Noticias

02 de October de 2010

Ojo con nosotros

Hoy 1288 / China celebró su marcha hacia nueva superpotencia

El imponente despliegue militar y tecnológico del pasado 1º de octubre exhibió ante el mundo los resultados y los objetivos de 30 años de restauración capitalista.
Montada sobre los inmensos logros de las anteriores tres décadas de revolución popular y socialista, la banda de monopolistas burgueses que copó el poder con Deng Xiaoping en 1978 —tras la derrota de la Revolución Cultural—, restauró el capitalismo (y con él la explotación despiadada de las masas trabajadoras), se apropió de las fábricas, campos y bienes estatales, quitó a los obreros y campesinos el poder de decisión que hasta entonces habían ejercido a través de sus organismos de democracia directa en las fábricas y comunas populares, y conformó inmensos consorcios monopolistas con intereses en todos los continentes.
Transformó así a China en una nueva potencia imperialista, y pasó gradualmente a disputar mercados y “esferas de influencia” a los imperialismos rivales. La impresionante exhibición militar (aviones con radares avanzados y misiles de crucero, vehículos con misiles intercontinentales Dongfeng 31 capaces de descargar cabezas atómicas a más de 10.000 kilómetros, etc.) constituye una advertencia a sus competidores sobre la decisión de la jefatura del imperialismo chino de proteger y defender sus intereses en todo el mundo.
Una intensa campaña ideológica de la burguesía mundial pretendió confundir a los pueblos presentando los festejos del 1º de octubre en algunos casos como la conmemoración de “60 años de comunismo”, y en otros como la celebración de los “éxitos” de 30 años de reformas capitalistas que —afirman— habrían sacado “a muchas personas de la pobreza”.
Pero bien lo saben los cientos de millones de trabajadores, obreros y campesinos chinos expulsados de las tierras comunales, superexplotados en las fábricas o empujados a la desocupación: la China actual ya nada tiene que ver con la grandiosa experiencia revolucionaria que la victoria lograda en 1949 bajo la dirección de Mao Tsetung y el Partido Comunista de China permitió empezar a construir.