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02 de octubre de 2010

El corresponsal del hoy entrevistó a jóvenes delegados del asentamiento del ferrocarril, quienes nos cuentan sus historias de vida y sus expectativas en una lucha que se profundiza.

“No tenemos dónde vivir, vamos a tomar terrenos”

Hoy 1206 / Juan Jose Castelli , Chaco

Fortalecidos por la primera marcha realizada a la Municipalidad, con la participación de
más de 68 compañeros aborígenes de la CCC y 80 compañeros criollos –en la que se
consiguieron alimentos y una reserva de agua–, el asentamiento del ferrocarril viene siendo protagonista de las asambleas de la “Multisectorial en defensa de la salud”; y se organiza para seguir la lucha.
Ante la ausencia del gobernador después de realizar convocatoria pública por todos los
medios locales, la asamblea de la Multisectorial decidió empezar un plan de lucha a partir del 25 de febrero. Acampan en la plaza central de la ciudad, para mostrar en el centro las condiciones de vulnerabilidad en que viven los pobladores del norte del Chaco, en particular los originarios; y para exigir respuestas urgentes y cambios de fondo en el marco
del superávit fiscal de la Nación.

Benito. Yo nací en el paraje el Colchón, estudié en la escuela primaria de allá. Como dos años, tres que abandoné la escuela para cosechar y tenía que volver, y mi familia ya vino a Juan José Castelli, y ya tiene su terreno. Yo tenía que volver a mi paraje para completar el primario, tenía que ir a la casa de nuestros vecinos para completar el año.
Cuando terminé la primaria me vine para acá, estudié, nunca repetí, y el último año no podía hacer más esfuerzos ya, nadie me podía ayudar. Cuando cosechaba todo el día y a la tarde me tenía que bañar y después ir a la escuela, los últimos días ya no podía aguantar y dejé la escuela, me quedé en cuarto año.
La gente del asentamiento vio que somos personas con paciencia, que en las reuniones que se realizan participamos y nos dan a escribir notas o cualquier cosa. Después nos eligieron como delegados, y cada delegado, aunque a veces casi no se entienda todo, igual tiene que seguir luchando, sin saber qué va a pasar mañana, si se va a lograr algo o no. Seguir para poder tener algún día una casa linda o un terreno por lo menos. Es lo más importante para mí.
Darío. Me enteré que los hermanos aborígenes y algunos criollos tomaron el terreno del ferrocarril, fui a averiguar y me dieron un terreno. Corrieron los días, nos fuimos reuniendo en el asentamiento y los hermanos aborígenes nos eligieron delegados, por cada sector, como delegados de vivienda, agua, terrenos, de luz. Hicimos una marcha y charlamos con
el intendente. Para nosotros fue una victoria, porque en tres horas de protesta se consiguió mercadería para los hermanos que necesitan, y eso que recién empezamos; eso nos da más fuerza para seguir adelante.
Ahora estamos reunidos para conseguir una vivienda, un trabajo, algo más.

José. Yo también viví en el campo, en kilómetro “La Delicia”, para el lado de Sauzalito.
Vine del campo porque allá no hay trabajo, se vive de los animalitos; a veces en tiempos de invierno uno tiene que salir a matar a un tatucito para comer, porque no hay otra cosa…
Yo trabajaba en campos de otras personas, y hay temporadas en que no hay nada, por eso tuve que venir a Castelli. Alquilé en el Bº 65, a veces pagaba el alquiler pero no tenía para comer, y sí o sí tenía que pagar el alquiler, si no, a dónde iba a ir con las pocas cositas que tengo.
Muchas veces yo he venido a pedirle terreno al intendente, pero nunca me respondió, muchas veces me hizo ir en horas tempranas, pero nunca hubo una respuesta. Uno a uno fuimos formando un grupo de personas, a todas el intendente nos decía que nos iba a dar un terreno; formamos un grupo y dijimos “no tenemos dónde vivir, bueno vamos a tomar estos
terrenos”.
Fue un día temprano cuando tomamos esa decisión. Al otro día vino la jueza y dijo que
esta tierra era del Estado, que no podíamos estar ahí, y que era orden de fiscalía que
firmemos un papel. Entonces yo le dije que nos lea ese papel y ella respondió que si nos leía nosotros no íbamos a entender. Yo le planteé que si ese papel ella no nos leía porque nosotros no íbamos a entender, nosotros no íbamos a poder firmar, porque al no entender no podíamos comprometer, porque no sabíamos si íbamos a parar bajo rejas. Entonces ella leyó, y sí entendimos ese papel. Y yo le dije que no le vamos a firmar, que no estamos de acuerdo con lo que dice, porque nos intimaba a que en 48 horas abandonáramos el lugar que nosotros agarramos para vivir.
Entonces tuvieron que irse, pero anunciaban que iba a venir gendarmería; y gendarmería
 vino, pero por las elecciones.
Muchos vinieron a decirnos que teníamos que irnos. Nosotros empezamos a unirnos y ver para quién trabaja esa persona, si estaba de nuestro lado o quién lo mandaba. Ahora ya no viene más nadie, porque vieron que no nos pueden sacar.
Ya hace casi seis meses que tomamos esos terrenos.
Cuando yo entré ahí, había tusca; yo destronqué, había hormigueros, de todo; entré, dormí ahí con una frazada, las hormigas, las arañas me caminaban, acampaba ahí día y noche, de sol a sol en la carpita. Todavía tengo esa casita no de material, pero estoy viviendo ahí, puse plantas, hice un hornito y un puente, todo con mi esfuerzo nomás, y así muchos de
los compañeros están ahí.
Yo tengo dos varoncitos y una nena, y muchas veces como le dije al intendente, yo saco el agua de la zanja porque me queda lejos la canilla para ir a buscar el agua (que guardo para tomar) y tengo que utilizar el agua que cruza por el zanjón para bañar a los chicos.
Pero ahora en estos días ya no se puede, porque el agua se está yendo, y está quedando el agua que lamentablemente ya no se puede utilizar ni para las plantas, porque al moverla se siente mal olor. Si llueve, esa agua anda más o menos, pero toda esa agua a veces proviene de un baño, de muchas cosas, y entonces esa es el agua que yo estoy utilizando para
lavar a los chicos.
Y por eso yo le expliqué al intendente, le dije que él tenía que dar una solución porque también él va a ser partícipe de esto, si a los chicos les agarra enfermedades, no sólo a los míos, va a ser un problema más agravante todavía. Todos tenemos que tratar de buscar una solución a esto para poder vivir.

Gervasio. Mi opinión es que lo que estamos haciendo es muy importante para nuestra
comunidad. Estoy en el asentamiento del ferrocarril, y yo quiero decirles a los funcionarios que respondan nuestros reclamos, que solucionen todos los problemas que tienen los aborígenes. Y si el gobernador no viene vamos a tomar otra medida, vamos hacer cortes, hasta que
solucione todos estos problemas que estamos teniendo. Esa es mi palabra.