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02 de marzo de 2017

Macri y Manzur avanzan con un negociado de tierras y turismo internacional disfrazado de Parque Nacional Aconquija.

Un nuevo atropello contra el pueblo diaguita

Entrevista al cacique Rolando Fregenal

Cuando el ejército de la corona de España colonizó el noroeste de lo que hoy es la Argentina, hace 450 años, 200.000 diaguitas llevaban 8.000 años construyendo sus ciudades, con su agricultura de terrazas, canales y pequeñas represas, tenían su lengua, el cacán, y su cultura. Lucharon contra el invasor que le impuso el exterminio en las minas, la opresión feudal en las estancias, la tortura y la muerte al rebelde, y la violación de sus mujeres. Pero nunca pudo domar su espíritu de lucha.
Los diaguitas, junto a los demás pueblos y naciones originarias de la región, hombres y mujeres, nutrieron las guerrillas y los ejércitos de Belgrano, Güemes, Padilla y Juana Azurduy, que derrotaron a los ejércitos españoles enviados a esa región, en la Guerra de la Independencia, proclamada el 9 de Julio de 1816, en las tierras diaguitas del Tucumán.
El 9 de Julio del Bicentenario, Macri trajo como “invitado de honor” a Juan Carlos, el corrupto y reaccionario ex rey de España, que fue obligado a renunciar por el pueblo español. Macri nunca pronunció la palabra “originario” en su campaña electoral ni en su gobierno. Ahora viajó a España y aceptó la condecoración de la Orden de la Reina Isabel y Fernando 7°, los reyes que iniciaron la conquista de Latinoamérica: uno de los mayores genocidios de la historia humana.
Atrás de esos hechos antinacionales, racistas, xenófobos de Macri, hay un gran negociado de tierras y turismo internacional.
 
Un nuevo atropello
 El cacique de la comunidad diaguita Solco Yanca, Rolando Fregenal, nos habla de la lucha en defensa de sus tierras, sus territorios y sus derechos ancestrales en las sierras del Aconquija: Macri, asociado con el gobernador tucumano Juan Manzur, avanzan con el proyecto de convertir esas tierras en un Parque Nacional, que va a ser el único que tiene selva y nieve. 
El cacique nos cuenta que va a ser una estafa con grandes indemnizaciones a terratenientes que han ocupado ilegítimamente esas tierras. Además, Macri y Manzur están negociando con capitales yanquis, chinos y españoles, para emprendimientos de turismo internacional. Con el cuento de “la defensa de la biodiversidad” esconden un enorme negocio de turismo en dólares, yuanes y euros.
El “parque” –dice Fregenal– abarca tierras de las comunidades indígenas Solco Yanca, Cabrera, Rincón, La Angostura, entre otras. El proyecto inicial abarcaría 77.000 hectáreas, pero se sabe que llegará a alrededor de 250.000 hectáreas. Además, el Aconquija tiene las nacientes de aguas que utilizan dos millones de tucumanos y santiagueños.
 
Una lucha de originarios y criollos
Macri y Manzur no han ni siquiera hablado con las comunidades diaguitas. Para ellos los originarios no existen, ni tienen derechos.
Vienen sometiéndolos a represión y cárcel, como hicieron con los caciques Pancho Chaile y Rolando Fregenal, y otros miembros de las comunidades. Los terratenientes los obligan a pagar el pastaje de sus animales, y no faltan veces en los que se quedan con alguna vaca o caballo. La justicia archiva, sin investigar, las violaciones a sus derechos por parte de terratenientes y policías.
“Macri lanzó el proyecto, con el gobernador Manzur, en un acto en Olivos” denuncia el cacique. “Ahora van por una nueva expulsión de sus territorios. La Legislatura de Tucumán aprobó, sin consultar a los originarios, el proyecto del Parque Nacional Aconquija, y lo envió al Congreso Nacional para su aprobación”.
Sobre estos hechos hay un silencio cómplice del infame desconocimiento de los derechos de los diaguitas sobre esos territorios. El cacique Fregenal destaca el apoyo que ha recibido de los hermanos de la Corriente Clasista y Combativa.
La lucha está, en este momento, en Tucumán, y nacionalmente, ya que Macri y Manzur quieren que el proyecto sea aprobado por el Congreso nacional. Denunciar este atropello, romper el silencio e impedir este nuevo genocidio silencioso de las comunidades diaguitas, nos hermana en la lucha a originarios y criollos.