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02 de octubre de 2010

En una muestra fotográfica por el 8 de Marzo, se presentó un folleto con la historia de la recuperada fueguina. Del mismo extractamos párrafos sobre el papel de la mujer en los inicios del proceso.

La mujer trabajadora en Tierra del Fuego

Hoy 1207 / Mónica Acosta, presidenta de la cooperativa Renacer

Sobre las compañeras de Renacer, Mónica expresaba que "La mentalidad cambió mucho a partir del hecho de que no fueron mujeres sumisas, con una formación cultural que las condena a vivir en su casa, parir hijos y vivir eternamente a la sombra del marido. Se trataba de mujeres que vinieron aquí a ganarse un lugar a la par de los hombres, a tratar de buscar un progreso, a desempeñarse en todos los ámbitos donde pudieron obtener un trabajo, y cuando llegó el momento desempeñaron un papel protagónico, porque históricamente habían sido los hombres los que dirigían…
La participación de las mujeres fue creciendo a partir de la experiencia. Los hechos se precipitaron, porque siempre las más castigadas éramos las mujeres, las que teníamos que rompernos la cabeza para ver cómo hacíamos para resolver una situación en la cual te obligaban a hacer horas extras, por más que las compañeras tuvieran familia y estuvieran desesperadas por ver a sus hijos. Los chicos prácticamente se estaban criando en guarderías. El nivel de superexplotación era muy grande, y cada vez que había problemas la variable de ajuste éramos las mujeres. Entonces nosotros éramos siempre el blanco de los despidos masivos, o discriminaban a las mujeres porque como podían quedar embarazadas las rajaban.
Frente a ese tipo de situaciones se fue generando un alto nivel de combatividad entre las mujeres. En mi caso particular yo empecé sola, con otra compañera, Edith. Nosotros en esa época estábamos trabajando en PL, en la línea de lavadoras, y nos dábamos cuenta que las injusticias estaban llegando al límite y aprendimos a no confiar en nadie, porque sabíamos que el cuerpo de delegados lo manejaba la patronal, esos chabones que se hacían tus amigos y que se metían en los vestuarios a ver qué opinabas vos, para que nos sinceráramos con ellos. Y entonces nosotros decíamos, con cara de inocentes: "¿cómo?, ¿qué me decís?", y desde el pequeño lugar de hormiguita que teníamos, empezamos a pensar cómo llegar a influenciar al resto para que dejaran de tener miedo…

Organizando la primera Comisión de Lucha
Nos manejábamos las dos solas, con Edith, nos juntábamos, escribíamos a mano, porque yo no sabía usar la computadora; ella llevaba el volante a la casa de su hermana y después editábamos los volantes, con unas faltas de ortografía que ni te cuento. Entonces nos dividíamos el trabajo: yo escribía el volante y Edith, como nadie la podía relacionar a ella con la actividad sindical, porque ante las más forras ella se hacía la más forra, del riñón de los supervisores… Ella era supervisora, tenía vinculación con los jefes, era de esas que no hablan ni cuestionan nada, ni boca se le conoce, como buena fueguina que es. Así que ella me dice: "mirá, de mí nadie va a sospechar".
Entonces, a la mañana bien temprano, a mí me traía a la fábrica mi marido, pero ella venía antes en el micro, como una hora antes. En el micro de la empresa, en el horario que ella venía, viajaban muy pocos compañeros, tres o cuatro, era el primer colectivo en llegar a la fábrica. Entonces cuando la gente iba a desayunar ella se hacía la boluda y se recorría todo y metía los volantes debajo de las butacas, en el vestuario; y a ella nadie la veía, nadie la notaba. Entonces desparramaba cuatrocientos volantes, de manera que ya a media mañana empezaban las puteadas, "pero quién carajo habrá escrito estos volantes". Si hasta nosotras mismas hacíamos la parodia: "¡que barbaridad, estos boicoteadores!", de esa manera nos protegíamos, no queríamos arriesgarnos a ser perseguidas hasta que estuviéramos seguras de cuál iba a ser la reacción de la gente cuando se encontraban de frente a los argumentos que nosotros planteábamos. Bueno, en fin, generábamos amores y odios, y así, poco a poco, fuimos organizando el movimiento que desembocó en la creación de la primera Comisión de Lucha.
Deseamos que esta conmemoración implique el compromiso de todas las organizaciones para continuar luchando en defensa de los derechos de centenares de miles de mujeres trabajadoras de nuestra patria, con vistas a construir una alternativa popular frente al creciente encarecimiento del costo de la vida y la entrega del patrimonio nacional.