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25 de julio de 2018

Una nueva ley excluye a los israelíes de origen palestino

Un Israel sólo para judíos

El Parlamento israelí –Knesset– aprobó el jueves pasado la Ley del Estado-Nación, que define oficialmente Israel como el “Estado Nación del pueblo judío”, reserva el derecho a la autodeterminación a este colectivo y establece que el hebreo sea la única lengua oficial.

El proyecto impulsado por la coalición de gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, fue aprobado con 62 diputados a favor y 55 en contra. Los diputados de la Lista Conjunta Árabe abandonaron el plenario al grito de “apartheid” y uno de ellos, el palestino con nacionalidad israelí Ayman Odeh, enarboló una bandera negra para simbolizar “la muerte” de la democracia.
Además de recoger en sus principios básicos que “el Estado de Israel es el hogar nacional del pueblo judío”, la Ley reconoce el derecho de autodeterminación, pero sólo de una parte de la población: “El derecho a ejercer la autodeterminación nacional en el Estado de Israel es exclusivo del pueblo judío”, dice.
Esta ley, no es una más del ordenamiento jurídico israelí, sino que pasará a formar parte de las llamadas leyes básicas, las que rigen el sistema legal a modo de Constitución –que Israel no tiene– y que son más difíciles de derogar una vez aprobadas, modificables solo por otra norma del mismo rango. Con esta nueva ley, ya son 12 las leyes básicas del Estado hebreo.
Algunos de los parlamentarios contrarios a su aprobación destacan que en el texto no se mencionan ni la palabra democracia, ni la palabra igualdad, y que además la norma discrimina a las minorías no judías de Israel. Entre ellas, el casi 20% de población árabe que tiene el país. “Es un crimen de odio contra las minorías y contra la democracia. Esto es una etnocracia. Que se considere un valor nacional que los judíos se establezcan en esta tierra significa que seguirán demoliendo casas árabes y que no desarrollarán nuestras infraestructuras”, aseguró al diario español El País Ahmad Tibi, diputado árabe de la Knesset. Es una ley discriminatoria no sólo por arrogar el derecho de autodeterminación solamente a los judíos, sino porque también reconoce el hebreo como la única lengua oficial del país y el árabe a un segundo plano al dejar de considerarlo lengua cooficial del Estado y concederle un “estatus especial”, aún por desarrollar en una legislación posterior.
En otro punto, la ley establece que la capital de Israel es “Jerusalén completa y unida”, algo que contradice los acuerdos firmados hasta ahora con la Autoridad Nacional Palestina en los que se contempla que el estatus de la ciudad será acordado por las partes en negociaciones futuras. “Oficialmente legaliza el apartheid y define legalmente a Israel como un sistema de apartheid”, dijo en un comunicado Saeb Erekat, el jefe del equipo negociador palestino.
La Ley establece también como símbolos del Estado la bandera blanca con dos franjas azules cerca de los bordes y la estrella de David azul en el centro; el escudo o emblema, la ua menorá (candelabro judío) de siete brazos con hojas de olivo en ambos lados y la palabra Israel debajo, y el himno Hatik- váh (adaptado de un poema judío, sobre el retorno del pueblo a Israel).
Tras la primera lectura en el Parlamento, miles de ciudadanos se manifestaron en Tel Aviv contra una ley que, desde que fue propuesta en 2011 por el diputado Avi Dichter, no ha dejado de causar críticas (Fuente: Lourdes Baeza, El País, España).

También contra la comunidad LGBT
Cerca de 100.000 personas colmaron la noche del 22 de julio la Plaza Rabin en el centro de Tel Aviv, para protestar por la exclusión de las parejas del mismo sexo de la ley de maternidad subrogada recientemente aprobada, que ha generado acusaciones de discriminación LGBT contra el gobierno. Netanyahu, quien la semana pasada se comprometió a aprobar una legislación que apoye la maternidad sustituta para padres homosexuales, luego votó en contra. Esta marcha atrás del primer ministro mostró la hipocresía del gobierno y el Estado.

Hoy N° 1727 25/07/2018