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02 de octubre de 2010

El gobierno de la ciudad promete y no cumple. Nación hace oídos sordos a la crisis. Urge una asignación de emergencia para reparación de las instalaciones y aumento de presupuesto.

Sin presupuesto la educación se viene abajo

Crisis educativa en Capital Federal, “República de Cromañón”

Desde principio de año una gran cantidad de colegios de la Capital Federal está reclamando refacciones y calefacción en los edificios, por las malas condiciones de estudio. Hay un conflicto generalizado en la mayoría de las escuelas. En muchas, tanto secundarias como primarias, los pibes no pueden sacarse las camperas y tienen que escribir con guantes puestos.
Hoy sólo se destinan para reparaciones 83 centavos por metro cuadrado y en la ciudad hay 261 escuelas que no garantizan en plenitud la seguridad de sus instalaciones (según el diario Clarín del 17/6).
En el Mariano Acosta se cayó el cielo raso de un aula vacía el domingo de las elecciones porteñas. Así se supo que las aulas, pobladas de estudiantes el viernes anterior, no estaban habilitadas para las elecciones. En el Otto Krausse la situación es desastrosa; no hay vidrios (en algunos casos faltan hasta las estructuras de las ventanas), se caen permanentemente pedazos de mampostería y es un peligro. El gobierno iba a realizar una reunión con los pibes y faltó a la cita que había acordado. Si no se recibe una solución real vuelve la lucha.
En el Fernando Fader las soluciones fueron parciales, ante los reclamos estudiantiles por la falta de gas, que afecta no sólo por el frío sino por el funcionamiento de los talleres. Los estudiantes, junto a padres y docentes, frente al doble discurso del gobierno que dice una cosa y hace otra, tomando el colegio  plantearon que hasta no ver gente trabajando y se firme un acta la toma no se levantaba.
El gobierno firmó un acta (que después nos dijeron que era trucha porque había cuestiones técnicas que no cumplía) y mandó una cuadrilla comprometiéndose a finalizar las obras el martes 19, cosa que no cumplieron. Por eso el lunes, al cierre de esta edición, se está realizando un festival cultural en la puerta del colegio denunciando la situación porque siguen sin tener clases.
En el Mariano Acosta desde hace 3 años se vienen haciendo obras en el colegio, conseguidas con la lucha de estudiantes, docentes y padres. El gobierno no cumplió y se agravó la situación.
Como se comprobó el 3 de junio, cuando se vino abajo el techo del aula de primaria, las obras estuvieron mal hechas. Un informe de la Facultad de Ingeniería de la UBA sacó a la luz que todos los techos estaban mal colocados y el cableado eléctrico mal instalado.
Se generó una discusión alrededor de si se aceptaba o no el traslado y finalmente se aceptó. Hoy estamos disgregados en 6 edificios, y vemos que es completamente inviable seguir dando clases así por mucho tiempo más; por lo que le estamos exigiendo al gobierno de la ciudad (el jueves se realizó una marcha con alrededor de 300 estudiantes a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad y esta semana se realiza otra). Se está evaluando ir también al Ministerio nacional para que dé una respuesta.
Una situación similar es la del Normal 7, donde las obras la realizó la misma empresa que en el Mariano Acosta (Bricons SA). En dicha escuela hubo un escape de gas, por el que se intoxicaron varios estudiantes.

El gobierno no se hace cargo
El Estado cuando tiene que realizar obras contrata a empresas que lo único que hacen es lucrar, porque no les importa que la obra quede bien. La única garantía es que se deje de tercerizar estos trabajos a empresas privadas, y que el Estado se haga cargo de realizar las obras. No sólo es una cuestión de calidad en la obra, también es de plazos. Los tiempos de la empresa no son los mismos que los de la educación. Los pibes llevan mucho tiempo sin clases.
El gobierno de la ciudad no da soluciones y le pide a los estudiantes que hagan un esfuerzo, porque “la ciudad tiene déficit”. Desde el Ministerio de Educación tampoco hay ninguna respuesta concreta. Dicen que es un problema de la ciudad y se lavan las manos cuando pasa en todo el país. Les sirve para argumentar esto la ley de financiamiento, que provincializa la responsabilidad de sostenimiento de la educación. Entonces si hay problemas edilicios en Buenos Aires es problema de la provincia, si no hay sueldos para los docentes en Salta, es problema de Salta, si no hay viandas en Neuquén, es problema de Neuquén y si se caen techos en la Capital es problema de la Capital; y Filmus nunca se hace cargo cuando toda la educación está pasando por una gran crisis presupuestaria.

Una coordinación que exprese los mandatos de colegio
Trabajamos para unir los conflictos de todos los colegios, y evitar que el gobierno nos divida. Empujamos la formación y el debate en  cuerpos de delegados y centros de estudiantes. Y a su vez queremos coordinar las luchas. Existen distintas discusiones acerca de la Coordinadora de Estudiantes Secundarios (CES). Hoy no está cumpliendo el papel de una coordinación real de organismos de masa, centros de estudiantes, cuerpos de delegados o diferentes formas de organización que cada colegio defina.
Nosotros peleamos la coordinación y la unidad de los colegios en lucha a través de sus organismos de masa; por eso vamos a la CES y luchamos para que en ella se expresen las discusiones y los mandatos de los colegios. No que sea una coordinadora de “estudiantes en lucha” con estudiantes que no son representativos de los procesos reales, que de fondo termina siendo una coordinadora de tendencias políticas y termina dividiendo a la lucha estudiantil. Por eso entendemos que se tiene que manejar de un modo más democrático, que permita coordinar a la mayoría de los colegios que hoy están luchando.