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15 de agosto de 2018

Millones de pibas buscan organizarse

No podrán frenar esta marea

El 9 de agosto pasadas las 3 de la mañana, la mayoría del Senado argentino decidió darle la espalda a millones de mujeres que nos movilizamos en todo el país para reclamar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo.

Así, con Michetti y Pinedo a la cabeza (las voces del gobierno en la cámara) se avaló que el aborto siga siendo clandestino en la Argentina, se avalaron las muertes de mujeres pobres y se ratificó que las mujeres tenemos que seguir moviéndonos en las sombras para garantizar el derecho a decidir sobre nuestros propios cuerpos. Así y todo, ¿quién se anima a decir que perdimos?
El saldo que dejaron estos meses desde que se abrió el debate en el Congreso es todo positivo. Por primera vez se puso en la agenda política un tema que venía escondido debajo de la alfombra. Se sacó de la oscuridad no sólo en el parlamento, también en las escuelas, en el barrio, en las casas. Muchas mujeres que nunca habían podido poner en palabras las situaciones que habían sido obligadas a vivir por la clandestinidad del aborto, pudieron romper el silencio y escuchar sus voces replicadas por cientos de miles.
En segundo lugar, porque quedó en evidencia para la mayoría de la sociedad que el aborto es una realidad, implica un verdadero problema de salud pública que hoy se lleva la vida de las mujeres pobres que no pueden acceder a condiciones de salubridad para interrumpir sus embarazos. La consigna “aborto legal es justicia social” se demostró más acertada que nunca. Además que todas las mujeres tenemos derecho a decidir cuántos hijos tener, cuándo tenerlos o cuándo no tenerlos. “La maternidad será deseada o no será”, pudo leerse en las pancartas y grafitis.
Y en tercer lugar, porque el movimiento de mujeres ganó en las calles. Y para nosotras el principal dato es que esta marea viene con millones de pibas a las que esta pelea les ganó la cabeza y el corazón. Miles de pibas que buscan organizarse y que no quieren dejarse vencer por esta batalla que “se perdió” en la Cámara de Senadores.
Nosotras, las jóvenes comunistas revolucionarias que peleamos por cambios revolucionarios que barran de raíz este sistema podrido, tenemos que ir al encuentro de esas pibas, ayudar a organizarlas y ofrecerles nuestro Partido como herramienta para seguir luchando. Como dijo Mao, sin nosotras las mujeres “las tormentas revolucionarias que deben barrer el viejo mundo, se reducirán a nubarrones pasajeros”.
El gobierno de Macri es el principal responsable de que el aborto siga siendo clandestino. No alcanzaba con sólo “abrir el debate”, como quieren balancear. Además, las posiciones adoptadas en el Senado por Michetti y la mayoría del bloque del Pro, dieron aire a los sectores reaccionarios que se fueron expresando de diferentes maneras, por ejemplo, alzando carteles con la consiga “Cristo Vence”, la misma que portaban los aviones que bombardearon la Plaza de Mayo en el 55.
Asimismo, no se puede dejar de nombrar el rol que jugaron las iglesias para mantener el “statu quo”, para mantener a las mujeres en el lugar de subordinación que este sistema patriarcal nos tiene reservado. La Iglesia Católica cerró filas en el tema, desplegó un fuerte lobby en el Senado, en las parroquias, en las escuelas religiosas, etc. Las iglesias evangélicas también salieron a manifestarse en contra fuertemente, y fueron las que principalmente organizaron a la gente que se movilizó el fin de semana anterior a la votación y el día de la votación. Pero no pudieron imponer sus creencias morales y religiosas a la mayoría que se movilizó en la calle.
Este proceso de meses tonifica la lucha del movimiento de mujeres y su unidad. Seguimos planteando la triple consigna como base de las demandas al estado en materia de políticas públicas reproductivas: educación sexual integral para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal seguro y gratuito para no morir.
Los desafíos son grandes. Seguir fundiéndonos con esa marea verde, protagonizada por miles de jóvenes y que entre ellas florezcan cientos y cientos de flores rojas. El primer gran eco de esta lucha va a ser en el Encuentro Nacional de Mujeres en Trelew. Nos preparamos para ser miles, y ayudar a que muchas pibas lo protagonicen por primera vez. Que la marea siga creciendo, que no logren aislarla, que se funda con el resto del pueblo y que nadie la encapsule, la divida o la lleve a callejones sin salida.
No nos dejemos ganar por la derrota, ni por la tristeza. No nos saquemos los pañuelos verdes. Este es sólo un impasse para que tomemos impulso y volemos más alto. Más temprano que tarde, el aborto va a ser ley, y nosotras vamos estar ahí de nuevo… protagonizando otra página gloriosa de nuestra historia.

Escribe Belén Spinetta

Hoy N° 1730 15/08/2018