La movilización de los días 5 y 6 de noviembre contra el “Castor”, un tren que transporta deshechos radiactivos desde Francia hasta Dannenberg y de allí a Gorleben en Alemania llegó a reunir 50 mil personas el sábado 6, principalmente jóvenes pero también adultos y familias. Fue la manifestación más grande en la historia de la resistencia a la política de energía nuclear en Alemania en 30 años.
La movilización de los días 5 y 6 de noviembre contra el “Castor”, un tren que transporta deshechos radiactivos desde Francia hasta Dannenberg y de allí a Gorleben en Alemania llegó a reunir 50 mil personas el sábado 6, principalmente jóvenes pero también adultos y familias. Fue la manifestación más grande en la historia de la resistencia a la política de energía nuclear en Alemania en 30 años.
La convocatoria provino de una gran multisectorial de asociaciones de vecinos, grupos políticos de izquierda y antifascistas, sectores de la iglesia y otros. Con relativa presencia de la socialdemocracia e incluso de los Verdes, constituye un movimiento básicamente independiente y muy crítico hacia el gobierno conservador de Angela Merkel.
Al paso del tren, grupos de entre 500 y 1.000 personas interrumpían su marcha con piquetes en las vías. Mientras la policía desalojaba brutalmente con gas pimienta a la gente en los primeros cortes de vías en Dannenberg, campesinos cortaban con tractores y rebaños de ovejas la ruta de 2 kilómetros que lleva de Dannenberg al depósito final de Gorleben. La proliferación de cortes de ruta sacó de quicio a los 16 mil efectivos policiales desplegados para reprimirlos.
La amplitud de la movilización contra el “Castor” también sacó a luz la presencia en Alemania de grupos antimotines especializados de la policía francesa, los CRS, que desde hace un tiempo llevan a cabo acciones coordinadas con la policía alemana en casos de “seguridad interna” y de inmigración, y que probablemente se multipliquen en toda la Europa comunitaria en la medida en que las burguesías monopolistas profundicen los ajustes antipopulares como consecuencia de la crisis económica.