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12 de November de 2010

Programa para la Revolución democrático-popular, agraria y antiimperialista en marcha ininterrumpida al socialismo

Transformación de la economía nacional

Documentos del PCR / tomo 6

El desa­rro­llo eco­nó­mi­co del país se logra­rá a tra­vés de la movi­li­za­ción revo­lu­cio­na­ria de las fuer­zas socia­les y del apro­ve­cha­mien­to pleno y racio­nal de los recur­sos natu­ra­les dis­po­ni­bles. Es nece­sa­rio remo­ver las tra­bas que se opo­nen a ello y orien­tar su uti­li­za­ción de mane­ra pla­ni­fi­ca­da hacia un desa­rro­llo indus­trial y tec­no­ló­gi­co inte­gra­do y una expan­sión sos­te­ni­da de la pro­duc­ción pri­ma­ria. Estas cues­tio­nes son prio­ri­ta­rias para garan­ti­zar la inde­pen­den­cia de la eco­no­mía nacio­nal, el bien­es­tar del pue­blo y un desa­rro­llo inte­gral del país con cen­tro en el mer­ca­do inter­no, que haga rea­li­dad los pos­tu­la­dos de un autén­ti­co fede­ra­lis­mo eco­nó­mi­co.
El con­trol obre­ro de la pro­duc­ción y dis­tri­bu­ción será el ins­tru­men­to clave para efec­ti­vi­zar la rea­li­za­ción de esta polí­ti­ca en bene­fi­cio de los tra­ba­ja­do­res y el pue­blo.
Esta polí­ti­ca eco­nó­mi­ca debe­rá dar un papel diri­gen­te al desa­rro­llo de los medios de pro­duc­ción, al sec­tor de la indus­tria pesa­da, man­te­nien­do una correc­ta rela­ción con la indus­tria livia­na y la acti­vi­dad agro­pe­cua­ria. Pues de esto depen­de­rá el que se logre o no con­so­li­dar el pri­me­ro. La refor­ma agra­ria es clave, tanto para ampliar y aba­ra­tar la pro­vi­sión de ali­men­tos y mate­rias pri­mas de ori­gen agro­pe­cua­rio y fores­tal, como para trans­for­mar el campo y todo el inte­rior del país en un gran deman­dan­te de pro­duc­tos indus­tria­les. Lo mismo ocu­rre con la indus­tria livia­na, cuya expan­sión tam­bién es impres­cin­di­ble para garan­ti­zar un mayor bien­es­tar inme­dia­to a los tra­ba­ja­do­res del campo y de la ciu­dad. Además el desa­rro­llo de ambos sec­to­res es lo que gene­ra­rá más rápi­da­men­te los fon­dos nece­sa­rios para rea­li­zar en gran esca­la un pode­ro­so sec­tor de pro­duc­ción de máqui­nas, herra­mien­tas e insu­mos bási­cos, que libe­re al país de su depen­den­cia al res­pec­to. La nacio­na­li­za­ción del cré­di­to y del comer­cio exte­rior, en fun­ción del desa­rro­llo inde­pen­dien­te y armó­ni­co del con­jun­to del país, se con­ver­ti­rán tam­bién en impor­tan­tes palan­cas de una rápi­da acu­mu­la­ción.

 

a) Desarrollo industrial integrado

Serán expro­pia­das sin indem­ni­za­ción las empre­sas mono­po­lis­tas extran­je­ras y de gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria en la indus­tria, según con­ven­ga a los inte­re­ses del Estado revo­lu­cio­na­rio, pudién­do­se esta­ble­cer algún tipo de com­pen­sa­ción cuan­do sea nece­sa­rio. Se res­pe­ta­rán las de bur­gue­sía nacio­nal. Se pro­te­ge­rá y esti­mu­la­rá la peque­ña y media­na empre­sa y su coo­pe­ra­ti­vi­za­ción, aten­dien­do a las par­ti­cu­la­ri­da­des de cada rama de la pro­duc­ción, comer­cio y ser­vi­cios.
Serán expro­pia­das sin indem­ni­za­ción las com­pa­ñías mine­ras, de ener­gía, com­bus­ti­bles, trans­por­tes y comu­ni­ca­cio­nes en manos del impe­ria­lis­mo y la gran bur­gue­sía inter­me­dia­ria. Se res­pe­ta­rá la pro­pie­dad de los peque­ños y media­nos mine­ros y se esti­mu­la­rá su coo­pe­ra­ti­vi­za­ción. El Estado desa­rro­lla­rá la gran mine­ría y explo­ta­rá la pro­duc­ción de com­bus­ti­bles, petro­quí­mi­ca y mine­ra­les estra­té­gi­cos, así como la pro­duc­ción ener­gé­ti­ca de cen­tra­les hidro­e­léc­tri­cas, ter­mo­e­léc­tri­cas y nuclea­res.
Se anu­la­rán los con­ve­nios pes­que­ros, con­tra­tos y fran­qui­cias por­tua­rias que afec­ten la sobe­ra­nía nacio­nal. Se apo­ya­rá a los peque­ños y media­nos pes­que­ros, ayu­dán­do­los para que se orga­ni­cen en coo­pe­ra­ti­vas. Se desa­rro­lla­rá una flota pes­que­ra moder­na, se cons­trui­rán cáma­ras fri­go­rí­fi­cas y se ase­gu­ra­rán medios de trans­por­te ade­cua­dos.
Se fomen­ta­rá la indus­tria fores­tal y del papel nacio­nal. El Estado con­tro­la­rá los bos­ques para su explo­ta­ción racio­nal, pro­mo­vien­do pla­nes de fores­ta­ción y refo­res­ta­ción para pro­veer las nece­si­da­des de la indus­tria y man­te­ner el equi­li­brio eco­ló­gi­co, pre­vi­nien­do la degra­da­ción de los sue­los.
Se fija­rá una polí­ti­ca nacio­nal del agua para el apro­ve­cha­mien­to inte­gral de los ríos, reser­vas y aguas sub­te­rrá­ne­as, impul­san­do el desa­rro­llo de la ener­gía hidro­e­léc­tri­ca en el marco de un plan nacio­nal que con­tem­ple las posi­bi­li­da­des de irri­ga­ción, nave­ga­ción y pis­ci­cul­tu­ra, cons­tru­yen­do sis­te­mas de cana­li­za­ción y desa­gües com­bi­na­dos con lagos arti­fi­cia­les para la acu­mu­la­ción de las aguas, a fin de con­tro­lar los ciclos de inun­da­cio­nes y sequías perió­di­cas que afec­tan a vas­tas zonas del país.
Todas las empre­sas expro­pia­das más las actua­les del Estado pasa­rán a cons­ti­tuir un sec­tor de pro­pie­dad esta­tal, diri­gi­do por el gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio bajo el con­trol obre­ro basa­do en los con­se­jos de fábri­cas y empre­sas. La pla­ni­fi­ca­ción de la pro­duc­ción del sec­tor esta­tal y la orien­ta­ción de los exce­den­tes que gene­re el mismo, per­mi­ti­rán ase­gu­rar un desa­rro­llo inte­gra­do de la indus­tria y del país, prio­ri­zan­do la gran mine­ría y la indus­tria pesa­da y pro­mo­vien­do la expan­sión ace­le­ra­da del inte­rior. Se crea­rán cen­tros indus­tria­les cerca de las fuen­tes de los recur­sos natu­ra­les y se pro­te­ge­rá y esti­mu­la­rá la peque­ña y media­na empre­sa, favo­re­cien­do su coo­pe­ra­ti­vi­za­ción y garan­ti­zan­do que reci­ban ayuda prio­ri­ta­ria aque­llos sec­to­res que inte­re­sen par­ti­cu­lar­men­te a los obje­ti­vos del plan nacio­nal, la inte­gra­ción regio­nal y el bien­es­tar gene­ral.
El gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio pug­na­rá por apro­ve­char el avan­ce cien­tí­fi­co téc­ni­co logra­do por el desa­rro­llo de la huma­ni­dad, impul­san­do la rees­truc­tu­ra­ción y for­ta­le­ci­mien­to del INTI, INTA, CNEA, CONICET y demás orga­nis­mos de cien­cia y téc­ni­ca nacio­na­les y pro­vin­cia­les y pro­gra­mas de inves­ti­ga­ción de las uni­ver­si­da­des esta­ta­les, en fun­ción de un apro­ve­cha­mien­to inte­gral de todas las poten­cia­li­da­des del país y al ser­vi­cio de la indus­tria nacio­nal, las eco­no­mías regio­na­les y la peque­ña y media­na explo­ta­ción agro­pe­cua­ria, pes­que­ra, mine­ra y fores­tal.
Se crea­rá un Instituto Nacional de Informática para la pro­duc­ción de pro­gra­mas, inte­gra­ción de sis­te­mas, ade­cua­dos a la rea­li­dad y nece­si­da­des nacio­na­les.
Se dará impul­so al desa­rro­llo de la indus­tria de gue­rra, en fun­ción de la defen­sa nacio­nal, apo­yán­do­se en la capa­ci­dad tec­no­ló­gi­ca y los avan­ces nacio­na­les ya exis­ten­tes –inclui­dos los avan­ces de la ener­gía nucle­ar– y se crea­rán los nece­sa­rios para mejo­rar el arma­men­to en la defen­sa de nues­tro terri­to­rio de ata­ques y atro­pe­llos impe­ria­lis­tas.

 

b) Reforma agraria profunda

Expropiación sin indem­ni­za­ción de los lati­fun­dios, maqui­na­rias agrí­co­las e ins­ta­la­cio­nes per­te­ne­cien­tes a los terra­te­nien­tes, entre­gan­do la tie­rra en pro­pie­dad a todos los que la tra­ba­jan o quie­ran tra­ba­jar­la, prio­ri­zan­do la juven­tud agra­ria, los obre­ros rura­les, los cam­pe­si­nos pobres y medios y las muje­res cabe­za de fami­lia. Se fija­rá por ley la exten­sión de tie­rra míni­ma expro­pia­ble aten­dien­do a las pecu­lia­ri­da­des de cada zona, tipo de cul­ti­vo o explo­ta­ción, esta­ble­cién­do­se indem­ni­za­cio­nes para los peque­ños terra­te­nien­tes.
Formación de entes regio­na­les inte­gra­dos por repre­sen­tan­tes ele­gi­dos demo­crá­ti­ca­men­te por las orga­ni­za­cio­nes de obre­ros rura­les y cam­pe­si­nos pobres y medios, que deter­mi­na­rán: los lati­fun­dios a expro­piar y el tama­ño de las uni­da­des pro­duc­ti­vas y su dis­tri­bu­ción. Se impul­sa­rá y dará amplio apoyo a las coo­pe­ra­ti­vas agra­rias de pro­duc­ción y tra­ba­jo y se con­for­ma­rán con las explo­ta­cio­nes moder­nas expro­pia­das, que no sea con­ve­nien­te sub­di­vi­dir, gran­jas esta­ta­les. Se les garan­ti­za­rá prio­ri­ta­ria­men­te la pro­vi­sión de máqui­nas y herra­mien­tas.
A las comu­ni­da­des y tri­bus indí­ge­nas les serán devuel­tas sus tie­rras o se les entre­ga­rán mejo­res tie­rras alter­na­ti­vas en luga­res con ellas fija­dos. Se con­clui­rá con todo sis­te­ma social ajeno a su volun­tad e his­to­ria. La entre­ga de la tie­rra y maqui­na­rias será en pro­pie­dad y en uni­da­des pro­duc­ti­vas según la zona y tipo de cul­ti­vo o explo­ta­ción.
Será pro­hi­bi­do el arren­da­mien­to, la media­ría, la apar­ce­ría, el tan­teo, etc. Se res­pe­ta­rá el dere­cho de pro­pie­dad de los cam­pe­si­nos ricos y bur­gue­ses agra­rios que no se sumen a la con­tra­rre­vo­lu­ción.
Se expro­pia­rá sin indem­ni­za­ción las empre­sas mono­po­lis­tas de comer­cia­li­za­ción y finan­cia­ción de la pro­duc­ción, reco­no­cien­do los dere­chos de los peque­ños y media­nos accio­nis­tas. El gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio garan­ti­za­rá pre­cios míni­mos sos­tén, en ori­gen. Promoverá el ade­lan­to tec­no­ló­gi­co, esti­mu­la­rá y ayu­da­rá a la coo­pe­ra­ti­vi­za­ción para supe­rar las limi­ta­cio­nes pro­pias de la peque­ña pro­duc­ción.
Serán anu­la­das las deu­das (hipo­te­ca­rias, pren­da­rias, ade­lan­tos para semi­llas, etc.) con­traí­das por los cam­pe­si­nos pobres y medios con el Estado, la oli­gar­quía terra­te­nien­te, los ban­cos y los mono­po­lios comer­cia­li­za­do­res. Se esta­ble­ce­rán líne­as espe­cia­les de cré­di­to que ase­gu­ren ins­ta­la­ción, semi­llas, fer­ti­li­zan­tes, insec­ti­ci­das, etc. y maqui­na­rias. Las tie­rras, máqui­nas y demás úti­les de labran­za, el gana­do, ani­ma­les de tra­ba­jo, casa y demás per­te­nen­cias de los cam­pe­si­nos semi pro­le­ta­rios, pobres y medios, serán inem­bar­ga­bles.
Se impul­sa­rá la for­ma­ción de coo­pe­ra­ti­vas de maqui­na­rias agrí­co­las de cam­pe­si­nos pobres y medios y se esta­ble­ce­rán esta­cio­nes esta­ta­les de máqui­nas bajo el con­trol demo­crá­ti­co de los comi­tés regio­na­les de obre­ros rura­les y cam­pe­si­nos pobres y medios. El gobier­no popu­lar revo­lu­cio­na­rio pro­ce­de­rá a la crea­ción de cha­cras, gran­jas, huer­tas y caba­ñas expe­ri­men­ta­les, como parte de la amplia­ción de las acti­vi­da­des del INTA, de mane­ra que los pro­duc­to­res indi­vi­dua­les, coo­pe­ra­ti­vas y empre­sas esta­ta­les reci­ban for­ma­ción téc­ni­ca, adquie­ran semi­llas selec­cio­na­das, ani­ma­les de raza, etc.

 

c) Nacionalización de las finanzas y el comercio exterior

Se abo­li­rán todos los impues­tos que gra­van al con­su­mo y se esta­ble­ce­rá un impues­to pro­gre­si­vo único sobre los ingre­sos y los bie­nes inmue­bles. Los peque­ños y media­nos indus­tria­les y comer­cian­tes, los pro­fe­sio­na­les, arte­sa­nos, etc., paga­rán el impues­to único a par­tir de un míni­mo no impo­ni­ble que per­mi­ta el desa­rro­llo de su acti­vi­dad y un buen nivel de vida de sus fami­lias. Con el mismo cri­te­rio, en el campo paga­rán el impues­to todos los que explo­tan tie­rras en forma indi­vi­dual o colec­ti­va.
Las recau­da­cio­nes del gobier­no nacio­nal com­pues­tas por el pro­duc­to del impues­to pro­gre­si­vo único, los dere­chos de impor­ta­ción y expor­ta­ción y los bene­fi­cios de las empre­sas esta­ta­les, serán com­par­ti­dos con las pro­vin­cias y los muni­ci­pios, res­pe­tan­do los prin­ci­pios del régi­men fede­ral y según las prio­ri­da­des del plan de desa­rro­llo nacio­nal. Estos fon­dos, ade­más del fomen­to de la eco­no­mía, ase­gu­ra­rán el fun­cio­na­mien­to del Estado y sus fuer­zas arma­das, la cul­tu­ra, la edu­ca­ción, la salud públi­ca, etc.

 

d) Reforma impositiva

Se abo­li­rán todos los impues­tos que gra­van al con­su­mo y se esta­ble­ce­rá un impues­to pro­gre­si­vo único sobre los ingre­sos y los bie­nes inmue­bles. Los peque­ños y media­nos indus­tria­les y comer­cian­tes, los pro­fe­sio­na­les, arte­sa­nos, etc., paga­rán el impues­to único a par­tir de un míni­mo no impo­ni­ble que per­mi­ta el desa­rro­llo de su acti­vi­dad y un buen nivel de vida de sus fami­lias. Con el mismo cri­te­rio, en el campo paga­rán el impues­to todos los que explo­tan tie­rras en forma indi­vi­dual o colec­ti­va.
Las recau­da­cio­nes del gobier­no nacio­nal com­pues­tas por el pro­duc­to del impues­to pro­gre­si­vo único, los dere­chos de impor­ta­ción y expor­ta­ción y los bene­fi­cios de las empre­sas esta­ta­les, serán com­par­ti­dos con las pro­vin­cias y los muni­ci­pios, res­pe­tan­do los prin­ci­pios del régi­men fede­ral y según las prio­ri­da­des del plan de desa­rro­llo nacio­nal. Estos fon­dos, ade­más del fomen­to de la eco­no­mía, ase­gu­ra­rán el fun­cio­na­mien­to del Estado y sus fuer­zas arma­das, la cul­tu­ra, la edu­ca­ción, la salud públi­ca, etc.

 

e) Energía, transporte y comunicaciones

Se garan­ti­za­rá el con­trol por el Estado de la ener­gía, trans­por­te y comu­ni­ca­cio­nes, sobre la base de for­ta­le­cer y reac­ti­var las empre­sas esta­ta­les como AyEE, YPF, YCF, EFA, ELMA, ENTEL, etc.
Se esta­ble­ce­rá un plan ener­gé­ti­co nacio­nal que esti­mu­le el desa­rro­llo de las eco­no­mías regio­na­les, ase­gu­ran­do el correc­to uso de la red inter­co­nec­ta­da nacio­nal arti­cu­la­da con las usi­nas hidro­e­léc­tri­cas de peque­ña y media­na poten­cia, aten­dien­do al uso múl­ti­ple del agua y a las nece­si­da­des de desa­rro­llo de cada zona. Se pro­mo­ve­rá el uso de fuen­tes no con­ven­cio­na­les de ener­gía. Se impul­sa­rá una polí­ti­ca nucle­ar inde­pen­dien­te en sus aspec­tos ener­gé­ti­cos de uso indus­trial, bio­ló­gi­co, medi­ci­nal, etc.
Se empren­de­rá un plan nacio­nal de rees­truc­tu­ra­ción, reac­ti­va­ción, mejo­ra­mien­to y expan­sión de las vías férre­as, cami­ne­ras, flu­via­les y aére­as, en forma coor­di­na­da y en fun­ción del desa­rro­llo armó­ni­co inter­re­gio­nal y del inter­cam­bio con los paí­ses veci­nos. Reestructuración, reno­va­ción y amplia­ción del par­que ferro­via­rio y de las flo­tas marí­ti­ma, flu­vial y aérea, en base a la recu­pe­ra­ción por el Estado y reac­ti­va­ción de los talle­res ferro­via­rios, nava­les y de la indus­tria aero­náu­ti­ca.
Monopolio esta­tal que garan­ti­ce una polí­ti­ca nacio­nal de comu­ni­ca­cio­nes que con­tem­ple el mejo­ra­mien­to y expan­sión del ser­vi­cio de correos y telé­gra­fos y de tele­fo­nía, que ase­gu­re la inde­pen­den­cia nacio­nal en este terre­no en base al desa­rro­llo nacio­nal de la indus­tria y tec­no­lo­gía res­pec­ti­va.