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02 de octubre de 2010

El 7 de noviembre se conmemora un nuevo aniversario de la revolución rusa de 1917. Extractamos este texto del Programa del PCR de la Argentina, aprobado en su 11 Congreso.

Triunfo de la Revolución Rusa

Hoy 1291 / 7 de noviembre de 1917

La disputa interimperialista por el control del mundo generó en 1914 la Primera Guerra Mundial. Durante la misma, el Partido Comunista (bolchevique) de Rusia dirigido por Lenin condujo la insurrección armada de los obreros, campesinos y soldados en octubre de 1917, que llevó al triunfo de la revolución socialista en Rusia.
Desde comienzos del siglo veinte, Lenin luchó por la construcción de un Partido revolucionario de la clase obrera. Un Partido guiado por la teoría marxista, independiente de la burguesía y que deslindara campos con la socialdemocracia revisionista. Construyendo su ejército revolucionario, y en una guerra civil revolucionaria que se prolongó por más de tres años, millones de explotados realizaron la epopeya histórica en la que, por primera vez en la historia de la humanidad, el proletariado pudo sostener su dictadura (derrotando la resistencia de las clases derrocadas, el asalto imperialista y el cerco contrarrevolucionario) y comenzar a construir una nueva sociedad, confiscando la tierra a los terratenientes y expropiando los medios de producción del gran capital.
La existencia de un partido de vanguardia marxista-leninista fue decisiva para que el proletariado conquistara y retuviera el poder, basándose en la alianza obrera-campesina. La no resolución correcta de estas cuestiones significaría trágicas derrotas del proletariado de varios países europeos en este período, en particular del húngaro y del alemán.
Los aportes de Lenin significaron una nueva etapa en el desarrollo del marxismo. El leninismo es un desarrollo del marxismo en cuanto a la concepción del mundo –es decir, el materialismo dialéctico y el materialismo histórico– en cuanto a la teoría y la táctica de la revolución en la época del imperialismo, la dictadura del proletariado y el partido proletario; y la doctrina de la construcción socialista.
Desde la revolución de octubre de 1917, bajo la dirección de Lenin hubo 7 años de construcción en medio de la guerra contra la reacción, experiencia inédita hasta entonces. Al dominar el Estado y disponer de los medios de producción fundamentales, el proletariado como clase pudo dirigir la lucha por revolucionarizar las relaciones de produc- ción, modificando las relaciones humanas en el proceso de trabajo y decidiendo colectiva y democráticamente sobre el tiempo de trabajo social necesario que los productores entregan a la sociedad y el tiempo libre de que disponen y sobre la distribución del producto social. Todo esto como parte de la lucha para “suprimir las diferencias de clase en general, para suprimir todas las relaciones de producción en que estas descansan y todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción y para la subversión de todas las ideas que brotan de esas relaciones sociales”11 Marx: Las luchas de clases en Francia de 1848 a 18501.A la muerte de Lenin (enero de 1924), Stalin defendió la dictadura del proletariado y desarrolló sus enseñanzas.
En un plazo histórico asombrosamente breve, en la URSS se creó una potente industria moderna y se pasó de la mísera producción agrícola individual con arados de madera a cooperativas (koljoces) y haciendas estatales (sovjoses) que reunían cada una el trabajo de cientos de campesinos dotados de maquinaria y técnica moderna. Terminaron con el analfabetismo que era del 75% y los hijos de los obreros y de los campesinos accedieron a la enseñanza politécnica y universitaria. Por primera vez en la historia de la humanidad una nación opresora, Rusia, fue organizada en un plano de igualdad jurídica con las naciones y pueblos oprimidos por el viejo imperio zarista. En la URSS se reconocieron 169 etnias en distintos niveles de estructuras estatales: Distritos Nacionales, Regiones Autónomas, Repúblicas Federadas y Repúblicas de la Unión. Esta primera experiencia, si bien deformada por el peso en la cultura y la hegemonía política, económica y militar rusa sobre el conjunto, significó un gran avance para estos pueblos. Algunos por primera vez lograron que la escritura de sus lenguas originarias fuera reconocida.
Mientras el capitalismo era sacudido por la gran crisis de 1929-33 y decenas de millones de trabajadores se hundían en la deso- cupación y la miseria, en la URSS, bajo la dirección del Partido Comunista encabezado por Stalin, se terminaba con la desocupación forzosa y se producía el gran salto cualitativo de la colectivización y la industrialización. Este salto a la modernidad no solo fue logrado en un tiempo increíblemente corto –diez años– sino también por un camino que liberaba a los trabajadores del yugo del capital y ayudaba a los demás pueblos en lucha por su emancipación nacional y social.