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03 de octubre de 2011


El kirchnerismo: ¿la segunda independencia?

Política y Teoría N° 73 (106) / Septiembre - noviembre de 2011

El pasado 9 de julio la presidenta  Cristina  F. de Kirchner volvió a referirse al tema de la nación y la independencia. En su mensaje por la cadena nacional reivindicó la política del gobierno como una política tendiente a  liberar nuestra patria y plasmar la libertad y la segunda independencia.
Al respecto ¿cuáles son los principales hechos producidos por el kirrchnerismo?

El pasado 9 de julio la presidenta  Cristina  F. de Kirchner volvió a referirse al tema de la nación y la independencia. En su mensaje por la cadena nacional reivindicó la política del gobierno como una política tendiente a  liberar nuestra patria y plasmar la libertad y la segunda independencia.
Al respecto ¿cuáles son los principales hechos producidos por el kirrchnerismo?
Empecemos por la cuestión de la deuda externa. El gobierno kirchnerista, al igual que los anteriores, impide que se constituya una comisión investigadora bicameral que determine cuál es la deuda ilegítima y que ésta no se pague. Este gobierno es el que más pagó1 . Desde 2002 hasta 2008 se pagaron 210 mil millones de pesos y hasta 2009 la deuda sumaba 175 mil millones de dólares, incluyendo los bonos en default.
Según Cristina, el default declarado al comienzo de 2002 es la peor tragedia sufrida por la nación. Resulta así, de hecho, que lo trágico no fue la enorme deuda fraudulenta e ilegítima contraída por la dictadura genocida. Los voceros de intereses imperialistas y de sus socios locales proclaman que ese défault llevó al país a ser considerado hasta hoy “poco serio”. Se lamentan que por ello hasta ahora Argentina no puede reingresar al llamado “mercado global” de crédito. Lo ”poco serio” es que el gobierno kirchnerista oculte el fallo del juez Ballestero que demuestra irrefutablemente el carácter fraudulento de la mayor parte de la pretendida deuda externa.
Este gobierno declaraba que no iba a pagar la deuda con el hambre del pueblo, pero pagó al FMI en 2005 diez mil millones de dólares en efectivo, sin ninguna quita y hasta una parte por adelantado. Mientras seguían (y siguen) muriendo anualmente por desnutrición y enfermedades curables miles de niños argentinos.
Cristina y su ministro de economía Boudou negocian con el Club de París y reconocen la deuda odiosa de la dictadura, por la compra de armas, más punitorios e intereses, lo que hace un total de 8.470 millones de dólares. Esta cifra es 34,5% más alta que la anunciada oficialmente hasta mayo de 2011.La negociación involucra al Fondo Monetario Internacional cubriéndola de “asistencia técnica” para mejorar las estadísticas. Tres bancos imperialistas encabezados por el inglés Barclays fueron designados – jugosas comisiones  mediante –  para llevar adelante el segundo canje de bonos. Dicho banco está vinculado a las operaciones de petroleras británicas en Malvinas pero el gobierno lo trata como operador financiero confiable y no va más allá de condenar verbalmente al colonialismo británico.. La deuda que los usureros imperialistas y sus fondos buitres reclaman ya ha sido pagada con creces.
La justicia federal en juicio iniciado en 1982 por Alejandro Olmos declaró  en julio de 2000 ilegítima y fraudulenta a la deuda externa para el período 1976-1982. Están en trámite judicial la nulidad del “blindaje” de 2000 y del “megacanje” de 2001, llevados a cabo durante del gobierno de De la Rúa y plagados de ilícitos.
La Constitución establece que es el Congreso el poder que tiene la facultad de arreglar el pago de la deuda externa de la nación. El Poder Ejecutivo no tiene atribuciones para suscribir convenios sobre la deuda exterior si no cuenta con la aprobación previa del Parlamento. El gobierno kirchnerista, al igual que sus antecesores, viola groseramente la Constitución nacional.
Cuanto más pagamos, más debemos. Los datos oficiales no son creíbles y escasean. Según las autoridades, la deuda pública al 30 de junio de 2010 ascendía a 173.200 millones de dólares. Los vencimientos de pagos de capital, como hace hincapié el Foro Argentino de la Deuda Externa, se difieren  bajo condiciones más exigentes, mientras que en cada ejercicio financiero anual se contempla el pago de los intereses, algunos de los cuales no son cubiertos en su totalidad, lo cual se convierte en capital que aumenta la deuda y genera mayores intereses. El país mantiene un stock de deuda en 2009 similar al del año 2001. En el primer trimestre de 2011, según datos informados por el Banco Central el 12 de mayo, los pagos netos de servicios de capital e intereses de deuda en moneda extranjera del sector público y Banco Central ascendieron a 1750 millones de dólares. El próximo año los vencimientos e intereses a pagar suman 16 mil millones de dólares.
Otra cuestión fundamental es la extranjerización de la economía, operada con la dictadura y agudizada con el gobierno menemista2. Bajo el gobierno kirchnerista esto no se modificó sino que se acentuó. De las 200 empresas que más facturan en la Argentina, 128 están en manos extranjeras. De las 500 empresas más grandes (no financieras) el 66% (330) son foráneas según el informe del INDEC en 2009 sobre la base de datos de 2007. Las cifras sobre el predominio del capital extranjero son aún mayores ya que dicho predominio se acentuó en los últimos años y porque en esos datos no se incluyen a monopolios como Techint, Aluar-Fate o grupo Clarín y otros manejados por intereses imperialistas a través de testaferros. Las ganancias de las grandes empresas crecen enormemente en estos años gracias a la superexplotación de los trabajadores. Con sólo un 30% más de obreros (respecto a 2001-2003) la industria produce casi el doble que entonces. Si se compara con 1997 la ocupación a fines de 2010 estaba  en el mismo nivel pero con un volumen físico de producción 50% superior.
Como consecuencia de la apertura, las privatizaciones y la desregulación todas las palancas decisivas de la economía quedaron bajo el control imperialista directo. El predominio de capitales extranjeros estatales y privados se extiende al petróleo, la minería, la, electricidad, la química y petroquímica, las comunicaciones, el gas, la siderurgia, el aluminio, la alimentación, la industria automotriz, el sistema financiero, el comercio exterior, los puertos, los aeropuertos, la informática,  los neumáticos, los supermercados, la fabricación de materiales de la construcción, los laboratorios.
En la inversión extranjera directa (IED) el primer lugar lo ocupan los yanquis, en segundo término están los españoles, en tercer lugar los chinos y en cuarto término los brasileños. Brasil en 2008 invirtió en el exterior 162 mil millones de dólares, resultando entonces el sexto emisor de inversiones del mundo3 .
Se intensifica la ofensiva del imperialismo chino en nuestra región. Según el embajador chino en nuestro país, Yin Hongmin, “en el último tiempo, han invertido en este país más de 30 empresas chinas, cifra que se incrementa constantemente”. Y destacó que “la asociación estratégica entre ambas naciones se ha desarrollado”4. La IED en Argentina en el año 2010 totalizó 6.193 millones de dólares. Las principales operaciones fueron: la compañía china CNOOC compró el 50% de Bridas Energy Holdings (del testaferro ruso Bulgheroni) por 3.100 millones de dólares5, la adquisición por 499 millones de dólares de una participación minoritaria en YPF por parte de inversores norteamericanos, la compra del laboratorio Phoenix en 253 millones de dólares por parte de la empresa inglesa Glass Smith.Kline. A fines de noviembre de 2010 la British Petroleum (BP) vendió a Bridas Corporation su 60% de Pan American Energy (PAE) en 7059 millones de dólares6. Bridas Corporation ya poseía el 40% restante; por tanto, ahora controla el 100% (50% de CNOOC y 50% de los Bulgheroni). PAE es la segunda petrolera, produce el 18% del crudo que se obtiene en nuestro país. En los primeros meses de 2011, Bridas compró la ESSO en 600-700 millones de dólares. Incluye sus 500 estaciones de servicios, la refinería de Campana y lubricantes y estaciones de servicios en Uruguay y Paraguay. .Además, Sinopec, también china, adquirió la petrolera yanqui Oxy y Pekín compró la filial del Standard Bank en nuestro país.  
La dependencia tecnológica, financiera y comercial se ha agravado. .En su gran mayoría, las inversiones extranjeras directas se aplican a la compra de empresas ya existentes. Salvo contadas excepciones en lo fundamental no ampliaron la capacidad productiva. La extranjerización de la economía implica el dominio de los monopolios imperialistas del mercado interno, la ruptura de cadenas de producción, y del autodesarrollo de la producción nacional y la ruina del desarrollo técnico y científico autosostenido.              
El kirchnerismo declara propugnar la “reconstitución de una burguesía nacional”. Los hechos de los ocho años de gobierno muestran que en realidad no se recuperaron los recursos y el poder de decisión sigue en manos de los imperialismos. Ni siquiera se aplica el compre nacional.  Por ejemplo, los Eskenazi tienen (y comparten con K) el 25% del paquete accionario de YPF y su gerenciamiento en nuestro país, pero el plan y las decisiones estratégicas están en manos de la española Repsol, que tiene el control mayoritario de YPF y. remite casi todas sus ganancias a la metrópoli. Estas no se reinvierten en Argentina sino que van a otros lugares de  acuerdo al “plan global” de este monopolio. Los K tienen su grupo económico . Usan sus posiciones políticas en el gobierno para la acumulación de capital, saqueando desvergonzadamente los fondos de los jubilados y otras cajas estatales. Hacen negocios protegiendo a los corruptos que sean del palo K. En fin, desarrollan un “capitalismo de amigos”7 .
Los pleitos entre las empresas privatizadas y el estado argentino se siguen tramitando y sentenciando en tribunales extranjeros, Los nuevos títulos de la deuda (emitidos por este gobierno) establecen, igual que los anteriores (de tiempos de Menem y De la Rúa) la jurisdicción extranjera para juzgar las demandas que pueda haber entre los bonistas y el estado.8
En estos ocho años continuó avanzando y ya afecta a más de 20 millones de hectáreas la extranjerización de la tierra, especialmente en zonas estratégicas por su ubicación geográfica y por las enormes reservas de agua y de otros recursos que encierran. Dentro de la gravedad que reviste esta situación sobresalen algunos casos. Como el del magnate norteamericano Douglas Tompkins, quien se adueñó de casi dos millones de hectáreas en Argentina y Chile. En Corrientes Tompkins posee un sector importante del acuífero de Esteros del Iberá, la mayor reserva de agua de América del Sur. En Río Negro, una gran compañía estatal china se instala para explotar más de 300 mil hectáreas con soja.      
Respecto de la ocupación colonialista, la creciente militarización de la isla  y las operaciones petroleras en las Malvinas, el kirchnerismo ha elevado el tono de las declaraciones públicas  pero no toma ninguna medida que afecte a los intereses británicos en el país.
En síntesis, en estos ocho años la línea principal del gobierno – la que expresan los hechos que produce –  muestra, como ya había sucedido en Santa Cruz, que el kirchnerismo representa y forma parte de la burguesía intermediaria, es decir, del sector de la burguesía que se asocia y se subordina a los imperialismos. En su caso no es pro yanqui, sino que se inclina e ilusiona especialmente con el joven imperialismo chino en ascenso y  también privilegia a los vínculos e intereses de Europa y Brasil.
20 de julio de 2011
 

 
1 Ver Manuel Campos Janeiro: La deuda externa: un instrumento de saqueo y sumisión nacional, en Política y Teoría N° 67, abril-julio de 2009.
2 Ver Carlos.Echagüe Argentina: declinación de la soberanía y disputa interimperialista, Editorial Agora, 2004.
3 Clarín, 29 de mayo de 2011.
4 Clarín, 19 de junio de 2011.
5 Bridas Energy Holdings también tiene negocios en Asia Central y en el Norte de África
6 La venta excluye los activos de PAE en Bolivia.
7  Ver Arnoldo Gómez El grupo K, en Política y Teoría N° 72, marzo-junio de 2011.
8  Hace más de un siglo Carlos Calvo formuló la doctrina de afirmación de la soberanía sosteniendo la jurisdicción de los tribunales de cada estado en los pleitos con inversores extranjeros.