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20 de December de 2010

20 de enero de 1978. Publicado en Nueva Hora Nº 269, 20 de enero de 1978. Se reeditó en otros artículos como folleto.

Acerca del enemigo principal

Documentos del PCR / Tomo 4

Determinar con exactitud el enemigo principal de la revolución argentina en el momento actual; establecer el blanco al que se debe dirigir el fuego concentrado del combate obrero y popular sigue siendo, desde el punto de vista teórico-político, el problema principal a esclarecer por el movimiento obrero argentino.
Ese problema surge de la realidad. Y el debate consiguiente no es un debate trivial. Es un debate sustancial.

Determinar con exactitud el enemigo principal de la revolución argentina en el momento actual; establecer el blanco al que se debe dirigir el fuego concentrado del combate obrero y popular sigue siendo, desde el punto de vista teórico-político, el problema principal a esclarecer por el movimiento obrero argentino.
Ese problema surge de la realidad. Y el debate consiguiente no es un debate trivial. Es un debate sustancial.
Acostumbrados a ver al imperialismo yanqui como el principal sostén de las dictaduras de turno muchos no salen de su asombro por las críticas yanquis a la dictadura de Videla.
Entre los hechos más resonantes a ese respecto se puede mencionar la entrega por el embajador yanqui de una lista de 7.500 desaparecidos. La protesta oficial del Departamento de Estado por el secuestro de familiares de secuestrados y detenidos por los organismos represivos. La negativa a la venta de armas a la dictadura argentina. La oposición norteamericana al otorgamiento de un crédito por el BID.
Aún más duras son las críticas a la dictadura argentina de la mayoría de los países imperialistas de Europa Occidental.
Simultáneamente Moscú derrocha almíbar y pétalos de rosa en alabanzas a la camarilla videlista. La delegación soviética en las Naciones Unidas bloqueó dos intentos de condena a la política represiva de la dictadura argentina en abril y agosto de 1977. En tanto trascendía la entrega por los yanquis a Videla de una lista de 7.500 desaparecidos, la agencia TASS difundía mundialmente declaraciones del embajador Bravo en Moscú (hombre de paja del socialimperialismo en la Argentina) negando esos secuestros y la existencia de una política fascista en la Argentina. El P“C” revisionista, marioneta de Moscú, apoya fervientemente a la dictadura videlista, y defiende a Videla con un amor sólo comparable al que tiene por Brezhnev. Por su lado Videla no ha dicho una sola palabra de condena por la piratería rusa de nuestras riquezas pesqueras, como si la detención de los pesqueros rusos fuesen obra exclusiva de sectores “ultra” de la Marina, tal cual afirman Moscú y el P“C”.
Estos fenómenos políticos expresan cambios esenciales en la situación política internacional y nacional. Ha sido mérito fundamental del PCR el haber clarificado sobre esos cambios.

El blanco actual de la revolución argentina
En el editorial de Nueva Hora Nº 256 abordamos el tema del enemigo principal que debe atacar centralmente hoy la revolución argentina. Señalamos allí que la dictadura videlista es la expresión política actual de los terratenientes, el imperialismo y el gran capital intermediario que constituyen los enemigos estratégicos de la revolución argentina en la actual etapa. Y que la dictadura videlista está hegemonizada por los sectores lanussistas prosoviéticos.
El Comité Central de nuestro Partido, en su reunión del 12 y 13 de septiembre planteó que nuestra línea antidictatorial, tratando de utilizar todas las contradicciones para aislar a la dictadura, golpea fundamentalmente “como enemigo principal del momento al núcleo de la misma representado por el sector videlista, que expresa la hegemonía lograda en el Estado argentino por el sector de testaferros, y terratenientes y grandes burgueses, asociados al socialimperialismo soviético, que fueron los más activos golpistas antes del 24 de marzo y fueron los que hegemonizaron el movimiento del 24 de marzo de 1976” (ver Informe del CC del 12-13 de Septiembre de 1977).
Al golpear como enemigo principal del momento a la dictadura, y en especial al núcleo videlista que la hegemoniza, nuestra lucha hoy, objetivamente, es fundamentalmente antirrusa.
¿Esta táctica se corresponde con los objetivos estratégicos de la revolución argentina o es una desviación oportunista respecto de esos objetivos? ¿Esa táctica parte de la realidad o es un producto de la fantasía política de nuestro Partido?
Hemos contestado a esos interrogantes en otras oportunidades pero dada la importancia del debate sobre estos problemas volveremos una vez más sobre ellos.
La línea del Partido tiene como guía principal la definición de la contradicción fundamental que hizo en su Programa nuestro Tercer Congreso. Esa contradicción determina el carácter de la revolución argentina. Ella “opone al imperialismo, la oligarquía terrateniente y el gran capital a ellos asociado, por un lado, y por el otro, a la clase obrera, los campesinos pobres y medios, la pequeña burguesía urbana, la mayoría de los estudiantes e intelectuales y los sectores patrióticos y democráticos de la burguesía urbana y rural.”
En relación con esa contradicción fundamental, y con el enemigo estratégico que allí definimos, determinamos en cada momento táctico el blanco principal de nuestro ataque.
El concepto de blanco es un concepto político que caracteriza en un momento determinado a la fuerza más importante que se opone a la revolución. Su determinación exige un análisis global, internacional y nacional. Por eso, en el seno de las clases dominantes no caracterizamos como enemigo principal al imperialismo que tiene más capital o explota más obreros, o incluso es más influyente. Incluso el que un imperialismo tenga bases militares en un país no significa necesariamente que eso lo califique como enemigo principal en cualquier momento. Allí está, como ejemplo de esto último, Cuba, sometida ferozmente al yugo soviético, que aún conserva en su territorio la base yanqui de Guantánamo. O un país como Turquía que conserva bases militares yanquis en donde existe una cada vez más importante penetración rusa apoyada por fuertes contingentes militares en el Cáucaso y la flota rusa del Mar Negro y el Mediterráneo.
Un ejemplo de la necesidad de realizar un análisis global para determinar el blanco principal en un determinado momento histórico lo da el caso de Vietnam durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando Japón invadió Vietnam ésta era una colonia francesa. Los fascistas franceses y los fascistas japoneses actuaron de acuerdo contra los patriotas vietnamitas, y estos lucharon contra ambos. Pero cuando los fascistas japoneses pasaron a la confrontación con los fascistas franceses, los comunistas vietnamitas, a partir de su histórica directiva “los japoneses y franceses pelean, ¿qué haremos?” dirigieron el golpe principal contra los imperialistas japoneses.
En nuestra historia nacional tenemos muchos ejemplos útiles sobre esto. En 1806, cuando las invasiones inglesas, los patriotas llamaron incluso a los colonialistas españoles a alzarse contra ellas pese a estar ya relativamente maduros los proyectos independentistas que culminaron en la Revolución de Mayo.
Otro ejemplo de determinación del blanco principal en diferentes momentos históricos lo dio el Parido Comunista de China. Hasta 1927 la Revolución China tuvo como blanco principal al imperialismo y los caudillos militares del Norte. Luego de 1927 el imperialismo y la fracción reaccionaria del Koumintang que colaboraba con él. Posteriormente ese blanco fue el imperialismo japonés y los colaboracionistas con éste y, luego de la expulsión de los japoneses, el blanco central fueron el imperialismo yanqui y la camarilla de Chiang Kaishek. Todo esto lo hizo guiado por el pensamiento Mao Tsetung quien planteó que: “desde el punto de vista estratégico, debíamos desdeñar a todos los enemigos, pero desde el punto de vista táctico debíamos tener muy en cuenta a todos los enemigos”; y según el cual así como en la guerra “hay que librar sólo las batallas una a una”, “el enemigo sólo puede ser aniquilado por partes”.

Los cambios en la situación internacional
La definición de la dirección del golpe principal de la lucha liberadora de nuestro pueblo requiere precisar con exactitud la situación internacional, la relación entre las fuerzas de la revolución y las de la contrarrevolución, la perspectiva de guerra o de paz, la principal rivalidad imperialista a escala mundial y cuál es el imperialismo más agresivo en un momento determinado. Todo esto nos lo enseña el leninismo. El análisis de Lenin, luego de la Revolución Rusa, sobre todos estos problemas sigue teniendo vigencia actualmente.
La evolución de la situación internacional ha corroborado la justeza de la teoría formulada por el camarada Mao Tsetung sobre la distinción entre los tres mundos. Esta teoría proporciona a los pueblos un arma poderosa para determinar, en la actual situación internacional, quiénes son los enemigos principales y las fuerzas revolucionarias principales, cuáles son las fuerzas intermedias susceptibles de ser ganadas y unidas para aislar al máximo y golpear duramente al principal enemigo común.
Actualmente se comprueba el incesante fortalecimiento de la unidad y cooperación del Tercer Mundo, el incremento de la tendencia del Segundo Mundo a la unidad contra el hegemonismo de las dos superpotencias, y el amplio desarrollo de un frente único internacional -con el Tercer Mundo como fuerza principal- contra el hegemonismo de las dos superpotencias. Se comprueba que las superpotencias (la URSS y los EE.UU.) son el principal enemigo a escala mundial, que ambas disputan entre sí por el dominio del mundo, que esta rivalidad es la principal causa del agravamiento de los factores para una nueva guerra mundial, y que en esa disputa el socialimperialismo soviético es el más agresivo y el principal factor de guerra.
Los testaferros rusos y sus socios nativos están estrechamente asociados a un núcleo de los más grandes terratenientes del país (Braum-Menéndez y Menéndez Behety; Blaquier; Nougués; Reynal; una rama de los Anchorena; Santamarina; Martínez de Hoz (-dilecto anfitrión de las delegaciones comerciales soviéticas-; Drysdale; Pereira; etc.) y a los más grandes consignatarios de hacienda. Este bloque, apoyándose en la lucha nacional de los ganaderos argentinos y en la debilidad momentánea de los yanquis quebró el dominio de éstos en la industria de la carne y trabajó hasta lograr, con Videla, su propio control sobre la misma.
Muchos de esos ex orgullosos aristócratas argentinos son actualmente felpudos de la trenza prorrusa. Véase casos “célebres” como los de Solano Lima, Rawson Paz, varios Guevara Lynch, Martínez Segovia (primo y prestanombres de Martínez de Hoz y del viejo socio de éste, Graiver) y tantos otros.
Aprovechando los acuerdos de complementación de la ALALC los testaferros del socialimperialismo utilizan sus posiciones en la Argentina para entrar con grandes facilidades en otros países latinoamericanos. Así ha hecho Wobron. FATE exporta calculadoras a 11 países latinoamericanos y procura, en acuerdos con distribuidores, armar partes de los mismos productos en el país receptor. Yelmo crea sucursales o empresas como YELMO URUGUAYA que, con partes argentinas, producen para el mercado de esos países, o como INLASA en Ecuador, que arma allí y reexporta al Pacto Andino.
Así como en la situación internacional se han producido gigantescos cambios desde 1945 hasta hoy lo mismo sucede en América Latina.
En América Latina crece el movimiento de liberación nacional. Están lejos los tiempos en los que se pudo considerar a nuestros países como el “patio trasero” del imperialismo yanqui.
Tratando de montarse en la lucha antiyanqui, el socialimperialismo soviético ha penetrado profundamente. Domina en Cuba y disputa el control del Caribe, considerado hasta no hace mucho como “un mar interno” de los yanquis. Afianza paso a paso su influencia en toda América del Sur. Se ha transformado en el principal abastecedor de armas de Perú y estimula conflictos en la región para extender su influencia militar. Aprovechando los servicios de Cuba, sus agentes han logrado infiltrar y utilizar para sus planes a las principales organizaciones terroristas de estos países.
El socialimperialismo soviético ha penetrado profundamente en nuestro país. Ante la perspectiva cierta de una nueva guerra mundial el control de la comunicación natural interoceánica en el Atlántico Sur ha pasado a ser un objetivo estratégico fundamental. Desde otro punto de vista le interesan nuestras riquezas naturales y nuestro potencial económico como productor de cereales y carnes, nuestra riqueza pesquera, el control de la Cuenca del Paraná y la subsiguiente posibilidad de controlar el centro estratégico de América del Sur, etc.

Los cambios en la situación nacional

No vamos a insistir en los hechos reiteradamente señalados por nuestro Partido que demuestra la existencia de un grupo de testaferros del socialimperialismo soviético (Gelbard – Broner – Graiver – Korn – Werthein – Novakovski – Murekian – Sivak, etc.) y su estrecha asociación con Bunge y Born; Garavaglio y Zorroaquín; Lanusse; grupo Tornquist; Celulosa; Capozzolo y Trozzo; Bullrich; Braum – Menéndez; Reynal; etc. (asociación tan estrecha que en ocasiones, caso Garavaglio y Zorroaquín o Hirsch de Bunge y Born, pareciera tratarse del mismo grupo que Gelbard y Cia.). El grupo monopolista de testaferros rusos y sus socios nativos ha actuado como un bloque en la política argentina durante los últimos veinte años. A veces algunos de sus personeros han dividido tareas y aparecido como relativamente enfrentados, como ha sucedido con Frigerio y el difunto Gelbard, dos viejos hombres de paja del P“C” transformados luego en hombres de paja del socialimperialismo soviético en la Argentina. Pero a la hora de la verdad han estado siempre juntos como correspondía a su carácter de vasallos del mismo señor.
En la situación argentina en la cuestión de cuál es el imperialismo dominante se han producido profundos cambios en los últimos años, en consonancia con los cambios producidos a escala mundial. Estos cambios son ocultados por los escribas del socialimperialismo. Lo que es lógico. Pero también son negados por algunos “marxistas-leninistas” cuya piel es insensible a toda variación del medio ambiente.
El peso económico de los yanquis en la economía argentina sigue siendo grande. Según declaró Mr. Hill (ex embajador de ese país) en la Cámara de Comercio Argentino-Americana, las inversiones privadas yanquis son de 1.400 millones de dólares. Esto les permite detentar posiciones importantes en la economía nacional. Pero es insuficiente para permitirles controlar la mayoría de las palancas claves de la misma. Al mismo tiempo los EE.UU. son el principal acreedor del país. Los préstamos de sus bancos, según declaró allí Hill, alcanzan a 3.000 millones de dólares. También, aunque debilitados últimamente, aún se conservan vínculos orgánicos con las Fuerzas Armadas derivados de diversos tratados.
Simultáneamente crece la influencia de la URSS en nuestro país. La URSS ha sido el principal cliente de la Argentina en 1975-76. La ejecución de los convenios acordados por Gelbard y ratificados por la dictadura videlista colocará a la Argentina entre los principales compradores de maquinaria de la URSS. La URSS es el principal proveedor de equipos energéticos para Salto Grande, participa de los diseños y prospección para el Paraná Medio y en la provisión de equipos energéticos para Luján de Cuyo; San Nicolás y Segba. Provee de maquinaria a Río Turbio y el general Videla acaba de autorizar a YCF a adquirir directamente en la URSS locomotoras, ventiladores, etc., para minas.
El grupo de testaferros soviéticos y sus socios nativos constituyen el primer grupo en las finanzas, hecho esencial, como ha planteado Echagüe en su estudio El otro imperialismo en nuestra patria, ya que en la etapa monopolista del capitalismo el capital financiero domina sobre todas las demás formas de capital. Este grupo financiero ha sido el principal beneficiado por la política económica de la dictadura desde 1976 hasta ahora, y el escándalo denunciado recientemente sobre préstamos del Banco Nación a un grupo de bancos y financieras ha servido para hacer público esta verdad. Es clave subrayar esto: no podrá evitarse la inflación, ni pararse la carestía de la vida, ni tener una política de inversiones al servicio de los intereses nacionales, sin poner la mano sobre los bancos y financieras que controla ese grupo (solamente el banco que el grupo creará con el ex Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, para dar un ejemplo, será con seguridad el tercer banco del país luego del Nación y el de la Provincia de Buenos Aires, y tendrá muchas más sucursales y posibilidades de drenaje de fondos de la pequeña y mediana industria y comercio que el Banco de la Nación).
El mencionado grupo ha pasado a controlar la palanca clave de la producción argentina al apropiarse por chirolas del Frigorífico Swift. Al apoderarse del Swift, sumado al control que ejercen con Capozzolo, Hirsch, grupo FASA, Lanusse, grupo Meatex, y otros, sobre la industria privada de carne han pasado a ser el principal grupo exportador privado de carnes. Este verdadero golpe de furca les permite controlar la punta del embudo de la producción ganadera, y va unido a los cambios habidos en el mercado comprador, al caer el papel del Mercado Común Europeo como comprador de nuestras carnes, y crecer el papel de la URSS (que a veces ha comprado para revender), a quién no le interesa ni el enfriado, ni la producción de carne de primera calidad, ni el desarrollo de una poderosa industria de la alimentación ligada al frigorífico. Esto está en el trasfondo de la política ganadera de la dictadura, de su verborragia sobre la utilización de “zonas marginales” y de su estímulo al desarrollo de una producción ganadera apta fundamentalmente para conserva.
El grupo controla el primer lugar en la industria de la alimentación. Principal grupo industrializador y comercializador de leche y derivados. Principal grupo comercializador de cereales, algodón, azúcar, tomates y muy fuerte en todas las otras ramas de comercialización de la producción agrícola. En imposible mejorar la situación de las masas campesinas y abaratar la producción destinada al consumo y como materia prima de la industria sin golpear a este grupo. Junto a los terratenientes es el principal enemigo del campesinado.
El grupo de testaferros del socialimperialismo y sus socios nativos es el principal grupo privado en siderurgia en donde tienen el control de los aceros especiales, y en metalurgia (Acindar, Gurmendi, Acerías Bragado, Santa Rosa, Tamet, y ahora Cantábrica). Desde sus puestos de mando en el poder del Estado han bloqueado todos los planes de desarrollo independiente y en gran escala de la siderurgia argentina. Su peso aquí es tan fuerte que el complot golpista contra el gobierno peronista pudo ser designado, en su momento, el “complot de la trenza del acero” en ocasión de hacerse públicas las reuniones que celebraron en Buenos Aires, Uruguay y Brasil, los militares y civiles lanussistas que preparaban el golpe contra Isabel.
Tienen el monopolio de la producción de aluminio, control que esto significa especialmente en relación con la industria aeronáutica.
Tienen el principal grupo monopolista productor de papel y celulosa.
Controlan lo fundamental de los medios de difusión de masas. Desde hace años son los zares de la televisión, la radio y el periodismo en la Argentina. Son los principales dueños de teatros y cines, y controlan desde hace mucho las principales productoras de films. Ellos son los zares que controlan los festivales de folklore, e ironía de la economía capitalista, los festivales de… rock. Son los “dueños de la noche” de Buenos Aires y Mar del Plata, y los constructores de los “Center” en Bariloche, Mar del Plata, etc.
Será imposible que se sostenga un gobierno nacional sin expropiar esos medios de difusión obtenidos por la trenza gelbardiana-frigorista por chauchas y palitos a partir de su dominio del aparato estatal durante los últimos años. Los Neustadt, Timerman, Grondona, y tantos “hombres públicos” semejantes (verdaderas mujeres públicas entregadas al gobierno de turno) no son más que un subproducto de ese monopolio.
Será imposible rescatar las tradiciones culturales progresistas de nuestra Patria, asimilar la cultura progresista mundial, y desarrollar una cultura nacional democrática, sin golpear el monopolio de la trenza prorrusa, principal enemigo, también, en este terreno.
El grupo de testaferros rusos y sus socios nativos es además: el primer grupo en azucareras, en la industria del plástico, en la producción de abonos químicos, en la industria del cuero, en la madera, en la construcción, en la industria de autopiezas; el segundo grupo en textil, en química y petroquímica, en electrónica (donde está muy asociado a Philips que ocupa el primer lugar); el tercer grupo en petroleras (beneficiado con jugosas concesiones por la dictadura videlista). Nos remitimos para ver el detalle de todo esto al mencionado trabajo de Echagüe.
Es gran propietario de tierras y ganados. Los ejemplares de sus cabañas ganan todos los años premios importantes en la exposición de la Sociedad Rural y hace ya más de diez años era motivo de “orgullo” entre los dirigentes del grupo de recursos del P“C” (asociado a la trenza) el que hombres de la misma dirigiesen asociaciones de criadores de Aberdeen Angus.
El grupo prorruso ha manifestado un extraordinario apetito de poder. Esto está vinculado a los intereses de la superpotencia que se mueve tras el mismo y a sus objetivos geopolíticos. Pero también está vinculado al hecho de que el 46% de lo facturado por 150 empresas líderes de nuestro país lo fue por empresas estatales. El control del Estado permitió y permite al mencionado grupo monopolista extraordinarias ganancias.
Ellos han hegemonizado el gobierno dictatorial de Videla. Y si el Estado es, en las condiciones de la Argentina, el “Comité de gestión de los monopolios y grandes terratenientes” hay que decir que los monopolios y terratenientes no pueden quejarse de la gestión de los prorrusos (salvo, claro está, en grupos como el proyanqui, las quejas que le provoca el no tener ellos el control de la manija). Que esto es así lo prueba que las acciones que cotizan en la Bolsa de Valores de Buenos Aires obtuvieron entre marzo de 1976 y marzo de 1977 un beneficio promedio del 840%.
Los amigos del socialimperialismo soviético tienen una fuerza decisoria en las Fuerzas Armadas del país y han mantenido un control creciente sobre el Ejército, desde 1968 cuando el Tte. General Lanusse asumió el Comando en Jefe de Ejército.
Argentina es un país en disputa entre yanquis y soviéticos. Pero en esta disputa, hasta hoy, van ganando los amigos del socialimperialismo.
La ubicación geográfica de la Argentina; la situación regional luego del golpe de Estado que derribó al gobierno de la Unidad Popular de Chile; el hecho de ser Argentina un fuerte deudor de los EE.UU., han hecho que la hegemonía prosoviética no haya impedido que la dictadura se pliegue a las exigencias del Fondo Monetario Internacional (tal como Moscú aconsejó que hiciera a Salvador Allende).
Así como Victorio Codovilla en 1945 no vio que el imperialismo yanqui se había transformado en el imperialismo más agresivo y en el gendarme mundial de los pueblos, hoy hay quienes no ven que la URSS se ha transformado en el imperialismo más agresivo y, como muestra el Medio Oriente, Angola, Cuba o Etiopía, es el nuevo gendarme mundial. Así como Codovilla consideró aliados a los yanquis, hoy hay luchadores antiimperialistas que consideran aliada a la URSS en la Argentina, sin ver cómo y en qué medida han penetrado en el país.
Si como nosotros afirmamos, efectivamente tras Videla-Viola está el socialimperialismo soviético no tiene mayor importancia que algunas fuerzas califiquen a la URSS de socialimperialista; y que alerten contra el peligro que “entre el tigre por la puerta de atrás mientras se echa al lobo por la de adelante”, en tanto dirigen el golpe principal de su lucha contra el imperialismo yanqui. Objetivamente se colocan así junto a la quintacolumna rusa.
De aquí surgen también dos concepciones del sectarismo. Para las fuerzas pequeño burguesas que son tributarias políticas de las fuerzas prorrusas el PCR es el máximo ejemplo de sectarismo. Es cierto que éste es un vicio que no hemos desarraigado de nuestras filas. Pero también es cierto que el sectarismo al que se refieren es el que nos mantiene alejados del panal que la burguesía prorrusa construyó para el enjambre de las fuerzas de “izquierda”.
Al mismo tiempo, los que golpean como enemigo principal a los yanquis sin ver que éstos han sido relegados de los puestos centrales de comando, son extraordinariamente sectarios para con los sectores que, por distintas causas y en distinto grado combatieron y combaten a la trenza lanussista-videlista como sucedió con Perón, Isabel, sectores nacionalistas, el balbinismo, etc.