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13 de junio de 2018

El gobierno atenta contra nuestra soberanía energética

Macri cancela el proyecto Atucha III

Inmediatamente después de la decisión argentina de establecer un acuerdo de ajuste y endeudamiento con el FMI se conoció la decisión de cancelar el proyecto Atucha III, la cuarta central nuclear Argentina, representando un golpe muy duro para la industria nuclear nacional. Ésta siempre fue un orgullo de nuestro país y un patrimonio de equipos, científicos y técnicos que ha costado mucho formar, en el que han trabajado empresas estatales como CNEA, Invap, NA-SA y unas 80 PyMes.

La alerta fue el retraso en los pagos salariales de la Planta de Agua Pesada (PIAP). Los trabajadores respondimos, impulsados por el clasismo, con 10 días de cortes en la ruta 22 de Neuquén; una recorrida que culminó en un acto con un amplísimo espectro de fuerzas políticas y sociales de la provincia como el Consejo Directivo Nacional de ATE.
Venimos de grandes asambleas donde decidimos iniciar un plan de lucha. Interpelamos a las autoridades para que den respuestas en ocasión de los actos por el aniversario de la CNEA.
Los trabajadores de la PIAP vienen realizando cortes de ruta frente a la suspensión del pago de sus sueldos.
El 6 y 7 de junio fueron días en los que miles de trabajadores establecieron jornadas de lucha. El 6 se realizó una movilización en la rotonda de Zárate organizada por ATE, Uocra, Uecara, LyF Zárate que reunió a más de mil trabajadores y contó con la solidaridad de los gremios y organizaciones de la zona.
El 7 de Junio, ATE llamó a un paro en todas las empresas del área nuclear, adhiriendo a las movilizaciones, banderazos y asambleas que se realizaron en todo el país, en las que participaron la asociación de técnicos de CNEA (Atcnea) y la asociación de profesionales de la actividad nuclear (Apcnean). En Bariloche se realizó un banderazo en la avenida Bustillo, encabezado por la Seccional Bariloche de ATE, donde confluyeron los trabajadores del Centro Atómico Bariloche y del complejo tecnológico Pilcaniyeu, con el apoyo de trabajadores del INTI, INTA, y delegados del hospital. En la regional Cuyo (San Rafael y en Godoy Cruz), se realizaron asambleas durante todo el día. En la regional Patagonia (Trelew), pese al frío, los compañeros se manifestaron desde temprano.
En Buenos Aires se realizó una movilización de la sede central de NA-SA a la sede central de CNEA. Se llevó a cabo un acto en NA-SA y al mediodía se ocupó de forma pacífica la sede central de CNEA, cerrando con un corte y posterior acto en avenida Libertador, que delineó las perspectivas para un plan de lucha.
Por la tarde participamos de una audiencia pública con diputados nacionales en el Congreso de la Nación, donde denunciamos la situación que vivimos y presentamos el proyecto legislativo.
¿Qué se pierde si el gobierno persiste en la cancelación del proyecto Atucha III?
  Saca de la grilla eléctrica argentina a 800 MW nucleares nuevos, obtenibles en apenas 6 años, y que no necesitaban de nuevas líneas de alta tensión.
  Pone en peligro de cierre a la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), la mayor fábrica de agua pesada del planeta y la de mayor refinamiento. Una inversión que a la Argentina le costó 200 millones de dolares en los años 80; pensada para un programa de 6 centrales de uranio natural.
  Tira por la borda la experiencia acumulada en el conocimiento de centrales tipo Candu (uranio natural y agua pesada) perdiendo la posibilidad de fabricar en el país los componentes estructurales de la central.
  Perderíamos nuestra autonomía tecnológica sobre el ciclo combustible nuclear.
  Lo cuál implicaría la pérdida de puestos de trabajo calificado: 1000 obreros de la construcción en Zárate, 600 técnicos y profesionales de NA-SA (nucleoeléctrica argentina es la operadora de las centrales), 400 trabajadores de la PIAP, una gran cantidad de mecánicos de Conuar (Combustibles Nucleares Argentinos), y la dispersión de centenares de cuadros técnicos en la CNEA.
El gobierno acordó con el FMI un ajuste bestial y un endeudamiento exponencial, así como arregló con China la compra, llave en mano, de una central de 1100 MW de uranio enriquecido que sería instalada en la costa Atlántica de Río Negro. La movilización del pueblo rionegrino con diversas perspectivas ambientalistas, movilizados por esta decisión, causó una crisis gubernamental, que llevó al rechazo de ésta por parte de la legislatura, que aclaró la predisposición de Río Negro para construir centrales nucleares Carem (proyecto liderado por CNEA-Invap).
 Trabajadores de diferentes sectores: constructores, metalúrgicos, operadores de las centrales nucleares, técnicos e investigadores tecnológicos, agrupados en ATE nos enfrentamos a estas medidas, convencidos que la lucha popular puede torcerle el brazo a las políticas de entrega de nuestra soberanía nacional.