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02 de octubre de 2010

Las huelgas de los trabajadores de la educación comenzaron a "torcerle el brazo" a esta política que pretendían imponer Kirchner y las patronales con el apoyo de los jerarcas sindicales traidores y conciliadores. Los actos unitarios y clasistas del 1° de Mayo refuerzan el camino.

Los docentes rompen los topes salariales K-2

Hora política

1 – El ejemplo de las huelgas docentes
Las huelgas docentes de Santa Cruz, Neuquén y Tierra del Fuego han producido un cambio favorable a los trabajadores y el pueblo en la política nacional. Los docentes comenzaron a “torcerle el brazo” y a romper los topes salariales de Kirchner, las patronales y los jerarcas sindicales.
Las huelgas docentes chocaron contra la prepotencia de los gobiernos provinciales y nacional, y fueron aisladas por la dirección de Ctera, la CTA y de la CGT.
La política de salarios básicos ínfimos y la mayor parte en negro, en el límite de la línea de pobreza, ha sido sostenida a rajatabla por Kirchner. Esa política, al igual que la de los salarios totalmente en negro es un robo al salario diferido, el que el trabajador percibe como aguinaldo, obra social y jubilación, etc. Esto es lo que Kirchner, con la complicidad de los jerarcas sindicales, han defendido a rajatabla contra las huelgas docentes.
Los jerarcas sindicales traidores y conciliadores hace tiempo que renegaron de la huelga como forma de lucha. Confiados en sus apoyos, el presidente y los gobernadores actuaron como “capataces de estancia”: Kirchner militarizó Santa Cruz, y Sobisch, Sancho y Cócaro empujaron el matonaje contra los docentes.

La pulseada
En medio del estallido de los precios, los docentes emprendieron el camino de huelgas duras y prolongadas. Demostraron la justeza de su reclamo: un salario básico de acuerdo a la canasta familiar, y afirmaron el derecho de huelga. Sumaron a la lucha a los estatales, la juventud, los desocupados, y los padres.
Sancho y Cócaro fueron apoyados por Kirchner en su negativa a negociar, y Sobisch tuvo el silencio cómplice de Kirchner hasta el asesinato de Fuentealba.
Solo cuando la derecha fascista hizo correr sangre de trabajadores, Yasky y Moyano convocaron al paro del 9. El maestrazo conmovió al movimiento obrero y el país. Mostrando la hilacha, Filmus siguió hablando de “conflictos locales”, y Kirchner no interrumpió sus vacaciones. Yasky y las dos centrales sindicales volvieron a la pasividad. Cuando la crisis política neuquina amenazó con voltear a Sobisch, el kirchnerismo buscó “apaciguar” la lucha, para que Sobisch llegue a las elecciones, apostando a su relevo en el juego electoral.
Pero la firmeza de las huelgas docentes convirtió a la pulseada de los maestros contra la política salarial de Kirchner, en el eje de la política nacional. Los docentes fueguinos conquistaron un aumento del 42%, con lo que su salario inicial duplica al miserable de Kirchner y Filmus. Y los docentes santacruceños forzaron a negociar a los gobiernos de Kirchner y Sancho, negociación en curso al cierre de esta edición. Kirchner perdió en la pulseada política contra las huelgas docentes.


2 – Una buena situacion de masas
Las luchas agudizaron la contradicción de los de arriba (a los que Kirchner se ofrece como el mejor gerente posible), con los de abajo, que no aceptan las reglas de juego de la pobreza y la represión.
Los de arriba se pelean como perro y gato, como se ve en el festival de la corrupción en la construcción de los gasoductos. Funcionarios kirchneristas son acusados de usar facturas truchas, sobreprecios de entre el 80% y el 152% a BTU y Contreras Hnos., y coimas millonarias a Skanska. Y el gobierno, como no puede negar sus chanchullos, contraataca acusando a Telerman de usar la misma fuente de facturas truchas.
Kirchner se ha desgastado, se ha debilitado. Es un debilitamiento relativo, porque su oposición dentro del sistema, aunque avanzó en la Capital Federal y algunas provincias, y lo hostiga, hasta ahora no ha mostrado fuerzas como para derrotarlo en las elecciones de octubre.
Ese debilitamiento de Kirchner es relativo, principalmente, porque el aparato sindical y político que predomina en la clase obrera, en especial en las grandes fábricas y en los trabajadores del campo, sigue siendo funcional al sistema. Pero esto no es inquebrantable.
Las huelgas docentes estimulan un cambio en el estado de ánimo de las masas, y ayudan al avance de las fuerzas clasistas, las corrientes antiterratenientes y las fuerzas populares y revolucionarias. Se van creando nuevas y mejores condiciones para cambiar la correlación de fuerzas en el movimiento obrero y popular, fundamentalmente en los cuerpos de delegados y comisiones internas.



3 – Peleas y acuerdos arriba
En estas condiciones, el kirchnerismo apuesta a revalidar su condición de principal fuerza política del sistema en las próximas elecciones.
Pero lo que Kirchner imaginó como un “paseo electoral hacia octubre”, se le ha ido embarrando por las maniobras de sus rivales: adelantamiento de las elecciones porteñas y alianza Telerman-Carrió, previsible fracaso de las candidaturas de Filmus y Bielsa, contradicciones de Kirchner con Solá y De la Sota, fracturas políticas en provincias como Misiones, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Tucumán, Mendoza, entre otras.
Le va mal al kirchnerismo en su política de golpear a la iglesia católica en bloque para “mostrar” su doble discurso de “centroizquierda”. Los peronistas dicen: “Ni Perón pudo contra la iglesia, y era un gobierno nacional…”. También le va mal a Kirchner con los sectores militares patrióticos por su política tan conciliadora con los ingleses y tan hostil hacia los sectores nacionalistas.
El kirchnerismo hace trascender que apoyará a Mauricio Macri si éste se enfrenta con Telerman en la segunda vuelta porteña. En su momento dijimos que Franco Macri, negoció con Kirchner la candidatura de su hijo como parte del “paquete” por el que le adjudicaron el Belgrano Cargas, en sociedad con un monopolio imperialista chino. El adelantamiento de las elecciones forzó a Mauricio a “bajar a la Capital”, lo que algunos creyeron ver como “independencia” de “papá Franco”; no sospechaban que Kirchner, por esas cosas que se negocian “muy arriba”, iba a apoyar a Macri, aunque lo tenga que hacer de manera vergonzante.


4 – La lucha y el voto
El avance de las luchas populares muestra el error de fuerzas reformistas y algunas de la izquierda que, asustadas por el fortalecimiento, relativo, de Kirchner en las elecciones de 2005, creyeron que no había otra que jugar adentro de estas elecciones en las que las grandes fracciones del bloque dominante buscan dirimir el reparto del poder. Esas fuerzas electoralistas imaginaban un remanso reformista, hasta el 2011, pero la Argentina se preñó de luchas.
Hace poco, el misionerazo golpeó duro al kirchnerismo, y ahora las huelgas docentes han hecho que Santa Cruz viva “la primavera de 2001” (dice Jorge Lanata, en Perfil, 29/4). En Santa Cruz está abierta una crisis política, por eso se canta: “¡Qué se vayan todos!”.
Por eso, trabajando para desplegar las luchas y la confluencia popular, hay que impulsar una fuerte campaña, en la Capital Federal y otros lugares, para que el voto en blanco y nulo, y la abstención sean la expresión política electoral de esas masas en lucha.
Los topes salariales han comenzado a romperse. En las fábricas los obreros siguen el ejemplo de las huelgas docentes, y las asambleas desbordan a los jerarcas con reclamos “a lo docente”.
La realización de un acto unitario y clasista, el día internacional de la clase trabajadora, en Plaza de Mayo, por tercer año, tiene una enorme importancia para apoyar a las huelgas docentes y demás luchas salariales, y para avanzar en la recuperación de las organizaciones obreras.
Gualeguaychú vio la mayor concentración de su historia, con más de 150.000 personas movilizadas al puente contra las papeleras envenenadoras y las falsas promesas del imperialismo español.
Brotan grandes luchas estudiantiles y de los docentes universitarios. Se ha creado una situación nueva en la que las fuerzas antiimperialistas y populares pueden recuperar la dirección de la FUA.
Los pueblos y naciones aborígenes que la oligarquía creyó haber destruido para siempre, reaparecen por todo el país, en el campo y en las ciudades, con una enorme voluntad de lucha. Crece la bronca en el campo y fracasa el “pacto” del gobierno con los terratenientes.
Por muchas razones, se aceleran los tiempos políticos. De ahí trabajar para crear condiciones para una salida popular, patriótica y democrática, por el camino que marcó el Argentinazo. En esa dirección avanza el auge de lucha de las masas y la confluencia de las fuerzas obreras y populares como se vio en el maestrazo. Los desocupados marchan a una jornada nacional de lucha el lunes 7 convocados por la CCC. Es enorme la fuerza de la lucha democrática como se ve en las banderas que flamean por López y Fuentealba, que comenzaron a imponer la liquidación de los indultos a los genocidas de la dictadura. También da pasos la confluencia de las fuerzas populares y patrióticas como se vio el 2 de abril.
La multiplicación de las multisectoriales y otras organizaciones de coordinación de las luchas obreras, populares, patrióticas y democráticas va creando herramientas fundamentales para unir a los que luchan, y crear las condiciones para un gobierno popular, patriótico y democrático.
Brotan llamas de las brasas del Argentinazo, y brotan nuevas brasas en los combates obreros y populares.