Una semana caliente comenzó con la 51° Marcha del Movimiento contra la Impunidad. Las familias convocantes comenzaron a concentrarse en la plaza San Martín el lunes 7, con las pancartas y fotos de las víctimas de la represión gubernamental. Esta convocatoria se hace todos los 7 de cada mes, reclamando justicia a todos los casos de “gatillo fácil”.
El gobierno se hace el ñembo (desentendido) de lo mismo que produce. Es público que la represión e intolerancia son generadas en el 5° piso de la Casa de Gobierno, donde cohabitan Gildo Insfrán y su verdugo Antonio “Pomelo” Ferreira, quienes son, sin duda, los responsables de tantos asesinatos, especialmente de jóvenes. Y es justamente la lucha de estas familias damnificadas, la que posibilitó que las muertes, torturas y atropellos se frenaran.
Gremios y organizaciones
en lucha
El 10, se produjo otro paro de ATE, Voz Docente y Docentes autoconvocados. Acompañaron con sus reclamos las organizaciones CCC, JCCC, familia policial, Barrios de Pie, y la agrupación que reclama la libertad absoluta del periodista Miguel Gobio, preso 21 días (liberado con libertad condicional), por orden del gobierno.
La marcha se encaminó hacia el Superior Tribunal de Justicia, que días antes había extorsionado a los trabajadores judiciales para que “dejen de hacer paros so pena de ser sancionados”. La columna de 2.000 manifestantes produjo un escrache a ese Tribunal, acusados de ser jueces de la Dictadura del ‘76.
Los manifestantes, que volvieron sus pasos hacia el microcentro, vieron acrecentar su número con quienes se unían a la protesta; y se potenciaban con el saludo de estudiantes a su paso.
La lucha de este 10 de septiembre nos deja, al menos, dos premisas: Sin aumentar la apuesta será difícil torcerle el brazo al gobierno. Hay que unir a todos aquellos que quieran luchar en una multisectorial de toda la provincia.
El ejemplo de la exitosa lucha de los chaqueños nos marca el camino.
Judiciales
Un nuevo paro de los judiciales se concretó en la provincia el viernes 11, a pesar de tantas amenazas y aprietes del gobierno. La lucha de los judiciales es justa, sus salarios han caído en forma estrepitosa; y hoy están desamparados por la derogación de la ley conocida como de “enganche”, que funcionaba como un sistema de equidad para todos los trabajadores de la Justicia.
Quizás, los compañeros judiciales tengan que animarse y unirse a todos aquellos que luchan por la solución de sus problemas.