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24 de septiembre de 2013

Dos proyectos de desarrollo en lucha: el de las clases dominantes acaudilladas por los “K” y el que responde a las necesidades del pueblo y de la patria.

Los trabajadores y el pueblo argentino frente a la crisis energética

1¿En qué nos afecta a los trabajadores y el pueblo argentino la crisis energética?
 

1¿En qué nos afecta a los trabajadores y el pueblo argentino la crisis energética?
 
La crisis energética la venimos sufriendo de diversas maneras y desde hace tiempo. Ya en el invierno del 2004 hubieron industrias (alimenticia, cerámica, siderurgia, química, automotriz…), que recibieron cortes en el suministro de gas, porque no alcanzaba lo que se producía para la demanda que había en ese momento. Y los trabajadores y trabajadoras de las mismas sufrieron la reducción de las horas extras y las suspensiones. Hoy estos cortes afectan cerca de 300 complejos industriales.
 
Más allá de la ausencia de datos estadísticos oficiales al respecto, y de lo que han publicado los medios de comunicación, los trabajadores de estos centros industriales conocen de cerca este aspecto de la crisis y sus consecuencias.
También en el 2004 comenzaron a faltar las garrafas, indispensables en grandes zonas del país que no tienen suministro de gas natural, y con las que cocinan las familias más pobres, largas colas para conseguir garrafa. Y aumentó el precio: la garrafa de 10 kg costaba $10 antes de la devaluación, subió a $ 25 en el 2004, y hay que pagarla $38 en la actualidad. El gobierno respondió con la garrafa social, difícil de conseguir y con más agua que gas.1
Como respuesta a la escasez, el gobierno implementó en el 2005 el Programa Racional de Uso de la Energía (PURE) que premiaba a quienes achicaran el consumo y castigaba a aquellos usuarios que lo aumentaran, con lo que aumentó el precio de la energía (gas o electricidad) necesaria para aumentar la producción. 
Tuvimos problemas con el combustible, los productores agropecuarios padecieron para garantizar la cosecha, las localidades que dependen del turismo se perjudicaron porque la gente no se atrevía a viajar tanto frente a la incertidumbre de llenar el tanque, tuvimos largas colas en las estaciones de servicio. Y el precio aumentó, pasamos de pagar la nafta súper de 1,8 en el 2007 a 7,5 hoy; y el gasoil de $1,5 el litro a 7 pesos… el litro a 7 pesos… Agravado por el hecho de que la súper no se consigue, por lo tanto, el que usa ese tipo de nafta se ve obligado a cargar Premium. Es un aumento encubierto
Y el aumento del precio del combustible no lo pagamos sólo a la hora de llenar el tanque en el surtidor, sino que encarece todos los productos. Además de utilizarse en muchas industrias, el 85% del movimiento de carga del país se realiza a través de camiones, que tiene un gran consumo de gasoil.
En el 2007 entró en crisis el suministro eléctrico. Se restringió el abastecimiento a muchas industrias que dependen de ello para producir, se cobraron multas enormes a quienes gastaran más que lo que habían consumido en el 2003/20004, tuvimos apagones sorpresivos. ¿Se acuerdan de la campaña de la lamparita bajo consumo?
Todas estas cuestiones no sólo afectan la calidad de vida de los trabajadores y del pueblo en general, sino que restringen la posibilidad del desarrollo de la economía nacional, los empresarios no producen si no saben si van a tener la energía o el combustible necesario, o si van a poder pagarlo. Esto afecta la creación de nuevos puestos de trabajo. 
 
2¿Cuáles son las causas de esta situación?
 
La causa visible de esta crisis es la caída de la producción de petróleo y gas.  La causa subyacente, la falta de inversión y el saqueo de nuestros recursos naturales.
Según el gobierno, la derecha kirchnerista, serían “malas” empresas (como considera hoy a Repsol) las responsables de esta falta de inversiones, pero habría otras que sí harían las inversiones necesarias.  Según la otra derecha, los motivos de fondo serían las bajas tarifas y la falta de seguridad jurídica que afectan a las empresas. . Con este argumento acaba de pactar un acuerdo secreto  con el monopolio Chevron para explotar no convencionales.
 
El conjunto de energía utilizado en el país, denominado matriz energética, incluye todas las fuentes de energía y sus transformaciones: el petróleo, el gas, el carbón que se extraen de la tierra, el combustible que se produce refinando los hidrocarburos, la electricidad que se genera consumiendo gas o combustibles y la que se produce a través de otras fuentes: hidroelectricidad, nuclear, eólica, etc. Tanto lo producido en el país como lo importado. 
La matriz energética de la Argentina hoy en día se basa principalmente en los hidrocarburos. 
 
Ahora, viendo quienes son los dueños hoy aquí de estos recursos con los que se mueve la economía del país, nos encontramos que el petróleo que ya está en condiciones de ser extraído, llamado reservas comprobadas, tiene 3 grandes dueños: Pan American (60% British Petroleum, 20% de los hermanos Bulgheroni, 20% CNOOC- empresa estatal china), YPF y Sinopec (empresa china que compró las concesiones de la Occidental Petroleum).
Algo similar ocurre con las reservas de gas, entre Total (francesa), Pan American e YPF poseen el 66,7% de las reservas comprobadas.
Yendo a la refinación de combustible, nuestro país tiene pocas refinerías y no ha habido inversiones significativas en el área desde hace 30 años. Hoy pocas empresas controlan el mercado:
La generación de energía eléctrica, si bien no al nivel de las reservas de hidrocarburos, también está controlada por pocos grupos. A su vez, la mayor parte de la misma se produce con gas o combustibles, por lo que dependen de los dueños de los hidrocarburos.
CONCLUSION: nuestra matriz energética depende en un 86% del petróleo y del gas;  10 empresas controlan el 92% de nuestras reservas de petróleo (y las 3 primeras el 71%), 11 empresas el 96% del gas (las 4 más grandes se llevan el 76%); 6 empresas controlan la generación eléctrica (71%). Pan American, SINOPEC (China) Total e YPF controlan los hidrocarburos. Nuestra energía eléctrica está en manos de 4 grupos, y el 66% se basa en el uso de hidrocarburos.
 
¿EN QUÉ SE UTILIZAN ESOS RECURSOS?
 
La mayor proporción del gas natural se utiliza en quemarlo para generar electricidad, esto es fácilmente reemplazable por otras fuentes (hidroeléctrica, nuclear). ¿Por qué una proporción tan grande de nuestro gas se destina a esto? Porque demanda una inversión menor que las otras formas de generación. Para empresas que se hicieron de forma casi gratuita de este recurso (porque cuando se privatizaron,  a partir del año 1993, se les cobró el canon de la concesión por las reservas de petróleo del área, pero no por las de gas) fue una manera barata de encontrar un destino y agregarle valor al gas (obtener mayor ganancia) sin hacer las inversiones que demandan otros (plantas de fertilizantes, por ejemplo).
 
De lo que aparece como uso industrial, una parte corresponde a lo que procesa la Compañía Mega, que extrae la parte más rica del gas de la cuenca neuquina y lo exporta, de ese modo o procesado como butano, propano y etano a Brasil con destino final como fertilizantes en aquel país.
 
3¿Cuál es la responsabilidad del gobierno frente a esta crisis?
Además de restringir el consumo de gas y energía para la producción, la respuesta del gobierno fue importar gas, combustible y construir más centrales eléctricas que se alimentan con combustible (que hay que importar).  Hoy se importa gas natural desde Bolivia vía gasoducto y Gas Natural Licuado en buques metaneros, en el 2012 se importaron en total 16,3 millones de m3, equivalente al 36,9% de la producción local del hidrocarburo, con un precio 3 veces mayor. 
El gobierno de Cristina Kirchner parece haber descubierto la crisis energética recién en diciembre del 2011 preocupado por las dificultades para la importación de combustibles (restringe la cantidad de dólares disponibles para los pagos de la deuda externa y para que las empresas extranjeras puedan llevar sus ganancias al exterior)2; y por el elevado costo fiscal de los subsidios, pero no a los padecimientos de la población ni a los inconvenientes de la producción.
Por otro lado se pagan subsidios al combustible que compran la centrales eléctricas, al gasoil para el transporte de pasajeros, al consumo domiciliario de luz y gas, para paliar los mayores costos que generan las importaciones. Estos gastos alcanzaron en el 14% del presupuesto el gobierno nacional3. 
Impulsó algunas grandes obras energéticas, condicionadas a la urgencia, a los acuerdos con sectores de las clases dominantes y a los negociados propios (principalmente con Electroingeniería).

Respecto de los usos del petróleo, no es sencillo de armar, porque los propios datos de la Secretaría de Energía de la Nación no son consistentes entre sí, pero podemos apuntar algunas cosas tomando los datos para el año 2012:
 
• El 10% del crudo extraído, aproximadamente, se exporta. Corresponde a productos de la Cuenca del Golfo San Jorge, que por sus características físicas hoy tiene dificultades para ser refinados en las plantas existentes en Argentina. Si se hicieran otras plantas se podría aprovechar en el país.
• Del petróleo que se procesa en las refinerías, una parte se exporta, como producto final o intermedio del proceso:
• Durante el 2012 se gastaron, para generar energía eléctrica, más de 1.800.000 m3 de gasoil, el 15% de lo que se produjo. Aquí vale la misma reflexión que se hizo respecto de quemar gas para producir electricidad.
 
Respecto de los destinos de la energía eléctrica, en nuestro país se desarrollan actividades, como las mineras a cielo abierto, que son electro- intensivas pero no producen para el mercado interno sino que destinan lo principal de su producción a la exportación. Como referencia del nivel de consumo, la Minera La Alumbrera consume el equivalente a la mitad de la ciudad de Mar del Plata; Aluar (fábrica de aluminio ubicada en Puerto Madryn) consume tanta energía como toda la ciudad de Rosario. 
Con un doble discurso, ya que por un lado se habla de política nacional y popular: la “argentinización” que supuestamente se producía con la compra de las acciones de YPF por parte de Eskenazi, la creación de Enarsa como “empresa de energía nacional”, los subsidios que supuestamente benefician  a la población pero que pagamos todos y embolsillan las empresas. Y por otro se lleva adelante una  práctica de entrega, a supuestos nuevos “burgueses nacionales” o desembozados monopolios extranjeros (Chevron) (Ver cuadro de los cambios en los grupos predominantes).  La expropiación del 51% de las acciones de YPF, que en vez de usarse como palanca para tomar decisiones en otro sentido, fue caja para el gobierno y prebenda para nuevos negociados.4
El gobierno de CK desde sus orígenes en Santa Cruz ha sido parte de este modelo energético, desde su apoyo a la privatización de YPF pasando por la operación de Eskenazi hasta el acuerdo de hoy con Chevron.
 
El gobierno tiene una propuesta para salir de la crisis energética
 
La derecha tradicional reclama por todos los medios que necesitan aumentar las tarifas para que vengan las inversiones extranjeras  necesarias. El gobierno no dice nada, pero sostenidamente a lo largo de los años fue aumentando, a través de distintos mecanismos, el precio del gas en boca de pozo, el precio del crudo y los precios de los combustibles. Esto es parte importante de la inflación que padecemos los trabajadores, el pueblo y el conjunto de la economía.
La propuesta del gobierno, y con la que acuerdan el conjunto de las clases dominantes, no es recuperar nuestros recursos, ni cambiar la matriz energética, ni asegurar la provisión para la producción nacional; sino mantener el sistema actual y transferir los mayores costos al pueblo y a la producción nacional, como lo han venido haciendo desde el 2004.
 
LA RENTA DE LOS HIDROCARBUROS:
 
Anualmente las empresas petroleras se llevan no menos de 12.000 millones de dólares, por una actividad en la que el grueso de las inversiones las pagó todo el pueblo argentino a través de la ex–YPF estatal. Recuperando esos recursos, tendríamos dinero de sobra para toda la reconversión del sistema energético: alcanza para construir 4 represas hidroeléctricas por año, o para armar una red ferroviaria en 1 año.
 
4Hay otro camino para salir de la crisis
 
Acá están en pugna dos proyectos de país y 2 modelos de desarrollo energético que se corresponden con ellos: el que han impuesto a sangre y fuego las clases dominantes en los últimos períodos históricos, de regalar al capital extranjero la inversión nacional (YPF, Ferrocarriles Argentinos, etc.) y desarrollar sólo en función de los intereses de los imperialismos y la burguesía intermediaria asociada a los mismos, como se evidencia en cuáles son los destinos que le dan a nuestros recursos.
 
El otro, el del desarrollo independiente y de cara al mercado interno y a las necesidades de nuestro pueblo. Para ello proponemos: 
 
 
Recuperar para el pueblo y la nación los recursos estratégicos a través de la estatización bajo control obrero y de las organizaciones populares. ¿Para qué? Para decidir qué se produce, cómo se produce y cómo se distribuye. Para destinar la energía al desarrollo independiente como país5 y para satisfacer las necesidades de nuestro pueblo. 
 
 
¿Qué haríamos con esto? 
 
1. Utilizar la energía para el desarrollo autónomo de nuestro país y para el bienestar de nuestra gente: 
 
a. Garantizar la provisión para el desarrollo de la industria nacional, que permita generar fuentes de trabajo
b. Garantizar el combustible para la producción agropecuaria
c. Desarrollar una poderosa industria petroquímica: agroquímicos (garantizando la provisión para los pequeños y medianos productores), plásticos, hilados, etc.  
d. Reemplazar el transporte por camiones por trenes de carga modernos y eficientes, que gastan mucho menos combustible. Para el transporte de pasajeros, crear una buena red de trenes, tranvías y subterráneos.
e. Prohibir la exportación de hidrocarburos, ajustando la producción a las necesidades nacionales
 
 
2. Producir energía al servicio del pueblo y del la patria 
 
a. Recuperando la totalidad de yacimientos y áreas hidrocarburíferas, sin resarcimiento y con cobro de los pasivos ambientales no remediados.
b. Recuperando la totalidad de YPF  (convirtiéndola en empresa pública), así como los restantes recursos y empresas energéticas.
c. Cuidando el medio ambiente, por ejemplo con un proyecto de inversión en remediación de las áreas petroleras y de reemplazo de los ductos que se cortan por el deterioro.
d. Pensando en el largo plazo,
e. Teniendo en cuenta las condiciones de trabajo y de vida de los pobladores de las zonas afectadas,
f. Desarrollando tecnología propia – energía nuclear, no convencional, hidroeléctrica moderna.
g. Reemplazar la generación de energía térmica con fuentes renovables (hidroeléctrica y nuclear.
 
Nos quieren vender que el problema que padecemos es por no beneficiar suficientemente a las grandes empresas de burguesía intermediaria (como los amigos de CK) o extranjeras (Chevron) a través de los precios o condiciones para exportar, etc. Que necesitamos sí o sí más petróleo (por ejemplo, el extraíble a través del fracking), que no tenemos forma de extraerlos solos y que por lo tanto hay que hacer concesiones al capital extranjero para poder seguir avanzando. Contestamos, tenemos recursos naturales y humanos más que sobrados, tenemos capital, recuperando la renta de los hidrocarburos; sólo tenemos que pasar a tomar el control de estas palancas claves de la economía y comenzar a decidir nosotros qué se produce, cómo, y cómo se distribuye: de cara a las necesidades del pueblo y del desarrollo nacional, no regalando y dilapidando nuestros recursos en beneficio de las potencias extranjeras y sus socios locales.
 Aquí no está en juego un mero problema de caja, déficit o superávit; el autoabastecimiento hace a una cuestión estratégica, la soberanía y la independencia, hace a nuestra posibilidad de desarrollo que sabemos que es posible con transformaciones revolucionarias que impongan otro gobierno, patriótico y popular con hegemonía de la clase obrera.