Noticias

02 de October de 2010

Frente a la creciente inflación y la agudización de los problemas populares, se impone el camino de la lucha y las multisectoriales, con el ejemplo de Paraná Metal, Asoma y los estudiantes secundarios.

Torcerle el brazo a la política kirchnerista

Hoy 1334 / La hora política

1. Luchas emblemáticas

Los obreros de Paraná Metal cortan la autopista Rosario–Buenos Aires, continuando con su heroica lucha en defensa de su fuente de trabajo, acompañados por el pueblo de Villa Constitución. La receta del empresario K, Cristóbal López, es el despido de 600 trabajadores y una rebaja del 30% de los salarios. Sigue la lucha de los trabajadores del subte, de la carne, estatales y municipales, de la salud y la educación, etc. Siguen luchando los jubilados por el 82% móvil y contra el vaciamiento K del Anses. Continúa el plan de lucha de los desocupados, con la CCC a la cabeza, pese a la brutal represión del gobierno nacional y el provincial contra la CCC jujeña, con numerosos heridos con 16 balazos de goma a Kike Mosquera y otro compañero que puede perder un ojo.

Los campesinos pobres y pequeños productores del Gran La Plata agrupados en Asoma, mantienen su acampe en reclamo de tierras en el Parque Pereyra Iraola. Se extiende la lucha de los productores de fruta en Río Negro. Continúa la de los originarios por sus tierras. Se movilizan por la segmentación de las retenciones los pequeños y medianos campesinos y chacareros de FAA.

Los estudiantes secundarios de la Capital Federal, con tomas de colegio y movilizaciones, desnudan al gobierno reaccionario de Macri, que usó los fondos de la educación para crear esa banda mafiosa que es la Policía Metropolitana. Los estudiantes enfrentan la destrucción de la escuela pública de Macri y los Kirchner.

Gualeguaychú volvió a la ruta contra Botnia. Se movilizan en El Bolsón contra los planes del inglés Lewis de instalar una represa, pese a la comprobación de que su aeropuerto opera aviones de y hacia Malvinas con el silencio cómplice K.

Ni el mal tiempo, ni las maniobras K, logran frenar estas y otras emblemáticas luchas que se extienden a lo largo y a lo ancho del país.

 

2. La división de los de arriba

El bloque hegemónico de las clases dominantes está fragmentado, y se pelean duro. Dos ejemplos. Uno: en Jujuy, el grupo Blaquier (Ledesma) apoya al gobierno nacional, y la provincia la gobierna el kirchnerista Fellner. Otro: Córdoba, donde el capo de la Fiat, Ratazzi, dice que “no es felpudo del gobierno”, el gobernador Schiaretti (fue gerente de Fiat Brasil) no participó en el acto oficialista de Papel Prensa.

La semana pasada hubo nuevos enfrentamientos entre el gobierno kirchnerista y la mayoría de la Corte Suprema de Nación, representantes de tribunales y jueces de provincias, reunidos en la Conferencia Nacional de Jueces. Se puede tensar más, si se confirma que la mayoría de la Corte Suprema rechazaría la apelación del gobierno por la medida cautelar presentada por el grupo Clarín, que tuvo el aval de un juez y de la Cámara de Apelación.

En el Consejo de la Magistratura (organismo que decide sobre los jueces) fue designado un opositor a los K por los abogados, y están pendientes otros cambios en la misma dirección, cuando hay por definir centenares de nombramientos y de acusaciones.

En el Congreso, el kirchnerismo logra, en muchos casos, frenar en el Senado avances de la oposición en Diputados. Pero no puede imponer leyes, con lo que es posible que no se apruebe, o el gobierno vete, la ley de presupuesto.

El sistema presidencialista argentino facilita al kirchnerismo “maniobrar”; pero mirado en su conjunto el sistema institucional, hay un entrevero que se agrava. Más allá de los golpes tácticos que da o recibe cada grupo, hay una tendencia a la pérdida de posiciones del gobierno, unido a un deterioro general de la institucionalidad del sistema. Por eso, alarmado, el presidente de la Corte Suprema dijo: “Existe una extraordinaria diferencia entre lo que se declara en el discurso público y lo que sucede en la realidad. (…) La paz siempre va a ser inestable cuando una madre no pueda pensar en el futuro de su hijo. Por eso hay temblores en los cimientos del edificio social” (La Nación, 2/9).

 

3. ¿Qué salida para Papel Prensa?

El kirchnerismo volvió a golpear al grupo Clarín a través de los negocios de uno de sus directivos, Aranda, que en acuerdo con Soros y otros grupos, bloqueándole la construcción de una represa que ampliaría sus latifundios arroceros, utilizando y contaminando aguas del acuífero guaraní. La medida es justa, pero oculta que el kirchnerismo promovió el despliegue de plantaciones de eucalipto, que consumen el agua del mismo acuífero, secan las napas de los pequeños y medianos productores ganaderos y hortícolas, arruinándolos para luego forzarlos a malvender sus campos.

Al gobierno no le ha ido bien en su pretensión de utilizar los derechos humanos contra sus ex socios en Papel Prensa: quedó salpicado por la podredumbre de esa olla, y retrocedió en su embate, sin dejar de usar el tema para desviar el debate sobre otras cuestiones de fondo como el 82% para los jubilados y pensionados.

El retroceso del gobierno se puso en evidencia con la decisión de Cristina K de concurrir a la reunión de la UIA, después del comunicado de esa organización empresarial anunciando el faltazo al acto sobre Papel Prensa (y luego de la foto del Consejo de la UIA con el de la AEA, incluyendo al CEO de Clarín, Magnetto). Los K tratan de romper el aislamiento empresarial en el que el quedaron con empresarios como Cornide (famoso por su carta pública de felicitación a la dictadura), o los Calcaterra, testaferros de Franco Macri, que hizo enormes negocios durante el “proceso”.

Los K quieren Papel Prensa para su proyecto mediático y político. Por eso, terminaron presentando un proyecto de una inocua declaración de “interés público” reducida a un pedido de delegación de facultades para reglamentar el uso de papel para diarios, justo en el momento en que caducan todas las delegaciones que vienen de la época del menemismo, con sucesivas prórrogas de los K durante todo su gobierno. Su objetivo quedó claro la semana pasada al lograr entretener a la oposición con este tema, abortando la sesión de Diputados para aprobar los proyectos de leyes sobre el infanticidio y las salideras bancarias.

Por su condición de burguesía intermediaria voraz, los K son incapaces de hacer lo que se debe hacer para una política popular y nacional: un proyecto de ley declarando a Papel Prensa como una empresa de utilidad pública sujeta a expropiación, basándose en el histórico dictamen del entonces fiscal Ricardo Molinas sobre la ilegitimidad de origen de las sucesivas “transferencias” de su paquete accionario y los centenares de millones de dólares aportados por el Estado en su desarrollo.

Es necesario unir fuerzas para enfrentar estas maniobras K, sin caer en la defensa de los intereses monopolistas, antipopulares y antinacionales del grupo Clarín. La única forma en que las fuerzas obreras y populares, y demás sectores patrióticos y democráticos, no queden entrampados en esta disputa entre truhanes, entre el grupo Clarín y el kirchnerismo, es exigir la expropiación sin indemnización de Papel Prensa, y su conversión en una empresa estatal bajo el control de sus trabajadores, con la participación democrática de todos los medios de prensa que usan ese papel y los pequeños y medianos madereros que abastecen la empresa.

 

4. Torcerle el brazo a la política K

El camino para Papel Prensa, como en cada caso en el que están en juego los intereses obreros y populares, patrióticos y democráticos, es torcerle el brazo a la política kirchnerista para imponer las soluciones necesarias. Es el camino que nos muestran los trabajadores de Paraná Metal, los campesinos de Asoma y los estudiantes secundarios de Capital Federal, el camino de las multisectoriales como se expresa en estos casos y en tantos otros, como se vienen desarrollando en el ámbito de la salud o la minería contaminante y demás monopolios contaminantes, en los ámbitos provinciales y municipales, como en el Chaco, Formosa, Jujuy, Salta, Tucumán y numerosos partidos de la provincia de Buenos Aires.

La campaña de la Lista 1 en CTA se va desplegando en todo el país, golpeando a la viga maestra de la política K, la alianza Yasky–Moyano para hacer pasar la política de despidos, bajos salarios, jubilaciones de miseria y planes sociales de hambre.

Las ambiciones del kirchnerismo, y su agresividad para imponerse incluso en el seno del propio bloque hegemónico de las clases dominantes, han llevado a una creciente fragmentación del mismo. No es, como dicen propagandistas del kirchnerismo, que con el barco en el medio del río, hay que optar para qué ribera navega. No es conciliando con el gobierno, aceptándolo como “mal menor”, como se van a resolver los problemas del pueblo y del país. Para poder resolverlos es necesario terciar con una política independiente que una a todas las fuerzas posibles de ser unidas contra la política kirchnerista, para torcerle el brazo en cada lucha en concreto y avanzar así en el camino de la necesaria revolución de liberación nacional y social.