Noticias

24 de January de 2011

Reproducido en Nueva Hora Nº 328, 16 de junio de 1980.

La visita de Videla a China 16 de julio de 1980

Documentos aprobados / Tomo 4-2

La realización de una visita presidencial a China se inscribe en un proceso de varios años de fortalecimiento constante de las relaciones entre nuestros dos países. El mejoramiento y el desarrollo de estas relaciones responden a los intereses fundamentales de nuestros dos países, como países que integran el Tercer Mundo.

La realización de una visita presidencial a China se inscribe en un proceso de varios años de fortalecimiento constante de las relaciones entre nuestros dos países. El mejoramiento y el desarrollo de estas relaciones responden a los intereses fundamentales de nuestros dos países, como países que integran el Tercer Mundo.
La República Popular China es un país socialista y, al mismo tiempo, es un país del Tercer Mundo, que juega un rol destacado y creciente junto a los países de Asia, África y América Latina en la política mundial.
Beneficia a los intereses obreros y populares de la Argentina el fortalecimiento de sus relaciones con el país que ha mantenido en alto las banderas del comunismo cuando éstas han sido abandonadas por el revisionismo socialimperialista soviético. Y beneficia a los intereses nacionales, en su conjunto, el fortalecimiento de las relaciones con el país que se ha constituido en la gran base de apoyo de los pueblos y países del Tercer Mundo en la lucha contra el imperialismo y el colonialismo y, en especial, en la lucha contra el imperialismo más feroz y agresivo de nuestro tiempo: el socialimperialismo soviético. Han sido la clase obrera, el pueblo, y sus organizaciones revolucionarias y democráticas quienes, por distintos medios, durante muchos años, lucharon por el establecimiento y el fortalecimiento de esas relaciones.
La dictadura videlista sigue una política dual con la República Popular China. Debido a la existencia de un fuerte sentimiento popular amistoso con la República Popular China, y a la presión –intensa– de importantes sectores agrarios, industriales y comerciales que pugnan por el desarrollo de las relaciones económicas con ese país, finge amistad con China. Pero retacea, menoscaba, demora y limita, el establecimiento de lazos económicos, culturales y políticos más fuertes con ella. Al igual que hace con su participación en el Movimiento de Países No Alineados, mientras desamarra económica, política y militarmente, a la Argentina, de sus lazos con los EE.UU. y Europa Occidental, y va amarrando al país, económica, política, y militarmente a la URSS, trata de utilizar su visita a la República Popular China para fingir, hipócritamente, una independencia que no desea y a la que desmienten los hechos concretos de su política interna y externa.
Esto ha quedado evidenciado en la reciente visita de Videla a China, acompañado por una numerosa comitiva turística de funcionarios con sus esposas.
Videla definió públicamente la visita como “política”, atribuyéndole, así, aparentemente, una elevada finalidad. Pero los hechos posteriores demostraron que su resultado práctico se redujo a refrendar acuerdos económicos y de intercambio cultural, científicos y técnicos, importantes pero limitados en relación con lo que era posible acordar. Al mismo tiempo, Videla, se negó a firmar un comunicado conjunto como es tradicionalmente común en estas ocasiones, por temor a que el mismo, de alguna manera, ofendiese a la URSS. Y los violentos, precisos y reiterados ataques, justos, de los dirigentes del gobierno chino a la política agresiva y expansionista del socialimperialismo soviético, resbalaron sobre la paquidérmica piel de tirano lacayo de los rusos en el Cono Sur de América Latina sin que éste se diese por aludido, ni hiciese la más pequeña referencia de condena a los invasores de Afganistán. Incluso, el tirano fascista responsable principal de la mayor masacre de la historia argentina, haciéndose el gracioso, estimó “poco elegante señalar a alguien con el dedo”.
Para la clase obrera y el pueblo argentino, que bajo esta dictadura ha experimentado la más brutal expoliación en lo que va del siglo, que ha visto retroceder integralmente la economía nacional con una fuerte reducción de la producción, y con la destrucción de gran parte de la industria nacional y las economías regionales; para la clase obrera y el pueblo argentino que ha estado y aún está corriendo el peligro de ser llevado como carne de cañón por la dictadura a una guerra fratricida contra el hermano pueblo de Chile, en función de los intereses estratégicos socialimperialistas de acceder al control de la comunicación interoceánica de los mares del Sur, esto es totalmente coherente con la línea política de la dictadura videlista. No nos extraña porque:
1)     La dictadura videlista tuvo desde marzo de 1976 el apoyo total de la URSS y los países sometidos a ésta para impedir que se la condenase en los organismos internacionales por sus horrendos crímenes fascistas y tuvo el apoyo del P“C” prosoviético y todos los P“C” dóciles al bastón de mando de Moscú para impedir, y romper, el movimiento internacional de solidaridad con nuestro pueblo.
2)     La dictadura videlista ha transformado a la Argentina en cantinero del ejército ruso invasor de Afganistán, al vender a la URSS casi cinco millones de toneladas de cereales de las doce que necesitaba, perdiendo para ello clientes tradicionales, y negociando ahora un acuerdo cerealero con la URSS semejante al acuerdo Roca-Runciman de la década del treinta que sometió a nuestro país al imperio británico.
3)     La dictadura videlista ha entregado a la URSS la provisión de turbinas para Salto Grande, SEGBA, usina de Bahía Blanca, y la construcción del Paraná Medio, que, de realizarse, dejarán en sus manos las llaves de la energía argentina hasta fin de siglo y harán de la URSS nuestro principal acreedor.
4)     La dictadura videlista ha entregado a los testaferros de la multinacional soviética el control de Aluar, Papel Prensa, aceros especiales, frigoríficos, petroquímicas, etc., que constituyen a ese grupo (al que pertenecen Trozzo, Greco, Oddone y otros estafadores conocidos) en el principal grupo económico del país.
5)    La dictadura ha concretado acuerdos militares secretos para la formación de oficiales, y provisión de armas, con la URSS.
6)    La dictadura videlista ha dado en la medida de sus posibilidades apoyo político a la URSS en los No Alineados y en la ONU y ha trenzado acuerdos secretos con ella en relación con una posible guerra fratricida contra Chile por la disputa del Canal de Beagle.

Videla llama a estas relaciones con la URSS “pragmáticas”, y producto de “necesidades económicas” y de una política independiente, al tiempo que califica la visita casi turística a China como una visita “política”.
La clase obrera y el pueblo deben desenmascarar la hipócrita política videlista que finge neutralidad mientras nos va atando al carro bélico del socialimperialismo ruso, y luchar porque se mantengan y desarrollen las relaciones políticas, económicas y culturales con los países auténticamente socialistas y los países del Tercer Mundo, lo que sólo se garantizará con el derrocamiento revolucionario de la dictadura y la imposición de un gobierno provisional revolucionario de frente único antidictatorial hegemonizado por la clase obrera.