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04 de julio de 2018

López Obrador será el nuevo presidente

Elecciones en México

El domingo 1 de julio el candidato Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones presidenciales de México con casi el 54% de los votos. El partido gobernante, el PRI, sufrió un masivo castigo electoral a su política ajustadora, entreguista y de corrupción.

Las elecciones en México, como dijimos en un artículo anterior (hoy 1721) estuvieron atravesadas por denuncias de fraude, proscripciones y el asesinato de 132 candidatos opositores, en un país disputado por los carteles de la droga, en connivencia con sectores del Estado.
Andrés Manuel López Obrador, conocido en todo México por sus iniciales, AMLO, encabezó una coalición electoral desde su partido Morena (Movimiento por la Regeneración Nacional), junto al Partido del Trabajo (PT), el Partido Encuentro Social y otras fuerzas. Ganó no sólo la presidencia, con más de 30% de votos respecto al candidato del presidente Peña Nieto, del PRI, sino la Ciudad de México y varias gobernaciones.
El resultado electoral es un claro castigo a las políticas entreguistas y privatistas de Peña Nieto, quien impulsó la venta de la petrolera estatal mexicana y una “reforma educativa” que es más privatización de la enseñanza y menos derechos para los maestros. Además, muestra un amplio rechazo popular a la creciente corrupción y una política represiva –en muchos casos combinada con carteles narcos- cuyo caso más resonante es el secuestro de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
El sistema electoral en México, al igual que en nuestro país y en casi toda América Latina, es altamente restrictivo hacia los sectores populares. Producto de esto es que la candidata a la presidencia impulsada por el zapatismo y sectores de pueblos originarios, María de Jesús Patricio Martínez, no se pudo presentar.
López Obrador, durante su campaña electoral, planteó anular la llamada ​“Reforma educativa”, frenar la apertura del sector energético a capitales privados, cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México y fijar precios de garantía para productos del campo. Tuvo también, expresiones críticas hacia Donald Trump y su política de encarcelar a los hijos de los inmigrantes ilegales en la frontera estadounidense. Lo tildó de un sistema “opresivo, racista, inhumano”, y afirmó que apoyaría a los mexicanos que quisieran migrar.
Según las leyes mexicanas, el traspaso del gobierno se haría efectivo el primero de diciembre, es decir de acá a cinco meses. Ya en los días previos a las elecciones, se venían realizando masivas protestas callejeras de distintos sectores, en particular de maestros, campesinos y originarios. Todo indica que las luchas crecerán, por lo que se esperan meses turbulentos en México. El gobierno de Peña Nieto ha quedado sumamente debilitado, ya que además el PRI perderá la mayoría en ambas cámaras parlamentarias.
Hay distintas posiciones entre los sectores dominantes en México. La edición mexicana de la revista económica Forbes, destacó que en su primer discurso “AMLO envía un mensaje de certidumbre y reconciliación”, y que “dijo que no habrá expropiaciones”. Esto hace referencia a una campaña en las redes sociales en la que se afirmó que las promesas de López Obrador sobre el petróleo serían para entregarlo a los rusos, como en Venezuela.
En este mismo discurso, López Obrador habló de que su gobierno será de “reconciliación” y que se “respetará la libertad empresarial, de expresión y de creencias”. Esto último tiene su importancia si recordamos que AMLO es evangelista, en uno de los países con mayor cantidad de católicos del mundo.
Desde sectores de la izquierda que empujaron la abstención, advirtieron que con la llegada de AMLO posiblemente aumente la fuga de capitales en México, que ya representa cerca del 2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). También se recordó que los candidatos de los tres partidos mayoritarios (Morena, el PRI y el PAN), mantuvieron reuniones previas a las elecciones con el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, que agrupa a los presidentes de algunas de las empresas más importantes del país, como Televisa, y que mantiene gran influencia entre los poderosos de México.
La abstención electoral se mantuvo alta en vastas regiones del país, aunque disminuyó en Ciudad de México. Se verá en los próximos meses cómo repercutirá en las luchas de los trabajadores y el pueblo este masivo castigo electoral a la superexplotación, los proyectos privatistas y de saqueo de los recursos naturales, y la represión.

Escribe Germán Vidal

Hoy N° 1724 04/07/2018