Noticias

19 de septiembre de 2018

El 50% de los maestros está por debajo de la línea de pobreza

Los docentes visibilizamos el hambre de los barrios

El jueves 13 se cumplió la segunda jornada de paro de los docentes de la provincia de Buenos Aires. Ese día, docentes de varias provincias se movilizaron al Congreso de la Nación, en reclamo de aumento de presupuesto para la educación.

Durante la marcha convocada por la Ctera, conversamos con Debora Procaccini, secretaria del Suteba Quilmes, quien expresó a este semanario la bronca por las torturas que había recibido el día anterior una compañera docente de Moreno, a quien un grupo de tareas secuestró, torturó y le escribió en su vientre: Ollas no.

“Desde provincia de Buenos Aires estamos queriendo impulsar una jornada de ollas en todas las escuelas, porque el objetivo de este secuestro y tortura que sufrió la compañera es ocultar el hambre que viven los pibes en las escuelas”, explicó la dirigente docente. “La jornada de ollas es para visibilizar que el hambre no está sólo en Moreno sino que está en toda la provincia de Buenos Aires y en toda la Argentina, sobre todo en el conurbano bonaerense, donde estamos nosotros, y es donde lo palpamos día a día.

“Así que hoy, además de pedir la reapertura de las paritarias nacionales, y los fondos para infraestructura en las escuelas, es para denunciar que con este gobierno han recrudecido la persecución y prácticas que pensábamos de otro tiempo. Tenemos muchos ejemplos de luchadores populares que están siendo amenazados por estos grupos de tareas, que no sabemos a quiénes responden pero nos lo imaginamos. Por supuesto que exigimos al gobierno de Vidal y de Macri que investiguen lo que pasó con la compañera de Moreno, que no nos vuelva a pasar como con la compañera Julia Rosales que todavía estamos esperando que el gobierno dé una respuesta, y una investigación seria después del asesinato de Sandra y Rubén.

Una lucha donde confluyen padres, docentes y alumnos
Procaccini analizó que los docentes “estamos en el medio de una rebelión educativa… la situación ha hecho confluir la lucha de los padres, de los barrios, con la lucha de los docentes, de los alumnos, y estamos peleando escuela por escuela los arreglos básicos de infraestructura para habitar esas escuelas, para que los pibes puedan aprender en condiciones dignas. Esto se repite en toda la provincia de Buenos Aires.
“Nosotros en Quilmes conformamos una comisión que fue votada por el Concejo Deliberante por unanimidad, a pedido del Frente de Gremios Estatales de Quilmes, con la participación de los concejales, consejeros escolares, el presidente del Concejo Deliberante, los cuatro gremios del distrito, la jefa distrital, para tratar las prioridades de arreglo y controlar que el Fondo Educativo vaya a donde tiene que ir. Por eso esta comisión ha acordado utilizar el 50% del Fondo Educativo que se destina como mínimo para infraestructura, y le hemos pedido al intendente Martiniano Molina un fondo extra que derive el Ejecutivo para estos arreglos, para que sea lo más pronto posible y volver a las escuelas lo más rápido posible”.

Mucha bronca
Consultada por el ánimo de los docentes, la dirigente explicaba: “La docencia en general ya está harta, con mucha bronca, porque el gobierno no da respuesta; seguimos con una paritaria infinita que nunca se termina, nos siguen ofreciendo el 19%, mientras el oficialismo dice por los medios que la inflación superó el 42%. O sea que no es un invento de los gremios que la plata no alcanza sino que ellos mismos lo reconocen. Por eso seguimos en las calles peleando, pero esta unidad con los padres nos ha fortalecido porque le dio una bocanada de aire fresco, y todos juntos estamos peleando no sólo por las escuelas sino por el hambre de nuestros pibes, por las condiciones dignas de enseñar y de aprender y por los sueldos que también son importantes, porque los compañeros ya no se aguantan.

“El 50% de nuestros compañeros docentes está por debajo de la línea de pobreza. Las compañeras al segundo día no tienen más plata, venden comida por afuera de la escuela, venden ropa, hacen tortas, no saben qué inventar para estirar y llegar miserablemente a fin de mes. Por eso seguimos en las calles peleándola. Y entendemos que esta unidad va a llevar al triunfo”.

Respecto de los comedores escolares, Procaccini explicaba: “Nos está faltando un 50% más de cupos de los que tenemos asignados hasta el momento. Los pibes ya empezaron a repetir porque es la única comida que tienen en el día. Y el problema que tenemos es que muchas de las escuelas están sin gas, porque después de la muerte de Sandra y Rubén han cortado el gas y no se puede cocinar. Entonces, la comida pasa a ser un sánguche. Nosotros hemos reclamado viandas reforzadas, complementadas con frutas, pero siguen apareciendo esos sánguches berretas, con una feta de paleta transparente o medallones de pollo que vienen congelados. Eso es responsabilidad absoluta del SAE, que con esta gestión ha sido descentralizado y depende de cada municipio. Así que la pelea es feroz porque se la pasan negando el hambre de los pibes, se la pasan negando que el hambre crece. Y los docentes nos estamos encargando de visibilizar lo que pasa en los barrios y de pelear por dar vuelta la tortilla”, finalizó.

Corresponsal

Hoy N° 1735 19/09/2018