Noticias

24 de septiembre de 2013

La organización y lucha de la Unión Campesina de Corrientes

Según el censo agropecuario de 2002, existen en Corrientes 10.929 explo-taciones que corresponden a pequeños productores. De ellas, según datos provinciales, alrededor de 2.000 campesinos no tienen el título de sus tierras. El 1 % de los propietarios tiene casi la mitad de las tierras de la provincia, una de las más extranjerizadas del país.

Según el censo agropecuario de 2002, existen en Corrientes 10.929 explo-taciones que corresponden a pequeños productores. De ellas, según datos provinciales, alrededor de 2.000 campesinos no tienen el título de sus tierras. El 1 % de los propietarios tiene casi la mitad de las tierras de la provincia, una de las más extranjerizadas del país.
Mediante una larga lucha, el Gobierno de Corrientes accedió al reclamo de  títulos, llevado adelante por los campesinos de 6 parajes del Departamento de San Miguel. Se conquistó la donación de 122 lotes fiscales, que suman 1.440 has, cuyas  escrituras fueron firmadas y próximamente entregadas. La ley fija que en estos lotes no se podrá forestar. Además, está en marcha la titularización de 115 lotes privados, con juicios de prescripción y sucesión que son financiados por una ley provincial de regularización dominial. Sumarán más de 3.000 has., entre tierras fiscales y privadas. La ley establece que no podrán ser vendidas durante 10 años. Esto incluye la condonación de deudas impositivas. Se demostró que con la lucha se gana. Constituye un gran un precedente  para todos los campesinos de la provincia a favor de la lucha por la tierra, el arraigo y contra la concentración, extranjerización y monocultivo forestal.
Se arrancó la donación de 18 has a favor de la Unión Campesina; era el lote del compañero Francisco González, de la Comisión Directiva de la U.C., que falleció luego de una larga enfermedad. También se logró la entrega de un tractor, un arado-rastra, combustible, semillas, perforaciones de agua. 
Tuvimos en cuenta que nuestra lucha debía ser con firmeza, pero cuando nos escucharon, acompañamos todos los trámites. Los delegados fueron guía de los agrimensores y de los funcionarios que realizaron el censo socio-habitacional casa por casa. Esto no era un pequeño detalle, ya que nuestro pedido fue que la tierra sea para el que vivía y trabajaba en el lote. 
Este avance fue producto de un proceso de lucha, unidad y organización, con dos cortes de la Ruta Nacional 118 (novedoso para la zona) a camiones que transportaban madera desde los establecimientos forestales; la histórica marcha campesina al pueblo de San Miguel, la más grande que se recuerda; y las cuatro marchas a Corrientes Capital, con mucho esfuerzo para juntar los recursos. Todas las medidas fueron decididas democrá-ticamente en asamblea, con los nuevos delegados y dirigentes campesinos a la cabeza.
 En el proceso de luchas nos sumamos a la Federación Nacional Campesina, y junto a la CCC confluimos con la CTA y la CGT de Moyano, cortando la avenida 3 de abril, acceso al puente que comunica con Chaco.
Juan Espíndola, presidente de la U.C., luego de la aprobación de la ley de donación en las Cámaras Legislativas,  manifestó que “este triunfo fue un freno a los grandes terratenientes y a las empresas forestales que compraban por monedas el derecho de posesión de los campesinos pobres, para llenarnos de pinos y eucaliptus y para construir una pastera en Corrientes, secando el agua de nuestros campos”.
 
Inicios de la organización
 
El acercamiento a la zona rural de San Miguel se dio a través de los desocupados. Fue muy importante el parentesco de compañeros de los barrios de la Capital con sus familiares del interior. Este hecho fue coincidente con la gran marcha aborigen de la provincia de Chaco del 2002, donde la CCC de Corrientes participó para recibir y saludar a los compañeros en Resistencia. La solidaridad de la Unión Campesina del Chaco, que donó semilla de algodón que había obtenido con su lucha, fue un impulso para comenzar  la producción.
En aquel momento, se realizó una marcha a caballo con 28 campesinos frente a la Intendencia, que tuvo mucho impacto y conseguimos la arada. Luego vino la cosecha; el precio fue muy bajo ese año; también el rendimiento fue menor por las tierras desgastadas. El resultado no fue alentador.
 
Se define poner el nombre de Unión Campesina de Corrientes
 
En la zona estaba organizada la Asociación de Pequeños Productores (A.P.P.). Dirigida por INCUPO en un período, tiene influencia el Partido Demócrata Cristiano que luego se volcó al kirchnerismo. La mayoría de los compañeros que se acercaron eran socios de esa organización y criticaban el manejo que hacían los dirigentes. Los pedidos de ayudas, subsidios o créditos, siempre favorecían a algunos miembros de la C.D.  No había democracia en las decisiones y en el reparto de las cosas. 
De los campesinos que se sumaron, algunos querían seguir asociados a la A.P.P. por temor de perder los beneficios, que se repartían mal o no repartían,  y  buscaban que nosotros desde adentro ayudáramos a cambiar. Por otro lado, nosotros impulsábamos una nueva organización, pero  la veían  poco probable porque decían “no tenemos dirigentes que sepan hablar bien”. Ante esa inquietud dábamos el ejemplo de Mártires López y los nuevos dirigentes que surgieron en el proceso de formación de  la Unión Campesina del Chaco.  Otros  decían “somos muy pocos” y le respondíamos, así era allá en Pampa Del Indio. 
Luego de largos debates se decidió poner el nombre de Unión Campesina de Corrientes y elegir delegados en todos los parajes. Unos pocos seguían asociados a las dos organizaciones. Ahí aprendimos que en el campo los papeles tienen mucho valor, como expresa Otto Vargas, refiriéndose a otro tipo de experiencias. Nosotros no teníamos la personería jurídica, cuestión que agudizaba más esa contradicción. Igualmente a pesar de la persistencia del trabajo en la zona, estuvimos estancados en el crecimiento hasta el 2008.
No acordamos en formar parte del Foro que  implementa el Gobierno Nacional a través de la Secretaría de Agricultura Familiar. Pretendían apoyo al kirchnerismo; un corralito con promesas  para pocos y políticas de cooptación. Todo para encubrir su política de concentración, extranjerización y monocultivo forestal, a través de subsidios y exención impositiva. Desde la formación de la U.C. planteamos la independencia de los gobiernos y que esto se obtenía confiando en nuestra fuerza.
Tuvimos un debate muy arduo con una dirigente que trabajaba muy vinculada a la APP, al Intendente (del P. Autonomista) y a funcionarios del Gobierno Provincial. Expresaba la línea de no luchar. Hasta que conocieron la Unión Campesina, para la mayoría  la lucha pasaba por quien negociaba mejor con los de arriba. Cuando se negocia así, siempre algo se consigue. El problema es que eso poco que se consigue para algunos pocos, se utiliza como zanahoria para mostrar a los demás que lo que nosotros pedimos es imposible. Muestran la entrega de una bolsa de mercadería como posible para decir que la tierra es mucho pedir.
Nosotros decíamos que la tierra nos pertenecía por derecho, por vivir y trabajar en ella. Y en el petitorio que a principios del 2008 entregamos al Gobierno, pedíamos  la entrega de las tierras sin pagar un peso. Esa dirigente influía a otros compañeros con esa línea, y un grupo firmó con las autoridades el compromiso de pagar por la tierra una cuota mínima. Esto nos paralizó un corto tiempo, hasta que  llegó la primera cuota y se dieron cuenta que era impagable para sus ingresos.  Se acercaron algunos de los que firmaron e hicieron autocrítica. Uno de ellos es hoy delegado de un paraje. 
En el 2009, un funcionario municipal, dirigente del Partido Liberal, pretende usurpar un lote a un campesino. Era en colonia San Antonio, una zona donde no teníamos desarrollo. Ahí dimos el salto que faltaba, organizamos un acampe en ese lote para resistir, y se logró que el compañero se quede en su tierra.
 Presentamos los papeles de la UC  y en el 2010 conseguimos la personería. 
 
La lucha por los títulos de la tierra y contra la forestación
 
Las asambleas se realizaban en un paraje pequeño de Colonia Madariaga, fundada en 1883. En el desarrollo de las mismas surgieron los temas que estaban latentes e irresueltos. Cuando comentamos que en las ciudades se estaban construyendo viviendas y que teníamos que impulsar lo mismo en las zonas rurales, para obtener trabajo y casa, apareció el problema de la falta de títulos de los lotes. La absoluta mayoría era adjudicatario o tenía el derecho de posesión; con permanencia de muchos años ya que heredaban la tierra de sus padres, abuelos y bisabuelos.
Los lotes pertenecían al Instituto Correntino del Agua y Ambiente (ICAA), que cobraba las cuotas de los lotes, pero nunca terminaban de pagar. La situación de pobreza de las familias hacía que muchos vendieran su lote por monedas. Compraban los forestadores el derecho de posesión, o amenazaban con el desalojo a los que resistían  mientras con las plantaciones invadían las colonias, profundizando el éxodo rural hacia las villas de las ciudades. Entonces se fue aclarando el panorama .Como decían los campesinos “el agua nos fue llegando al cuello”.
El tema central era la lucha por los títulos de la tierra y nuestro blanco los grandes terratenientes forestadores.
Esta nueva realidad se presentaba en la zona rural. Sin títulos de las tierras, con cambios en la producción, con precios bajos porque el campesino pobre debe competir con quienes producen con tecnología y agroquímicos, sin precio mínimo y sostén, etc. 
 
¿Cómo  era la producción antes de estos cambios?
 
Corrientes se caracterizaba por ser una provincia ganadera, semifeudal, con grandes estancias y una oligarquía que dirigía la Provincia. Aunque mantiene el stock de ganado bovino, se transformó en la primera provincia forestal. Con 500.000 has superó a Misiones. Subsidios a las plantaciones, para poda y raleo, exención de impuestos, etc. Estas son políticas profundizadas por el Gobierno K, y también por Colombi, Gobernador de Corrientes, que impulsa la instalación de pasteras como Botnia. Actualmente la concentración de la tierra es  mayor con  nuevos terratenientes, muchos de los cuáles son extranjeros.
Colonia Madariaga tenía un paraje, Santa Bárbara, con decenas de familias. Ahora se ven pinos y eucaliptos, junto a las pocas familias que aún subsisten, rodeadas de árboles que absorben el agua y acarrean el peligro de los incendios. Paraje Montaña desapareció en gran medida. Pegado a este paraje, los Romero Feris, grandes terratenientes, vendieron más de 30.000 hectáreas de la estancia Santa Julia, dedicada a la ganadería. En pocos años fue totalmente forestada por la Empresa monopólica Bosques del Plata, de origen chileno. También en este Departamento, están las grandes estancias del yanqui Douglas Tompkins, con más de 200.000 has que rodean los esteros del Iberá, y 30.000 has de una empresa de la Universidad de Harvard, que también comenzó a forestar. 
Anteriormente los campesinos hacían agricultura y ganadería. Las tierras no estaban afectadas por la absorción de agua de la forestación. Los que tenían campos alrededor de esteros, no alambraban hacia el estero; las vacas de cada vecino pastaban en el estero comunitario con agua y pastos tiernos. En cada predio, la agricultura rotaba al lugar de la ganadería y así conseguía su abono natural. Con la forestación se alambraron los lotes. En los esteros plantan árboles que absorben su agua y  secan la tierra. Cuando preguntamos por qué no había bueyes para arar, la repuesta estaba allí. 
Con la comprensión de estas cuestiones,  la lucha de Unión Campesina hizo avanzar la organización y creció  en  otros parajes 
 
Nueva etapa
 
Está en pleno desarrollo una etapa de producción. El tractor tuvo problemas pero se resolvieron. No tenemos tractoristas con experiencia y debemos ganar a compañeros que están desanimados con la producción. Si con la lucha no se arranca del gobierno todo lo que necesitamos, será difícil dicen los compañeros. Juan Espíndola siempre plantea el tema del precio mínimo y sostén. Y que respeten los plazos comprometidos por los Gobiernos para entregar combustibles, semillas, herbicidas, etc. Los socios de la U.C. produjeron, pero al no recibir insumos a tiempo no sirve. Ocurrió con la sandía. Un campesino pobre no puede competir en el mercado. Porque con la política de los K y de Colombi, de subsidios a los grandes, lo producido por algunos campesinos es menor a lo que  se obtiene por un plan social. Y esto desalienta el trabajo. Es muy difícil producir para los campesinos pobres en las condiciones que imponen las clases dominantes. Cuando ellos siguen extendiendo la plantación subsidiada de árboles.
Actualmente se está por realizar un pedido para que la Provincia compre la producción para los comedores, y se avanzaría en parte con este problema de la venta de los productos. 
Resolver cada uno de estos problemas implica un nuevo proceso de luchas. Este primer paso de la titularización ha iluminado en nuestra provincia un camino para avanzar a miles de campesinos que tiene esta situación. Hecho histórico que, como señalara uno de los delegados es un antes y un después _ “Mi padre votó 60 años al Partido Autonomista y nunca consiguió el título. Nosotros con la lucha lo estamos consiguiendo. Acá nunca se nos preguntó de qué color éramos; luchamos y conseguimos para todos, también para los que no están asociados. Otras organizaciones conseguían cosas solo para un grupito y nunca pelearon por la tierra”.
En la tierra de San Martín, el Sargento Cabral y el Tambor de Tacuarí; lugar donde  el General Belgrano pasó dejando su huella libertaria por Curuzú Laurel, a diez Km. de San Miguel y al igual que el Comandante Andresito plantearon la entrega de las tierras a aborígenes y criollos. Ahora el campesinado pobre  sigue haciendo Patria trabajando la tierra, organizándose por sus reivindicaciones junto a la clase obrera y enfrentando los atropellos de los terratenientes, monopolios y los gobiernos que se subordinan a esos intereses. Para seguir avanzando, es necesario un gran frente político y social que lleve adelante la lucha por la reforma agraria – que en lo inmediato contemple un millón de chacras –  contra los grandes terratenientes parti-cularmente extranjeros.