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14 de septiembre de 2012

Cuando se cumplieron los primeros 10 años del Dogma Socialista Esteban Echeverría —entonces exiliado en Colonia (Uruguay)— produce un documento de balance y mirada profunda sobre el movimiento intelectual en El Plata. Se llamó Ojeada retrospectiva sobre el movimiento intelectual en el Plata desde el año 37. Fue publicado por primera vez en Montevideo en l846 por El Nacional, periódico en el que escribían Alberdi y Cané. Y se difundió muy poco, manteniéndolo semi-oculto. El presente trabajo avanza sobre las razones políticas y filosóficas de tal olvido.

“Ojeada retrospectiva…” (1846), un texto poco conocido de Esteban Echeverría

Política y Teoría N° 75 (108) / Septiembre - Diciembre de 2012

Hacia los primeros 10 años de la publicación del Dogma Socialista, Echeverría, se encontraba atormentado por dos temas.


Primero, darse a sí mismo una explicación del fenómeno político por el cual la Revolución de Mayo, una revolución de libertad, terminó en el gobierno de Rosas.

Hacia los primeros 10 años de la publicación del Dogma Socialista, Echeverría, se encontraba atormentado por dos temas.


Primero, darse a sí mismo una explicación del fenómeno político por el cual la Revolución de Mayo, una revolución de libertad, terminó en el gobierno de Rosas.


Segundo, diferenciarse del exilio unitario de Montevideo, que no comprendía las razones profundas de la realidad en el Rio de la Plata, resolviendo su incomprensión política, con las citas repetitivas de los autores europeos.


Echeverría, no resuelve estos dos temas, pero los plantea y ese es el merito de este libro, que permanece poco conocido.


EL MATERIALISMO HISTÓRICO Y ESTAS CUESTIONES
Para nosotros no nos son indiferentes los colores políticos, los matices, los distintos programas, las distintas bases filosóficas dentro de las corrientes que influenciaron la conformación histórica de la Nación Argentina.


El estudio de la historia de las ideas políticas en Argentina es también parte de la historia argentina, tan importante como la mera evocación de los hechos políticos, periodos de acumulación económica, transformaciones en la base de la sociedad etc. Porque el pasado de una formación económico social, se conforma de un conjunto elementos que no pueden ser analizados el uno sin el otro, y no pueden explicarse tampoco por separado.


La base económica de una sociedad juega un papel preponderante en la explicación de un momento histórico, es cierto, pero los demás elementos participan en la interacción.


Reducir, simplificar, no es un buen camino, dado que el estudio de la historia argentina, es un elemento vital para comprender la argentina actual, y en consecuencia conformar nuestra línea política.


Engels, en su carta a Bloch del 21 de septiembre de l890, da una pauta del valor de la superestructura en el análisis marxista…dice….”Marx y yo tenemos en parte la culpa de que los jóvenes escritores atribuyan a veces al aspecto económico mayor importancia que la debida. Tuvimos que subrayar este principio fundamental frente a nuestros adversarios, quienes lo negaban, y no siempre tuvimos tiempo, lugar ni oportunidad de hacer justicia a los demás elementos…..”.


ALBERDI, SARMIENTO, ECHEVERRÍA
Algo hemos dicho sobre Alberdi y también sobre Sarmiento en números anteriores, de nuestra revista P y T, ahora vamos a decir algo sobre Echeverría.


Teníamos la pretensión de concluir esta aproximación con un estudio sobre cómo el romanticismo filosófico argentino desembocó, luego de l880, en el positivismo argentino. Base filosófica que influenció mucho a los dirigentes socialistas y también a algunos cuadros dirigentes del Partido Comunista Argentino, los que teniendo dificultades por estudiar a fondo y comprender la dialéctica, fueron positivistas de hecho, pasando luego, del positivismo mecanicista y cientificista, a formas lasalleanas de mirar el Estado y la política.


En realidad algunos cuadros socialistas y comunistas, al no comprender la realidad nacional, el sentido profundo de la conformación histórico social argentina, fueron arrastrados por el positivismo como expresión filosófica en Argentina del gran auge agropecuario, del crecimiento vegetativo del país y de su subordinación a los ingleses. Su debilidad filosófica, y su poca asimilación de la dialéctica, los encaminaron hacia el positivismo filosófico como reflejo de esa base material y también como consolidación de su oportunismo político, dado que el positivismo filosófico es, en definitiva, una de las formas de consolidación de los ideales del clásico liberalismo político.


En Argentina, el positivismo filosófico, fue muy fuerte luego de l880, y si bien ayudó a liberarnos de la escolástica colonial española, fue la base de un falso liberalismo político y de un acople al imperialismo, presentado como progreso.


Era nuestra intención aproximarnos a la evolución del romanticismo filosófico de los hombres de la generación del 37, hacia la aparición, en un momento histórico distinto, del positivismo filosófico argentino, y también su influencia en los cuadros socialistas y comunistas, pero no hemos concluido la mirada, por lo tanto, publicamos sólo la primera parte, la que se refiere al balance que hace Echeverría, al cumplirse los primeros 10 años del Dogma Socialista.


LA PALABRA SOCIALISTA NO DICE LO QUE SE ENTIENDE HOY POR SOCIALISMO
La falsificación de la historia cobro una magnitud tal que es necesario aclarar hasta en qué sentido usaban la palabra socialista, los hombres de la generación del 37.


Socialista, para los hombres del 37, quiere decir organización de la sociedad como conjunto, esta usado el término como contrapartida del atomismo, de la disgregación de la sociedad en una suma de individuos que viven en un mismo lugar.


La humanidad es histórica por esencia, ya no hay hombre abstracto al estilo de Rousseau, el hombre es un ser social, por lo tanto este grupo de cuadros políticos que conformaron la generación del 37, repudiaron el atomismo individualista, y su proyección sociológica del hombre como universal abstracto. Por eso usaron hasta en el titulo, la palabra socialista. Pero que el trabajo se llame El Dogma Socialista, no nos autoriza a pensar que la palabra socialista tenga el mismo significado que tuvo con posterioridad a la aparición de las corrientes revolucionarias en el movimiento obrero.


Las decepciones dejadas por la Revolución francesa y por Napoleón, instalan una idea de que la humanidad se encuentra en una “época critica”, es necesario pasar a una “época orgánica”. La expresión sí es de Saint-Simón, pero a la generación del 37 le atormentaba la vuelta a Mayo, las causas de la disgregación posterior a Mayo. Por eso usó el termino socialista no en un sentido colectivista, que algunos le atribuyen.


La palabra socialista fue usada en El Dogma —y también por muchos escritores de distinto color político de la época— como sinónimo de social, no sólo con un contenido antiatómico de la sociedad, sino también con espíritu de reforma política de corte democrático burgués. Esta confusión de exagerar el titulo de la obra, por encima de su existencia concreta, subsiste hasta nuestros días.


El débil estudio del pensamiento del 37 perduró, e incluso marxistas como Agosti le atribuyen a Echeverría un socialismo utópico, basándose en las frecuentes lecturas que tenia de Saint- Simón.


Lo que ocurre es que no se puede discutir con citas.


Pretender basar una investigación en citas y análisis de textos, es una forma idealista de ver la historia. Además, esta caracterización de Echeverría como socialista utópico es de una superficialidad notoria en el estudio concreto de su pensamiento, porque existen cartas antisaintsimonianas, (criticas de Saint-Simón) con muchos argumentos, que Echeverría le dirigió a De Angelis. Cartas que también, digamos de paso, son poco conocidas.


LA GLORIA CONSISTE EN SER MENCIONADO, SIN SER LEÍDO (GOETHE).
Esto, en el análisis del pensamiento de Echeverría, no sólo le pasó a Carlos Agosti, sino que, antes, le había pasado a Raúl A. Orgaz, quien, al leer a Saint-Simón, sostiene que el Dogma Socialista es una mera traducción de los utopistas Europeos. (Ver. Raúl A.Orgaz, Echeverría y el sansimonismo, Imprenta Argentina, Córdoba, año 1934, Pág. 50).


En la década del 30, durante el periodo llamado de “clase contra clase”, Rodolfo Ghioldi, intentó una lectura de Alberdi en la Revista Soviet, n.7 ( agosto de l934) Esta monografía fue luego ocultada cuando el partido Comunista incorporó, tanto a Alberdi como a Mitre, entre los próceres nacionales,artículo este, de suma importancia para entender los primeros análisis marxistas del pensamiento político argentino.


Rodolfo Ghioldi, sostiene que todo Alberdi está, antes, en Echeverría.


Tiene razón, si nos referimos a la correspondencia, a la integración conceptual, entre el Dogma Socialista y las Bases de Alberdi. Habían trabajado juntos en el Dogma, y luego de la muerte de Echeverría, se escribieron las Bases.


Pero esta simplificación olvida al Alberdi maduro, que se opuso a la guerra contra el Paraguay, y olvida tambien al Echeverría de Mirada Retrospectiva. Es decir, olvida u oculta los momentos en que ambos intuyen una profunda entraña federal que los llevó a polemizar con los universalistas abstractos y su manía benthamista de no prestar atención al sentido concreto de la peculiaridades históricas, geográficas, económicas y políticas del vasto territorio que era la Argentina de la época.


Acompaña así Ghioldi, sin querer, o por limitaciones filosóficas, la construcción de la historia donde desaparecen las contradicciones entre Echeverría y Alberdi por un lado, contra Rivadavia y los que repartían constituciones abstractas, aplicables a cualquier país del mundo.


Mirada retrospectiva —el libro-folleto que estamos comentando— contiene una profunda crítica a los unitarios de Montevideo y su base filosófica
Leemos en la página 326: ”Sentimos sin embargo que algunos de nuestros amigos no se hayan penetrado de la necesidad de salir de la senda trillada por sus antecesores, de abandonar de una vez esa incesante repetición de palabras que dicen mucho y nada y no son símbolo de doctrina social, como principios, garantías, libertad, civilización, etc. etc. De considerar y resolver todas nuestras cuestiones sociales de un punto de vista único, y evitar concentrar la labor al fin del progreso normal de nuestra sociedad, según las condiciones peculiares de su existencia.” Insiste, luego, en la misma página referenciado las condiciones peculiares de ser y las necesidades vitales del pueblo argentino.


Es una crítica directa a la generación de Rivadavia, a la que le falto sentido histórico, cosa que Echeverría advierte, preocupado por las causas políticas que permitieron que un sector importante de las masas apoyara al gobierno de Rosas.


Todas estas contradicciones, se borraron de la historia oficial argentina, y esa simplificación, en algunos aspectos, arrastró a los socialistas y comunistas argentinos.


Sobre la relación con la ciencia europea dice, en la pagina 329….”En cuanto a las ciencias especulativas debemos atenernos al trabajo Europeo, porque no tenemos medios materiales, ni experiencia en la observación de la naturaleza, pero en política no, nuestro punto de observación y aplicación esta aquí, y la Europa poco puede ayudarnos en eso…”


Sobre el sufragio, critica las leyes del 14 de agosto de l821, que consagró un sufragio universal restringido para los hombres cultos y propietarios. En este tema era elitista, al igual que Alberdi, acompañando la tendencia de la época que consagró recién el sufragio universal en el siglo XX. Pero además tenía que explicarse un tema…Estas leyes electorales terminaron en el gobierno de Rosas….


¿QUÉ HABÍA PASADO…?
Tiene que darse una explicación y la encuentra en que “…la propiedad raíz, la inmueble y la mercantil, así como la capacidad intelectual, eran privilegio exclusivo heredado de la colonia, y eso generó una representación en virtud del dinero, que se ha perpetuado hasta hoy en la Sala de Representantes…”. (pág. 298).


Tesis polémica sin duda, pero es necesario decir, que la Constitución de 1853, y todas las reformas posteriores, no consagraron un sistema electoral, se limitaron a fijar en general que la soberanía reside en el pueblo, dejando los sistemas electorales, para las leyes posteriores, o sea para la rosca política, para que las clases dominantes, puedan cambiar los sistemas electorales, según como viene la lucha por la hegemonía dentro del estado.


LA “MIRADA RETROSPECTIVA” Y LA RELIGIÓN
Aprovecha el autor los 10 años transcurridos desde la aparición del Dogma para emprolijar algunas tesis sobre religión, que en el original, estaban algo influenciadas por la religión civil del Iluminismo.


Dice en la pagina 369….”Reconocida la libertad de conciencia, ninguna religión debe declararse dominante ni patrocinarse por el Estado, todas igualmente deberán ser respetadas y protegidas, mientras su moral sea pura….”


La palabra tolerancia, continua el texto,…” en materia de religión y de cultos no anuncia sino la ausencia de libertad…”


Luego en la pagina 293 dice….”La iglesia argentina ha estado en incomunicación con Roma hasta el año 30, La revolución la emancipo de hecho, pero el clero, alistándose en la bandera de Mayo, echo al olvido su misión evangélica. No comprendió que el modo de servirla eficazmente era sembrando en la conciencia del pueblo la semilla de regeneración moral e intelectual…”.


Estos parágrafos, anuncian, la libertad de cultos, elemento fundante de la política que tendía a garantizar la inmigración europea, y que luego se plasmó en la idea de “gobernar es poblar”.


LA “MIRADA RETROSPECTIVA” Y LA REVOLUCIÓN DE MAYO
La Generación del 37 no fue revolucionaria ni siquiera en el sentido de revolucionarios burgueses, como sí lo habían sido los jacobinos de Mayo.


Estaban atormentados por el resultado del proceso revolucionario, por su imposibilidad de organizar el país, y buscaban una explicación.


Fueron intelectuales sin masas, y muchas de sus elaboraciones fueron usadas por quienes tenían los fusiles, los triunfos militares en la guerra civil y organizaron en consecuencia el país, según la conveniencia de las clases dominantes. No había lugar en esa Argentina, para Alberdi, que escribió la Constitución, pero tuvo que vivir cuarenta años en el exilio. Echeverría no tuvo ese problema, porque se murió antes, pero a juzgar por la forma en que critica a los futuros vencedores de Caseros, y de Pavón, de haber vivido, es casi seguro que Alberdi hubiera tenido compañía en Francia.


Dice “Mirada Retrospectiva”…”La generación americana, lleva inoculados en su sangre los hábitos y tendencias de otra generación. En su frente se notan, si no el abatimiento del esclavo, las cicatrices recientes de la pasada esclavitud….”


“…España nos dejo por herencia la rutina…..seguir una vía trillada, no innovar, hacer siempre las cosas en el mismo molde….España nos imbuía en el dogma del respeto ciego a la tradición y a la autoridad infalible de ciertas doctrinas….”


Lógicamente —comentamos nosotros ahora— estos conceptos los vertía aceptando que el movimiento es la esencia de la vida social, pero el motor de ese movimiento era, para Echeverría, la Razón.


Tenía cierta ingenuidad, basada en la idea de que el progreso era una ley natural de las sociedades, y que la Razón encontraría los caminos para superar los siglos de lucha contra la superstición y el despotismo. Una confianza ciega en la potencialidad humana, en que las condiciones concretas del país se transformarían rápidamente, en las posibilidades de aplicar el programa contenido en el Dogma.


El latifundio, y la posterior dependencia, se encargaron de desmentir el optimismo de Echeverría, pero ello no nos autoriza a ignorarlo.


Sus limitaciones de clase lo llevaron a las limitaciones políticas, y con ellas a querer emparchar la sociedad, agregándole a la conformación autóctona y federal, la libertad religiosa, la libertad de prensa, una idílica relación con Europa, con la creencia de que se puede aprovechar la inmigración y la ciencia europea para ser independientes en política, todo ello sin comprender que en Mayo existió una corriente jacobina que fue derrotada y además, en los años patrios, el latifundio se había acrecentado.


Viendo las corrientes políticas desde la Argentina actual, es evidente que también Echeverria y Alberdi integran el lote de los derrotados, derrotados en otro momento histórico. Y, que a pesar de no ser revolucionarios jacobinos, tuvieron una dignidad intolerante para la oligarquía que gobernó el país con posterioridad a Pavón.


Tuvieron diferencias filosóficas y políticas con los unitarios exiliados en Montevideo, grupo que primero gobernó prácticamente el Uruguay, en alianza con los franceses, y luego de Caseros, dieron un golpe de Estado, se apoderaron de la provincia de Buenos Aires, la separaron del país, y pasaron a gobernar toda la argentina en l860.


Estos intelectuales historicistas, si bien fueron opositores a Rosas, pudieron intuir en el federalismo del interior genuinos productos espontáneos de un país incipiente, pudieron ver en el localismo federal los gérmenes de una nueva nacionalidad, mientras los cultos y doctores con rígido iluminismo, sólo lograban ver la barbarie.


A partir de Echeverria y este texto que comentamos, el federalismo —de fenómeno meramente bárbaro— se convierte en un hecho social de profunda significación histórica. Acá esta también la causa del ocultamiento de este libro.


Echeverria, implantó una nueva valoración filosófica de la idea federal, inspirado en la doctrina historicista del progreso de Herder.


Si bien en el texto que comentamos la ley providencial del progreso tiene sentido metafísico y fatalista, es evidente que el historicismo fue un desarrollo filosófico al romanticismo literario, presentado por la historia oficial como el contenedor de todos los cuadros de la generación del 37.


El romanticismo literario exalta las pasiones, lo autóctono, la naturaleza, la intimidad, la fantasía, también el sentido de nación y lengua, y los abarca a todos, pero tiene un desarrollo filosófico, que es el historicismo, que le permitió a algunos cuadros, no a todos, pensar en la relación política con las masas oprimidas.- Esto fue ocultado o no comprendido por la historia oficial y también por parte de la izquierda.


Herder y el historicismo influenciaron a muchos escritores argentinos de la época, como parte de la reacción antienciclopedista. Su obra principal, Ideas sobre la filosofía de la historia de la humanidad., de 1774, fue traducida del alemán al francés en l828, cuando Esteban Echeverria se encontraba en Paris. Al año siguiente la trae a Buenos Aires, y es notable cómo influencia las Lecciones preliminares sobre el estudio del Derecho que Alberdi escribe siendo todavía estudiante. Se lo conoce como El fragmento preliminar, y fue editado en la época de Rosas, en Buenos Aires.


Las ideas herderianas influencian a todos los cuadros de la generación del 37, y su historicismo filosófico es una herramienta que se prolonga hasta las bases de Alberdi. Son un arma de unificación de la misma manera que los rivadavianos se unificaban en la filosofía iluminista de Bentham, con quien Rivadavia mantenía correspondencia.


La existencia de contradicciones de base filosófica entre Rivadavia y Echeverria fue subestimada, y es todavía hoy una tarea pendiente de investigación. Sólo le ponemos el titulo, sus líneas políticas están presentes en nuestra realidad cotidiana.