El viernes pasado, alrededor de tres mil personas se movilizaron desde el Obelisco hasta Casa Rosada en reclamo de la libertad del coronel Moharned Seineldín, preso desde hace 11 años y 8 meses.
El viernes pasado, alrededor de tres mil personas se movilizaron desde el Obelisco hasta Casa Rosada en reclamo de la libertad del coronel Moharned Seineldín, preso desde hace 11 años y 8 meses.
Seineldín fue encarcelado mediante un juicio-farsa, luego del levantamiento militar que encabezara, oponiéndose a lo que llamó “la traición de Menem”, de entregar la jefatura militar a la corriente lanussista (es decir, la corriente que tuvo como figuras a los generales Lanusse, Videla, Viola, Ríos Hereñú y Balza), corriente de viejas y estrechas relaciones con el imperialismo ruso.
Esa decisión de Menem de aplastar a la corriente nacionalista y entregar la dirección militar a una cúpula liberal proimperialista, junto a la división de la CGT y la liquidación del FREJUPO (el frente político que ganó las elecciones del `89), formaron parte del plan para imponer la política de hambreamiento a pueblo y entrega de la Nación. La larga cárcel de Seineldín, como rehén militar del régimen, ha sido el hecho con el que el núcleo fundamental de las clases dominantes grafica la derrota de la corriente malvinera y su casi solitaria condena (en el terreno militar) al envío de tropas a la Guerra del Golfo con el que el menemismo selló su abrazo con los yanquis.
Luego de más de diez años de persecuciones (que incluyeron fusilamientos y torturas, cárcel y bajas), la movilización del viernes pasado marcó la reaparición de la corriente nacionalista en la arena política nacional. Un hecho que tiene mucha importancia para el futuro de la Argentina; particularmente por cuanto que se da después de que sectores militares muy extendidos, en un debate horizontal, rechazaron las tesis represivas del gobierno de De la Rúa de colocar como “enemigo interno” a la lucha popular, para volcar a las Fuerzas Armadas a la represión.
También tiene significado el carácter amplio de la convocatoria y lo afirmado por Seineldín de recuperar se libertad para “sumarse a la resistencia” contra el sistema.
