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02 de October de 2010

Participaron del Encuentro 42 compañeras de Paraguay. Conversamos con Teodolina Villalba, de la Federación Nacional Campesina de Paraguay, Dora Flecha y Augusta Caballero del Departamento Mujer del Movimiento Popular Revolucionario Paraguay Piahurá.

Aunque somos de países diferentes, tenemos problemas comunes

Hoy 1289 / Compañeras paraguayas en el Encuentro Nacional de Mujeres (Nota 1 de 2)

—Hace años que ustedes participan de los Encuentros Nacionales de Mujeres… ¿por qué?
Dora: Venimos participando hace muchos años, pero la cantidad que vinimos este año, la delegación que vinimos, es la primera vez. ¡42 compañeras!
Augusta: Para nosotras es una experiencia muy buena llevar la lucha de las mujeres de la Argentina, porque en estos encuentros se conjugan los problemas de las mujeres. Y lo que nosotras notamos es que, aunque seamos de países diferentes, los problemas nos son comunes. Son comunes las problemáticas de las mujeres, no son diferentes, y eso es lo que nos anima a venir, y llevar sus experiencias, traer nuestras experiencias de luchas e ir juntándonos como mujeres de diferentes países, discutiendo nuestros problemas, y viendo cómo le vamos dando salida a estos problemas comunes.

—¿Cómo es la situación, hoy en día, de la mujer en Paraguay?
Teodolina: La problemática de las mujeres pobres de Paraguay, cada vez se va agudizando más. Sufrimos la falta de tierra, la falta de educación, la falta de salud, y por ese motivo estamos organizándonos. Estamos luchando, sobre todas las cosas, por la salud materno-infantil. Hemos obtenido una conquista interesante, con el decreto 10.540, consideramos que es la situación más sentida por una mujer pobre: ver morir a su hijo pequeño en brazos, morir mamás en salas de parto. Eso es lo que nos impulsa a luchar para que haya una cobertura desde el Estado en cuanto a la salud materno-infantil.
Las mujeres de la FNC están luchando por la reactivación productiva, también para conseguir tierras. Van y ocupan tierras, impulsando que haya realmente una reforma agraria, teniendo en cuenta que nuestro país es eminentemente agrícola, y en eso, las mujeres campesinas son protagonistas de esa lucha.

—Ustedes tienen varias experiencias que han contado en los talleres sobre su lucha y cómo enfrentan la violencia…
Augusta: Al calor de la lucha vamos aprendiendo muchas cosas y de esas experiencias que vamos obteniendo también, vamos implementando algunas cuestiones específicas de las mujeres.
El problema de la violencia, para nosotras, parte desde el mismo Estado. Y como consecuencia de esa violencia del Estado es lo que se transmite con más fuerza en contra de la mujer: el machismo, la falta de cobertura de necesidades básicas, eso se transmite otra vez en la mujer. Y como nosotras vamos combatiendo eso, tratando de combatir esa violencia contra de la mujer, es a través de las brigadas de mujeres. Eso se está implementando en los asentamientos: una mujer, una compañera nuestra que es violentada por el marido, por el compañero, cuando hay una organización, cuando una brigada se está organizando, una compañera tiene el mecanismo de alertarle a las otras compañeras, como ser una alarma. Se junta a las compañeras, se va, se conversa y eso se baja luego en una asamblea general, donde el compañero violento o golpeador, recibe una sanción social. ¿Y cómo es esa sanción social? Se implementa de varias formas: carpiendo el patio de la escuela, carpiendo el patio de la sala de salud… y si hay reincidencia, se van tomando medidas en relación a lo que se había discutido anteriormente. Esas son las medidas que se toman en relación a la violencia y es una cuestión muy sentida en nuestro país. El machismo, la supremacía del hombre, es impresionante. Y combatiéndolo con las mujeres argentinas, ése es un problema común también.

–¿Cómo es la organización de esas brigadas?
Augusta: Las brigadas las organizamos en nuestras comunidades, por departamentos. Tenemos mu-chísimas brigadas en San Pedro, en Caaguazú, en Guayrá. Se van haciendo de acuerdo a las necesidades. Tenemos brigadas de compañeras que están en el tema de la salud materno-infantil, que llegan a las instituciones sanitarias, conversan con los funcionarios, ven las necesidades que hay en esa institución sanitaria… y se llega a la institución de salud a nivel región. Esto es con el tema específico de salud. Y después están las brigadas de compañeras que están combatiendo el tema de la violencia a la mujer.
Dora: Y en la comunidad puede haber 50, 100 en cada brigada.

—¿Tienen estadística de muerte de mujeres?

Augusta: Según la estadística del Ministerio de Salud, la muerte materna es de 240 mujeres por año al momento del parto. Son los que se registran, pero nosotras tenemos números superiores a los registrados por el Ministerio de Salud. En cuanto a aborto, 10 mil abortos por año, y de cada 10 abortos, muere una mujer en Paraguay. Mueren 6 mil niños anualmente. Esos son los datos que nosotros tenemos.
Y ese es también el trabajo de las brigadas: el levantamiento de datos en las comunidades. Van preguntando casa por casa, cuántos hijos, cuántas mamás, cuántas mujeres jóvenes solteras, sin hijos y cuántos niños hay. Y también en los hospitales hacemos esos relevamientos de datos. Hay hospitales que tienen 300 consultas de mamás embarazadas. Muertes mensuales, tres, cuatro, cinco siempre hay en un hospital.

—¿Por qué ocurren las muertes? ¿Falta de instrumentos, atención médica?
Dora: Falta de todo. Principalmente faltan profesionales, ése es un déficit muy importante en nuestro país. Los profesionales se concentran en la gran ciudad que es Asunción. Y los departamentos, prácticamente están despoblados de médicos. También está la necesidad de medicamentos. Y la distancia. Hay muchas mujeres que si llegan al hospital, lo hacen a último momento, sin que pueda ya ser auxiliada. O al llegar al hospital, encuentra que el médico no está, no hay medicamentos, que el laboratorio no funciona, que el ecógrafo se descompuso… Es ése el peregrinar de nuestras mujeres pobres que tienen que pasar para dar a luz. Y está también el porcentaje de parto domiciliario, eso es también por la inoperancia del Estado que, como muchas mujeres no pueden llegar a una institución sanitaria, se quedan en su casa, mueren en su casa, mueren en el camino. Esa es la situación de las mujeres pobres en el Paraguay. Y a nosotras nos impulsó trabajar este tema, porque es una problemática específica de las mujeres.

—¿En esas brigadas solamente participan mujeres que están en la organización?
Augusta: Sí. Pero nuestra lucha  siempre la llevamos para todas las mujeres pobres, sin discriminación, sin dejar de lado a nadie. El decreto 10.540 tiene 18 puntos a favor de la mujer y eso lo hemos conquistado. Las autoridades del Estado intentaron achicar esa conquista de las mujeres de nuestra organización. Pero ese decreto es muy importante para nosotras porque lo conquistamos para todas las mujeres pobres, que esa mujer sepa que hay un elemento para que ella pueda ser atendida gratuitamente. Hicimos una propaganda a nivel nacional con volanteadas, con pintadas, con reuniones, con visitas casa por casa, juntando a las mujeres para dejar un volantito donde se especifican las conquistas de las mujeres pobres. Y eso, es para todas las mujeres sin discriminación.