es la devaluación duhaldista, propuesta por un sector de las clases dominantes para salir de la convertibilidad. Devaluación que le quitó a los trabajadores más de 5.000 millones de dólares de sus salarios  y,  junto con la suspensión del pago de la deuda externa, fueron  las razones principales de la recuperación económica. “Tragedia” para los K por que se suspendió el pago de la deuda trucha, pero no porque se les quitara a los trabajadores, cuando no eran responsables de esa crisis. Hablan de” crecimiento con inclusión” cuando el 70% de los asalariados ganan sueldos que están en el nivel de pobreza, una buena  parte en negro, trabajando en tercerizadas y flexibilizados con ritmos infernales de trabajo.
Según el balance que hace el kirchnerismo de Néstor Kirchner, después de su muerte se lo  exhibe  como el  que dio las paritarias nuevamente. Nosotros decimos: nos costó un tiempo, y luchas muy largas de la clase obrera, para lograr la restitución de las paritarias, hubo que arrancarlas, nuevamente, después de que Kirchner compartió el mismo ministro de Economía del gobierno de Duhalde que nos había dado el sablazo en los salarios y se aliaba con el dirigente traidor  Moyano que había luchado por esa devaluación  contra los intereses de sus bases. Dirigente que  en todo el periodo menemista  había enfrentado política y gremialmente  desde el MTA, junto a la CCC y el CTA,  la política entreguista y vendepatria de Menem.
Pero el gobierno y sus seguidores sindicales siguen defendiendo la idea que a los trabajadores de más altos sueldos hay que cobrarles impuestos aunque este tema genera muchas contradicciones entre ellos.  y aunque exhiben las políticas de De la Rúa para oponerse al llamado ajuste salvaje, para poder hacer pasar su ajuste a través de la inflación, ni una palabra dicen sobre el impuesto a los salarios que impuso el gobierno de  De la Rúa. Y ellos frente a las luchas de los trabajadores desde hace 4 años contra el impuesto ceden a cuenta gota, pero de 800.000 trabajadores hoy lo pagan 1.300.000. Sin embargo ni una palabra dicen sobre el bajo nivel de impuestos que pagan las patronales imperialistas, los pooles de siembra, los terratenientes y las exportadoras de cereales. Mantienen el IVA, haciendo que la carga impositiva se centre sobre los que menos tienen y sobre el trabajo. Hablan de la distribución de la riqueza, pero durante su gobierno han hecho a los ricos más ricos y a los pobres más pobres. Los números muestran claramente quienes han ganada en estos 8 años de gobierno K.

Freno al salario, desprotección de las pymes y flexibilización laboral

Frente a la lucha salarial siempre proponen la moderación de los trabajadores, fijando topes  y oponiéndose a los salarios igual a la canasta familiar real. Niegan la inflación y nunca hablan de la canasta real de la familia tipo. Hablan de “lo posible”, de “lo sensato” para “no afectar la macroeconomía”, a la que según ellos no hay que desestabilizar con aumentos salariales desmedidos. Así defienden los intereses de las grandes patronales, escondiendo la devaluación duhaldista y las enormes ganancias de ellas, durante su gobierno.
Proponen negociaciones para discutir los salarios y se oponen a la lucha, boicotean las luchas. No  se discuten en las asambleas los pedidos salariales, no se designan paritarios en las asambleas, sólo 4 o 5 dirigentes discuten y la gran masa de base de los sindicatos no se entera de nada. El kirchnerismo sostiene ésta línea a capa y espada y se enoja con las masas que desbordan a los dirigentes sindicales traidores, judicializando o reprimiendo. Han tercerizado la represión: usan las patotas y autorizan su uso por sus socios sindicalistas traidores. El mejor ejemplo es el asesinato de Mariano Ferreira, pero en un año tenemos 10 muertos, mártires del pueblo. Usan en los conflictos la vía de la ilegalización, o la conciliación obligatoria o la patota. Sin embargo los de abajo hemos empujado el desborde y les hemos ganado muchas pulseadas grandes rompiendo topes salariales y parando despidos y recuperando sindicatos de base, echando dirigentes traidores como el gran ejemplo de los petroleros del norte de Santa Cruz. Este camino nos ilumina con los ejemplos que antes hemos citado.
La propuesta de moderación, tiene también otro argumento: la defensa de la pequeña y mediana empresa. Una falacia. Cuando, en realidad, su política económica castiga impositivamente, en cada rama, a los trabajadores y a la pequeña y mediana empresa,  beneficia a los monopolios imperialistas con subsidios. Pues permite la repatriación ilimitada de ganancias y mantiene la tercerización en la producción, que subordina y esquilma a la pequeña y mediana empresa nacional creando obreros de primera, de segunda, tercera y cuarta, con salarios diferentes a la baja en cada categoría de tercerizadas. La tercerización y los llamados servicios empresarios son el lugar donde reina el trabajo en negro que este gobierno dice combatir, pero que avanza a cuenta gotas pues está en la naturaleza misma de su proyecto económico. Terceriza en la construcción generando las cooperativas, terceriza en las empresas públicas privatizadas como en ferrocarriles, etc. Critican a Menem, pero mantienen los contratos- basura del menemismo, que permiten pasantes, monotributistas, contratados. En primer lugar en el propio Estado nacional, en los provinciales y brutalmente en los municipales. En las imposiciones para la obra pública que les hace a provincias y municipios les obliga a contratar determinadas empresas  de sus amigos, como hizo con Schoklender para construir viviendas, pero nunca exige blanquear trabajadores.
Critican a Menem, pero se alían políticamente con él. Claro, comparten la idea de la privatización y comparten la idea de las ART, manteniendo un negocio contra los trabajadores, que sufren brutalmente los que están en blanco cada vez que tienen  un accidente o muerte en el trabajo, pues les pagan miserias de indemnización, ni los atienden correctamente para su recuperación. Sin embargo el gobierno “nacional y popular” no habla ni una palabra de esta situación pues está en el negocio, vía la superintendencia de ART. Están los dirigentes sindicales empresarios, como estaban en las AFJP.  Su estatización se exhibe como un gran avance. Que efectivamente fue un paso positivo no hay duda. Después de muchísimas luchas de la clase obrera por su reestatización, la lucha de los 22 rurales de Río Negro en Plaza de Mayo puso el  tema de las ART, tan importante, en el centro de la escena política
Las leyes de flexibilización laboral, siguen vigentes. Esa flexibilización, combinada con trabajo en negro y salarios en algunas ramas que apenas superan el nivel de pobreza -abarcando el 80 % de los trabajadores de la rama como en metalúrgicos-, el aumento de ritmos, es la moneda común  de las” realizaciones” del gobierno nacional. Sólo donde la lucha desbordó sistemáticamente, el nivel salarial creció. Pero allí está el gobierno con el impuesto a los salarios y la inflación para volver a licuarlos.

Unir a los trabajadores y no aislar las luchas

El gobierno nacional ataca sistemáticamente la política de unidad del pueblo en sus luchas  Lo vuelven loco, las multisectoriales, la unidad de reclamos de la clase obrera en sus tres torrentes y de ésta, con los campesinos pobres y medios, con las naciones y pueblos originarios, con los estudiantes, con los pequeños y medianos comerciantes, con los sectores patrióticos y democráticos. Esta política sistemática  de unidad y reagrupamiento del PCR y la Corriente Clasista y Combativa desde ocupados, desocupados y jubilados impide el aislamiento de las luchas, que es la línea principal de trabajo del kirchnerismo.
La Corriente Clasista y Combativa ha sido en este periodo una gran herramienta de masas para encabezar las luchas, articular la unidad en amplios frentes,  mantener la calle, de la que nunca pudo ser sacada. A pesar de los golpes recibidos.
Fue un gran acierto de la CCC el debate político que llevó adelante con las políticas del gobierno en todos los terrenos, desnudando su carácter, sin aislarse, en sus tres componentes ocupados, desocupados y jubilados y pensionados. Profundizar este camino que hemos transitado, en este momento electoral, es un enorme desafío y responsabilidad.
La lucha contra la política del gobierno en el movimiento obrero dio un paso muy importante cuando se produjo la división de la CTA. Nuestra decisión política y de las agrupaciones de la CCC en unirnos con el sector de Micheli y la lista 1 fue un gran acierto para ayudar desde abajo al reagrupamiento  y unir fuerzas por la batalla contra la política del gobierno. Claro, lo hemos hecho a la luz de nuestra propuesta sindical. Y nos ayuda también a abordar la enorme crisis que está sufriendo la estructura sindical argentina, con tres CGT, 10 federaciones nacionales divididas, centenares de nuevos sindicatos simplemente inscriptos y las luchas gigantescas que la desbordan desde abajo y la ponen en mayor crisis, también por los fallos de la Corte Suprema .
Pero se debe avanzar muy rápido y a  saltos en el cambio de la correlación  de fuerzas en el movimiento obrero ocupado  y en jubilados y pensionados, pues para el gobierno kirchnerista  la clave del sostén de su políticas y de la mentira son los dirigentes sindicales traidores. Para eso mantienen una ley sindical aprobada en épocas de De la Rúa con la Banelco. Ley que integra totalmente al Estado oligárquico- imperialista  la estructura sindical a través del sistema de personerías gremiales. Y le permite decidir quién tiene la negociación y tratar de condicionar e ilegalizar la lucha de la base en los gremios, que garantiza los negocios empresarios de los dirigentes sindicales, y avalar a través del Ministerio de Trabajo los fraudes electorales y los estatutos prescriptitos. Son socios probados de los Zanola y los Pedraza. Luego, cuando la lucha de masas, como en el caso de Mariano Ferreyra, desbordó el país, miran para otro lado diciendo:” ¿qué tenemos que ver nosotros?”, y preguntándose: “a ver, ¿en qué gobierno fueron presos dos de estos dirigentes sindicales?” Debemos enfrentar su política con un proyecto que termine con la  intervención del Estado en la estructura sindical y obtenga la verdadera libertad sindical, que es la independencia del Estado y los patrones, con organizaciones basadas en los cuerpos de delegados y comisiones internas de fábrica y de la rama.
Teniendo en cuenta las necesidades y la disputa política con el kirchnerismo, he considerado muy útil  transcribir un capítulo del informe sindical del Comité Central del PCR del 30 y 31 de octubre del 2010,  denominado Nuestra propuesta sindical, que reafirma la línea histórica, recoge los cambios producidos, analiza la situación actual y propone una línea para la actual etapa.
 
Nuestra propuesta sindical
 
“La línea sindical es la integración de la línea general del Partido a la realidad de la clase obrera y al desarrollo del movimiento obrero.”
“El problema fundamental que está planteado (…) es cambiar la correlación de fuerzas en las grandes empresas, las grandes concentraciones de obreros rurales y otros centros estratégicos, con sus cuerpos de delegados que sean motores de multisectoriales y comunas populares, y puedan hegemonizar a esas masas y dirigirlas en un Argentinazo triunfante que defina el poder.  Para eso la clave es el fortalecimiento del PCR, su mayor crecimiento y su preparación, para estar en condiciones de responder a los cambios bruscos de escenarios político que se preanuncian con la profundización de la crisis económica y la crisis política e institucional en curso”, (11° Congreso, Pág. 70).
 “Lo central del Partido, de sus organizaciones de base, es la lucha por dirigir al proletariado por unidad de producción, ganando a la masa para el objetivo programático de poder de la clase, pugnando por hegemonizar las comisiones internas y cuerpos de delegados, apelando a todas las modalidades tácticas concretas, con la masa, que requiera cada situación concreta, en el camino de convertirlos en órganos de doble poder de la clase en la lucha por romper la trampa de las clases dominantes y sus acólitos reformistas, en el camino de la insurrección obrera y popular, el socialismo y el comunismo”, (Capítulo 6° del 2° Congreso del PCR).
 En el desarrollo del Capítulo 6°, hacia la síntesis dice “en este camino y para asegurar el necesario desarrollo de ‘lo nuevo’, es preciso asegurar la proyección de una política de recuperación de los sindicatos para la clase, en la pugna por reconstruir el movimiento sindical argentino sobre bases clasistas revolucionarias que se inscriba en el proceso de la lucha por el poder popular revolucionario y el socialismo… ”
 “En su lucha contra los jerarcas las amplias masas de obreros y trabajadores buscan formas que les permitan una mayor eficacia en la lucha por sus reivindicaciones y por la recuperación de sus organizaciones gremiales… El centro de la agrupación es la lucha por reconquistar el sindicato para el clasismo revolucionario, lucha en la que busca términos de acuerdos con los delegados y activistas que representan a esas masas en lucha por expulsar a los jerarcas y traidores de los gremios, como es el caso de los Movimientos de Recuperación Sindical. En el desarrollo y construcción de esos acuerdos de frente único las Agrupaciones Clasistas establecen una pugna abierta por la dirección del gremio para el clasismo revolucionario…”
 “Hemos practicado este camino que tuvo su máxima expresión en el SMATA Córdoba, que demostró la importancia estratégica del centro de concentración en la construcción partidaria y la acumulación de fuerzas, y la recuperación de los cuerpos de delegados y comisiones internas. Lo mismo vale para la histórica lucha de Igarzabal, de Ford, y la heroica huelga de Kraft.”

 Los cuerpos de delegados y comisiones internas

“El papel de los cuerpos de delegados y comisiones internas tiene una larga historia. El proletariado argentino, como señala el Capítulo 6° del 2° Congreso: atesora una larga experiencia de  luchas sociales y políticas comparable a la de los paí¬ses capitalistas más antiguos. Esa experiencia, ese patrimonio social del proletariado argentino, puede a veces ser olvidado; puede aparen¬temente desvanecerse, o diluirse en las brumas del reformismo que imperó, casi incontestadamente, durante más de treinta años en el país; pero existe, y constituye parte importante de la trama esencial que sostiene estallidos y expresiones del combate clasista, en tanto una fuerza de vanguardia es capaz de recuperarla.”
 “Perón –a diferencia del gobierno de Getulio Vargas en Brasil– no creó lo fundamental de un movimiento sindical adicto. Reestructuró y absorbió a uno ya existente, apoyándose fundamentalmente en el trasvasamiento al peronismo –en un momento económico y social favorable– de dirigentes reformistas, de todo pelaje, y de jerarcas del tradicional sindicalismo policial argentino. Ese proceso estuvo minado por contradicciones que afloraron durante todo el gobierno peronista, pero muy especialmente en su periodo inicial cuando aún no había homogeneizado sus fuerzas. Y en el mismo se institucionalizaron y enraizaron en forma perdurable las comisiones internas y los delegados de sección como expresión de la organización proletaria en la empresa, allí donde el obrero puede tomar conciencia no sólo de su carácter de asalariado y de explotado sino también de productor, y de la evidencia del obstáculo de la propiedad privada sobre los medios de producción para la propia producción. Es decir, allí donde el obrero puede, mucho más fácilmente que a través de la mera actividad sindical, con la ayuda de su vanguardia política, transitar la vía de su transformación en comunista.
Esas comisiones internas y cuerpos de delegados fueron el cimiento de la resistencia que bajo el propio peronismo se expresó en luchas como la huelga metalúrgica de 1954, y la resistencia a los planes del Congreso de la “productividad’ organizado por el gobierno peronista para intensificar la superexplotación de la clase obrera. Y fueron el cimiento de los numerosos y heroicos combates de clase librados bajo la ‘Libertadora’ y el frondizísmo”.
 “Hemos analizado en  el informe sindical del 2006, y de las resoluciones del  9° Congreso de la JCR-,  que “lo nuevo”, la nueva generación obrera, se enfrenta en sus luchas con una realidad de que 4 o 5, a lo sumo 10 jerarcas desconocidos por la masa, discuten aprueban y firman los convenios colectivos  con las patronales donde se definen  sus salarios y condiciones de trabajo, sin consulta alguna, ni asambleas, siempre a la baja salarial y con flexibilización laboral.
 En la actualidad, sólo en el 12% de las empresas y lugares de trabajo funcionan las comisiones internas y cuerpos de delegados. Una parte sustancial de los asalariados están en negro y ha crecido la desocupación estructural. El resultado es una crisis de la organización sindical en la Argentina, tradicionalmente uno de los movimientos obreros más desarrollados del mundo, hecho reconocido públicamente.
 En la situación actual está vigente lo señalado en el Capítulo 6° del 2° Congreso: “Las luchas económicas pasan rápidamente a transformarse en lucha política. Al mismo tiempo existe un amplio espectro de reivindicaciones en cada unidad productiva muy diferente a las tradicionales reivindicaciones sobre las que se estructuró anteriormente el movimiento sindical, reivindicaciones que empujan a un combate que trasciende rápidamente al plano político y, en la medida en que una fuerza revolucionaria lo impulse, al enfrentamiento al sistema. (…) Perdriel, en Córdoba, marcó el camino.
 La existencia de los cuerpos de delegados, su funcionamiento democrático, y la recuperación de los mismos para una línea combativa y clasista, de hegemonía proletaria en la revolución, es la cuestión central de nuestra propuesta sindical, que preocupa al gobierno y a las clases dominantes, y que constituye, para el Partido, una cuestión fundamental en el análisis de la crisis de hegemonía, y en la elaboración de la línea política y la táctica en el movimiento obrero.
La dictadura desató la feroz represión sobre el movimiento obrero que barrió con los cuerpos de delegados, comisiones internas y sindicatos de base, a los que llamaba “soviets de fábrica”. Con la vuelta del sistema electoral, se fueron impulsando cambios en la legislación laboral para impedir la democracia obrera. Esto fue en lucha contra la rebeldía que crece por abajo y que busca expresarse, una y otra vez, en los procesos de las masas obreras.
 Así, sobre la sangre de miles de dirigentes, delegados y activistas, se impuso el actual régimen de los sindicatos, que es la articulación del Ministerio de Trabajo y los monopolios con los jerarcas sindicales; articulación  de la que ha terminado surgiendo una integración política, no institucional o corporativa, de los grandes sindicatos con personería gremial a la política del Estado y los gobiernos que expresan al bloque dominante en la sociedad argentina. Este régimen legal promueve una estructura sindical centralizada cuyo vértice está ocupado por la CGT y los grandes sindicatos nacionales por rama de producción.
 La característica esencial del actual sistema, es impedir la democracia obrera directa, con sus asambleas, delegados por sección, cuerpos de delegados y comisiones internas, a través de los cuales las masas sean protagonistas de sus luchas, y puedan colocarse en el centro de la política local, provincial y nacional, para unir en torno suyo al conjunto de las clases interesadas en la revolución. Esto nos plantea que nuestro trabajo debe ser nadar como pez en el agua entre las masas; y al mismo tiempo, estar a resguardo de las patronales y el Estado.”
 “La existencia de los cuerpos de delegados, su funcionamiento democrático, y la recuperación de los mismos para una línea combativa y clasista, de hegemonía proletaria en la revolución, es la cuestión central de nuestra propuesta sindical.
 La clave del régimen legal antiobrero, está en la ley 23.551 de Asociaciones Sindicales. Impulsamos la lucha por su derogación, y usando a favor del movimiento obrero lo establecido en el artículo 14 bis de la Constitución, la “organización sindical libre y democrática, reconocida por la simple inscripción en un registro especial”.
 Luchamos para que en todos los lugares de trabajo todos los obreros de la sección, sin importar a qué sindicato pertenecen o si no pertenecen a ninguno, eligen a su delegado, y que sean los propios obreros de la sección los que deciden cuándo se elige el delegado y son únicos jueces de la legitimidad de esa elección. Y también puedan decidir, en cualquier momento, la revocatoria del delegado. La decisión en relación al convenio, salarios y condiciones de trabajo debe estar en primer lugar en la asamblea de sección y el mandato a cada delegado constituyendo el cuerpo de delegados de sección de cada empresa y de la rama. Y el conjunto de los delegados de sección de todas las empresas de la rama, deben constituir  el  congreso que decide  todo. Debe establecerse la revocatoria si el delegado traiciona los mandatos. El congreso controla y destituye paritarios a pedido de las asambleas.
 En relación a esta cuestión, la división del bloque de clases dominantes se ha expresado en el fallo de la Corte Suprema que declaró la nulidad del art. 41 de la Ley 23.551 de Asociaciones Sindicales, referido al régimen de elección de los delegados de personal, sobre los requisitos de los candidatos y sobre quien convoca a esa elección. Se ha producido el segundo fallo que impugna por inconstitucional al art. 52 de la misma Ley 23.551 y establece que el fuero o protección lo tienen los delegados de personal estén en el sindicato con personería gremial o con simple inscripción. Aprovechar estos fallos para el avance del clasismo en los cuerpos de delegados y comisiones internas tiene una gran importancia, lo que requiere estudiarlos para poder usarlos en función de la recuperación clasista de las organizaciones de base del movimiento obrero al tiempo que luchamos por la derogación de la Ley de Asociaciones Sindicales.
 
La representación gremial

Defendemos el papel del sindicato más representativo con la facultad de negociar los convenios colectivos; y denunciamos y nos oponemos a la intervención del Estado con el “otorgamiento” de la personería gremial. Luchamos por la derogación  de la ley de Asociaciones Profesionales que subordina  a los sindicatos a las decisiones del Estado y la política de los gobiernos de turno.
Proponemos que sean los cuerpos de delegados y los congresos de delegados por rama de la producción  los que determinen cual es el sindicato más representativo; y que el Estado deba tener sólo un Registro de esas resoluciones del movimiento obrero.
 Ponemos  el acento en que la instancia de elección  del sindicato más representativo, que ejerza las función de representar a los trabajadores  en la negociación del convenio colectivo con las empresas, sean los Congresos de Delegados que representen a la organización sindical en la Empresa, a los delegados de personal, que según la ley sindical es un ámbito de representación única de todos los trabajadores, estén o no afiliados a los sindicatos.
 Fue una conquista de las luchas del movimiento obrero que en el régimen legal  de la organización sindical esté el derecho de los Convenios Colectivos con ultractividad y prohibición legal de rebaja salarial en la Ley de Convenios Colectivos y la ley Sindical, con reconocimiento de la facultad del sindicato a representar a los trabajadores y su interés de clase en la negociación colectiva con las patronales y el Estado.
 Luego con la Ley de organización de los sindicatos 23.551 (y sus antecedentes desde el Decreto 23.852/45), resultó que aquel derecho -conquistado con la lucha-, el Estado lo transformó en el “otorgamiento por el estado” de la personería gremial al sindicato más representativo, que es una intervención del gobierno en la organización de los sindicatos. Esto cambia la calidad de sindicato más representativo, transformándolo en un privilegio de jerarcas sindicales atornillados a su dirección con corrupción, fraude, despidos y represión, con matones, en una acción coordinada por las patronales y el Estado, al que terminan integrados y constituyendo como la CGT Moyano un apoyo fundamental del gobierno de Kirchner.
 La facultad del sindicato de representar a la clase en sus categorías por rama de producción o territorio la “otorga” el Ministerio de Trabajo en forma arbitraria, y de hecho discrecional, reemplazando la voluntad de los trabajadores que debería expresarse en elecciones libres, asambleas, cuerpos de delegados y diversas formas de auto-convocatoria y democracia directa de los trabajadores, con las que definan a la organización sindical que los represente.
Esto se oculta en el debate sobre el régimen legal de los sindicatos que ha abierto el fallo de la Corte Suprema al declarar la inconstitucionalidad de los arts. 41 y 52 de la Ley 23.551 y golpear con ello a los privilegios de los sindicatos con personería gremial. La Corte Suprema no habla de la intervención del Estado en la organización sindical y cómo afecta a la libertad sindical, como si esta intervención del Ministerio de Trabajo fuera algo natural y sólo de procedimiento. Se denuncia la integración de los jerarcas sindicales al Estado, que es necesario e imprescindible hacerlo, pero se oculta el rol principal del Ministerio de Trabajo en esa integración. Lo que exige una gran campaña para conquistar la derogación  de la Ley de Asociaciones Profesionales.
 El CTA y otras fuerzas pretenden combatir a las cúpulas sindicales con una impugnación de la promoción del sistema de unidad sindical y el régimen del sindicato más representativo que ejerce la representación unida de los trabajadores en la negociación de los convenios colectivos y ante el gobierno.  El CTA hace una  defensa de la libertad sindical, de la pluralidad sindical, y de la “representación proporcional” de los trabajadores en la negociación de los convenios colectivos y ante el Estado como en Europa. Pero en la realidad de la acción política, el CTA ha terminado al pie del Ministerio de Trabajo, pidiendo la personería gremial de esa Central, defendiendo la personería gremial de sus sindicatos más importantes como CTERA y ATE, sin denunciar en momento alguno que es una violación de los principios de la libertad sindical la intervención del Estado argentino en la organización interna de los sindicatos con el otorgamiento de la personería gremial.
Los Fallos de la Corte, respecto de esta cuestión, al establecer la inconstitucionalidad de los arts. 41 y 52 de la Ley 23.551 por afectar a la libertad sindical, han puesto a foco que esta Ley, pese a que formula el principio de la libertad sindical y que la personería gremial otorga ventajas al sindicato más representativo promocionando la unidad sindical, en la realidad alienta un régimen legal  por el cual el Estado interviene, haciendo que las ventajas se transformen en los  privilegios del sindicato único como una corporación integrada o articulada con el Estado, y no como representación de la voluntad de los afiliados que ejercen sus derechos constituyendo al sindicato con independencia del Estado y las patronales, utilizando a su favor lo establecido en el art. 14 bis de la Constitución Nacional.
Ser parte de lo nuevo que cuestiona el aparato sindical continuando la línea de recuperación de los cuerdos de delegados, comisiones internas y sindicatos.  
El Partido aborda el trabajo en los sindicatos desde la política de acumulación de fuerzas para la revolución y de la resolución del 11 Congreso de dar el viraje hacia el movimiento obrero ocupado. Esta línea estratégica revolucionaria, la hacemos sobre la base de desarrollar el trabajo en los centros de concentración y en las organizaciones sindicales donde están la mayoría de los obreros, con la línea histórica de impulsar y encabezar las luchas, recuperar los cuerpos de delegados y las comisiones internas, y barrer a los jerarcas sindicales de los sindicatos que ejercen o reclaman la personería gremial en las relaciones colectivas de trabajo con las patronales y el gobierno.
 Impulsamos frentes únicos amplios para la lucha, incluso golpeando juntos con sectores que por diversas razones acuerden en impulsar las luchas. Y pugnamos por desbordar a los jerarcas sindicales que se oponen a la lucha.
Debemos tener en claro de que en todo proceso donde golpeamos juntos, o hacemos frente único con otras fuerzas, es indispensable, al mismo tiempo que desarrollamos la unidad de acción, librar la lucha política e ideológica en las masas con esas fuerzas  disputando la hegemonía, como se analiza en el capítulo 6° del 2° Congreso del Partido, apoyándose en lo más combativo de la masa, uniendo hasta el último, del sector intermedio, aislando el sector recalcitrante propatronal.
 Ante la traición y entrega de los jerarcas sindicales expresando la contradicción entre la base obrera de los sindicatos y la cúpula traidora integrada a los monopolios y el Estado, han surgido Movimientos de Recuperación Sindical dentro de los sindicatos con personería gremial, formación de nuevos sindicatos con simple inscripción gremial, y diversas formas de desborde a los jerarcas y los sindicatos, delegados autoconvocados como en Tucumán y Santiago del Estero, especialmente en las organizaciones sindicales de fábrica o lugares de trabajo. Estas expresiones de la contradicción entre la base y la cúpula de las organizaciones sindicales, ha sido acompañada por la creciente división en la estructura sindical, en la CGT, en la CTA y en la división de las Federaciones Nacionales que en lo fundamental expresan la fractura en las clases dominantes.
 Ya está dicho. El clasismo revolucionario levanta una propuesta que defiende la lucha por las reivindicaciones obreras y la más amplia y profunda democracia obrera, que es la que se forja con el protagonismo de los cuerpos de delegados y comisiones internas, unidad de representación ante la patronal y el Estado ejercida por el sindicato “más representativo” u organización sindical “más representativa”, incluso las que surgen de procesos autoconvocados como los Delegados Autoconvocados en Tucumán.
Hoy, en la realidad del movimiento obrero, la tarea básica es impulsar las luchas y la recuperación de los cuerpos de delegados, comisiones internas y sindicatos. La lucha por la democratización, el ejercicio de la mayor democracia defendiendo y recuperando los cuerpos de delegados y comisiones internas contra la política de los jerarcas sindicales, para que, sobre esa base defendamos la organización sindical por rama, los convenios colectivos, y la representación unida de la clase  ante la patronal y el Estado.
Esta propuesta es la que impulsamos los comunistas revolucionarios en la Corriente Clasista y Combativa, y con ella procuramos ganar a una amplia corriente del movimiento obrero, principalmente la juventud y lo que hemos denominado lo nuevo en el movimiento obrero.
Esto está atado al derecho de huelga, hoy en mano de los sindicatos  y no en manos de los trabajadores, que amaña, condiciona e ilegaliza las luchas surgidas desde abajo por la decisión mayoritaria de los trabajadores en asamblea, por lo que debemos luchar para que sea decisión de los trabajadores, sus asambleas y cuerpos de delegados.
 Impulsamos la formación de amplios Movimientos de Recuperación Sindical con base en los Cuerpos de Delegados de fábrica, contra esos jerarcas que, junto a las patronales,  golpean a la organización sindical en las fábricas, burocratizan e impiden crecientemente la democracia obrera en los sindicatos, y tratan de destruir el poderoso movimiento de lucha y de recuperación sindical que crece en las comisiones internas y delegados de fábrica y lugares de trabajo en todos los sindicatos,
 En la introducción partimos de la línea estratégica del capítulo 6° del 2° Congreso, de los cuerpos de delegados y el camino de acumulación de fuerzas revolucionarias, para cambiar la correlación de fuerzas en los cuerpos de delegados y ganar la dirección de masas, con una línea que no es “sindicalista” sino que es una línea política general y revolucionaria, que analiza la organización sindical desde esta perspectiva y trabaja en la realidad del movimiento obrero como fuerza política revolucionaria. Tenemos presiones y errores de sindicalismo revolucionario y caudillismo.
 La flexibilidad ante cada situación concreta no debe ser oportunismo, sino un análisis concreto de la situación concreta, que resuelve la táctica en cada circunstancia, impregnada de la estrategia. Cada situación concreta requiere una solución concreta, requiere flexibilidad, en la tarea principal del partido de dar el viraje hacia el movimiento obrero, pero esa flexibilidad debe ser integración de línea general a cada situación concreta.
 La táctica concreta, que puede usar cualquier tipo de maniobra, debe estar impregnada del objetivo de avanzar en una línea de masas que basándose en lo más avanzado gane a la mayoría para dar un paso en democratizar al movimiento obrero y fortalecer la unidad de la mayoría en los cuerpos de delegados, de los sindicatos o autoconvocados, y en las organizaciones sindicales de fábrica o de los lugares de trabajo, que son banderas programáticas de la Corriente Clasista y Combativa.
 Prepararse y tener la cabeza abierta para desarrollar aquellas forma que, en la situación concreta, ayude a avanzar a la mayoría de la masa en desbordar a la organización del aparato sindical, o, a la falta de organización en los lugares de trabajo que imponen el Estado, la patronal y el aparato sindical. Pero tenemos que precavernos y disputar dentro de la unidad de acción contra el aparato sindical con la tendencia al basismo, que puede terminar absorbida por la línea socialdemócrata de división de los sindicatos y “representación proporcional” ante la patronal y el estado de la CTA, del llamado modelo europeo, de la experiencia en la organización sindical francesa.”
 
La CGT
 
El gobierno K sostiene hasta ahora el acuerdo con la CGT. Con forcejeos esto le permitió mantener la esencia de su política: bajos salarios y jubilaciones, pago de la deuda externa usuraría, índices truchos, etc., las suspensiones y despidos y los topes salariales en las paritarias. A la vez, este acuerdo le garantizó impedir que el movimiento obrero organizado  se movilizara masivamente en apoyo a la lucha del campo. En el segundo semestre del 2009, en medio de la crisis, con una debilidad extrema, los K tenían – y tienen – un punto fuerte en su acuerdo contradictorio, de unidad y lucha con la cúpula de la CGT. Desde ya, su opción y la disputa, el carácter de presidentes del PJ, lo alejan de los transversales y de ciertos sectores del llamado “progresismo “, y lo acercan a sectores del MTA y de los gordos. La muerte de Néstor, ha alejado  más a Cristina de Moyano y la acercó a los transversales, quedó claro en el armado de las listas actuales. A la vez, la disputa en el bloque dominante, inclusive en el seno del sector hegemónico, aleja y hace pasar a la oposición a sectores de la CGT, por ejemplo Barrionuevo.                 
En el nuevo consejo directivo del 2008 de la CGT mantuvo la hegemonía la confederación del transporte liderada por Moyano, pero a la vez los Kirchner presionaron y lograron hacer volver a sectores de los gordos con muy buena relación con ellos – como Cavalieri y Lezcano – y colocaron  a un hombre del Estado asociado con los chinos desde 1977, como Andrés Rodríguez de UPCN -al que consideran fundamental y privilegian por encima del ATE y del CTA-, como tapón de la lucha salarial de los estatales. Rodríguez ha sido el colaborador, con sus patotas junto a Moreno, para mantener la truchada del Indek.
La vuelta de Luz y Fuerza fue  parte de la presión de los Kirchner para tratar de mezclar gente mas amiga en la cúpula de su socio Moyano. Donde está Taselli – viejo amigo de los Kirchner- en la Argentina, están Ieraci-Lezcano  es decir los negocios de Luz y Fuerza S.A.
Es notable cómo Moyano no se desprendió del Momo Venegas en la secretaria del Interior, puesto clave, aunque fue público y notorio que apoyaba la lucha agraria aunque no lo dijo públicamente. Venegas ha hecho públicas posiciones anti-K. Claro, también es el hombre de la ortodoxia peronista en el sindicalismo, como heredero histórico de Lorenzo Miguel en las 62. Venegas, de Necochea, antigolpista en el 75, Moyano, de Mar del Plata, jugaron en la CGT Brasil en una segunda línea.
Venegas fue un hombre al lado de Duhalde desde muchos pero muchos años,  nunca aliado del PC, no era hombre del aparato ruso, pero muy ligado a las patronales agrarias, amigo de Buzzi, de Llambias, etc. Nunca se supo de ligazones con los narcos. Pero estando al lado de Duhalde está salpicado. Hace pensar que Moyano con ligazones con los grandes monopolios del transporte, con múltiples negocios, no se desprende de sus amigos y de los amigos de Duhalde. Hay acuerdos viejos y diferencias claras entre Momo y Moyano.
La inclusión de la UOM, que tiene a la cabeza a Caló, un ultrakirchnerista, es sorprendente, por cuanto aparecería como parte de las presiones del kirchnerismo sobre Moyano. Sin embargo Belén,  adjunto de la CGT, es un duhaldista de pura cepa.
Todo esto muestra que, pese a apoyar a Kirchner, la mayoría de los dirigentes sindicales tienen un pie en el post-kirchnerismo. En estos tiempos se mostró claramente, con la presión de Moyano por la candidatura a la vicepresidencia de Recalde y sus preparativos para el 2015. Las contradicciones se agravaron en esta etapa por la composición de las listas que hizo Cristina donde dejó de lado las mayorías de candidatos del sindicalismo. Seguramente se lo cobrarán en las internas abiertas del 14 de agosto.
A favor de la lucha  agraria se ubicó un sector gremial -el de Barrionuevo, Hermoso, Petreca–García,  etc.-, que no se integraron en el consejo directivo nuevo y pasaron a formar la CGT Azul y Blanca con alrededor de 35 gremios. Barrionuevo, ultra duhaldista de vieja historia, hombre criado por Leónidas Saadi en Catamarca con lo que eso significa (ex Alemania Oriental), también jefe del PR y muchos montoneros. Recordamos la alianza con el Coti Nosiglia y ese sector de rusos en la UCR en la época de Alfonsín, y posteriormente en el gobierno de Menem para el acuerdo de la nueva constitución.  Los gastronómicos y la CGT Azul y Blanca  amenazaron en el 2008, 2009, 2010 con los pedidos del 30% de aumentos y la reapertura de paritarias. Sin embargo varios han sido los dichos y pocos los hechos. Muchos de ellos viejos traidores a la clase, pero siempre los negocios están presentes en la actividad de los jerarcas, negocios millonarios. Casi todos se han hecho empresarios y dependen de distintos monopolios o sectores de la burguesía intermediaria. Las disputas entre estos, alinean y realinean a los jerarcas, las cosas son contradictorias. Si no, veamos el acuerdo de Barrionuevo en Catamarca con los Kirchner, y las disputas en el mismo.  
La lucha agraria dividió la Argentina y un sector de peronistas como Solá y Duhalde estuvieron en la oposición al kirchnerismo.  El Momo Venegas juega políticamente con ellos para el proceso electoral. Sectores importantes de las 62 formaron la agrupación Rucci dentro de la CGT. Claro que siempre el Momo cuidó y amparó a los dos hijos de José Ignacio Rucci, trabajan con él en la secretaria de Interior. Y se alinean con Solá y Duhalde, mientras Barrionuevo apareció más cercano al “Colorado” De Narváez.
Mientras, Moyano, Piumato, la UOM y parte de los Gordos forcejearon por cargos en las listas de Kirchner y el Frente para la Victoria, al que votaron el 28 de junio del 2009.                                                                                                     
Los asesinatos de Gral. Rodríguez destaparon en parte la trama de la efedrina, también los aportes a la campaña del kirchnerismo y las vías por donde parte de los jerarcas pusieron plata para la campaña. La cabeza era Capaccioli, el recaudador, que quedó pegado a la efedrina, hombre de Alberto  Fernández y del moyanismo. Ocaña y un sector del gobierno aprovechó, los golpeó, y Capaccioli se tuvo que ir. Pero también cooptó a su segundo, que era de Moyano, de allí los enojos de la cúpula de la CGT, con Graciela Ocaña. Están en juego por lo menos $ 1.500 millones, que podían disponer para las obras sociales. Estos sectores de la CGT reclaman fuertemente  el tercio de candidatos en las listas del Frente para la Victoria. Esto explica la convocatoria al acto del día 30 de Abril del 2009 y el del 29 de abril del 2011. Después de varios años se acordaron que existía el 1º de Mayo, antes sólo sacaban una declaración. Acuerdan con el gobierno y las patronales, ni siquiera exigen la doble indemnización para parar despidos, pero disputan “fieramente” negocios y cargos políticos. Todas las contradicciones deben ser aprovechadas por los clasistas revolucionarios y debemos golpear principalmente a los más colaboracionistas con el gobierno kirchnerista.
El fallo de la Corte anterior, sobre los delegados, puso nerviosos a los jerarcas. Y el nuevo fallo de inconstitucionalidad del artículo  52 de la ley 23.551 -en el marco de la lucha de Terrabusi-, la prisión de Zanola  -y ahora de Pedraza- por el asesinato de Mariano Ferreyra, la investigación de los remedios truchos en la obra social de camioneros y otros gremios, los tiene en gran preocupación. El fallo refleja esas contradicciones entre los de arriba, y la política de cierta compatibilización entre el sistema sindical brasileño y el argentino que empuja la Corte. Seguramente como fruto de las presiones de las patronales que tienen negocios en ambos países y que quieren reducir las cargas laborales, aportes de obras sociales etc., que son menores en Brasil con un sistema sindical -basado en sindicatos de empresas-, mucho más débil en su estructura.
La lucha de los trabajadores del subte también obligó a los jerarcas y el gobierno a ceder. Las luchas los han desbordado varias veces y han roto los topes salariales.

 

Agosto de 2011