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02 de octubre de 2010

El levantamiento del general Valle

9 de junio de 1956.

Tras el derrocamiento del gobierno del general Perón en septiembre de 1955, se desató una feroz persecución contra los sectores populares y patrióticos, particularmente en el movimiento obrero y las fuerzas armadas, como parte de la política de restauración oligárquica, hambreadora y entreguista al imperialismo, que impuso la dictadura militar de Aramburu-Rojas.
“La resistencia a esta política tuvo diversas formas. La clase obrera y las masas populares protagonizaron grandes combates. El 9 de junio de 1956 se produjo el levantamiento de militares y civiles peronistas encabezados por el general Juan José Valle. En La Pampa la rebelión triunfante repuso transitoriamente al gobierno peronista y repartió armas al pueblo. En el resto del país actuaron grupos militares nacionalistas con escasa participación del pueblo, lo que facilitó su aislamiento. Así la rebelión fue derrotada, y el día 10 la dictadura de Aramburu-Rojas impuso por decreto la ley marcial, fusilando a 22 de los militares sublevados, entre ellos el propio general Valle, e incluso un grupo de 12 civiles, ametrallados por la espalda en los basurales de José León Suárez. Sin embargo, ello no acalló la resistencia peronista” (Programa del PCR, julio de 2004).
Peronistas, comunistas y otros sectores se unieron en el movimiento obrero unificado (62 Organizaciones y MUCS), e impidieron que la intervención dictatorial pudiera conformar una CGT adicta.
El teniente coronel Adolfo Philipeaux, a cargo de la sublevación en La Pampa, decía poco antes de su fallecimiento (en la revista Cuadernos para el encuentro en una nueva huella argentina, Nº 10): “En el único lugar en donde la revolución triunfó fue en La Pampa, en el resto del país fue un fracaso. En realidad, creo que ese fracaso se debió a que en los demás lugares no confiaron en el pueblo”.
Y agregaba: “El acierto que tuve para poder cumplir con éxito la sublevación –aparte de haber conspirado para ello– fue trabajar con mucho cuidado con los grupos de inteligencia. Mi idea era armar al pueblo peronista. No se puede hacer una revolución sin armas…”.