1. Atropellada y freno de Moyano
El enfrentamiento de Moyano con el gobierno colocó al país al borde de una crisis política.
1. Atropellada y freno de Moyano
El enfrentamiento de Moyano con el gobierno colocó al país al borde de una crisis política.
El 9 de marzo ingresó en la Cancillería argentina el pedido de colaboración de la Justicia suiza para la investigación por el posible “origen ilícito” de la cuenta 25491 del Estandard Chartered Bank, a nombre de Ricardo Despresbiteris y su esposa, directores de Covelia SA, empresa cuyo “crecimiento espectacular estaría vinculado a la llegada al poder de Hugo Moyano”. Covelia factura $ 720 millones anuales, tiene 3.000 empleados, 800 camiones, y contratos con 12 municipios del Conurbano Bonaerense.
El pedido de informes suizo estuvo una semana en la Cancillería. No es creíble —como desinforma Verbbitsky en Página 12—, que “la burocracia” no informó al ministro Timerman. Y menos creíble aún, es que haya sido publicada por la agencia de noticias de la Corte Suprema sin que esta supiera. Luego, los canales C5N (de Hadad) y TN (Clarín), le dieron estado público.
Moyano estalló de furia: “Decile a esa [por la presidenta] que le incendio el país, y no me rompan las bolas porque le voy a seguir pidiendo la vicepresidencia” (Clarín 20/3). Lanzó un paro y movilización a la Casa Rosada, no a la embajada Suiza, y anunció la toma de los medios que difundieron la noticia. Además, renunciaron sus funcionarios en el Ministerio de Salud, amenazando salir del gobierno con un portazo.
La reunión del Consejo Directivo de la CGT mostró que Moyano no decide a su antojo. El comunicado cegetista fue de apoyo sin adherir al paro, al que sí adhirió la Confederación del Transporte: camiones, trenes, micros, puertos.
Las negociaciones entre el gobierno, a través de De Vido, y Moyano, fueron muy duras. ¿Qué amenazas y qué concesiones hizo De Vido? ¿Cuánto pesó que tirando del hilo de los negocios de Moyano se llega a la investigación de los fondos de la campaña electoral de Cristina K a la presidencia, aportados por laboratorios que vendían a las obras sociales remedios truchos?
Finalmente, Moyano, en conferencia de prensa, “suspendió” el paro. Puso como blanco a los medios que agitaron con la noticia. Blanqueó algo que nunca había dicho: “Menem y Duhalde me pusieron droga en 1989”, dando su versión sobre un “secreto” que usado como elemento de chantaje sobre el dirigente camionero. Moyano ratificó su objetivo de “llegar al poder”, lo que, por ahora, significa poner un hombre suyo en la vicepresidencia, y otro como vicegobernador de Buenos Aires, además de diputados en las listas.
Levantado el paro, la presidenta se mostró con Scioli en un acto en Independiente, llamando a “la unidad del peronismo”. Y el juez Oyarbide respondió a los suizos con un pedido de información sobre la causa de Covelia, abriendo una negociación que puede ser muy larga… o corta.
“Si esto avanzaba, no tenía retorno. ¿Cómo se vuelve de algo así?”, habría dicho el ministro de Trabajo, Tomada (La Nación, 19/3). “Hemos vivido la amenaza más significativa a la unidad de la coalición que hoy gobierna el país (…), el episodio toca el nervio más crítico para la posibilidad de continuidad de su proyecto político, el de sus propias contradicciones internas”, dijo Edgardo Mocca (Página 12, 21/3).
2. Al galope, pero no de atropellada
La imagen de Cristina Kirchner avanzando, al galope, hacia las elecciones de octubre, se fortaleció con el triunfo en Catamarca y con la victoria del radical K, Farisano, en la interna de la UCR de Rio Negro. Esa imagen favorable tiene que ver con cosas positivas: la renovación de la Corte Suprema, los juicios a los genocidas de la dictadura, la asignación por hijos, etc., más allá de las limitaciones de esos hechos. Tiene que ver, también, con el rechazo popular a la oposición de derecha, frente a la cual, para grandes sectores, el gobierno K es un mal menor.
El gobierno usa los hechos positivos y la amenaza de la oposición de derecha, para tapar las líneas maestras de su política K. La ley antiterrorista, la represión y los asesinatos, la criminalización de la protesta, que, junto al genocidio de la dictadura son banderas de este 24/3. El “desendeudamiento” con el pago al contado al FMI, el reconocimiento de los bonos basura en default, y la negociación de la deuda de la dictadura con el Club de París. Estos hechos, al igual que la creciente penetración de capitales imperialistas, sobre todo chinas en el último tiempo (compra del 50% de Pan American y la Esso, tierras y minas en varias provincias, venta de material para ferrocarriles y subtes), han agravado la dependencia.
3. La alianza K es frágil
Aunque la presidenta logró frenar el paro y la concentración frente a la Casa Rosada, el entrevero con Moyano, puso en evidencia la heterogeneidad (la bolsa de gatos) que es el frente en el que se asienta su gobierno. Que Moyano apoya al gobierno por las prebendas sindicales y los negocios (con la destrucción del ferrocarril). El kirchnerismo engordó a Moyano; y es ese Moyano gordo le exige protección y poder.
En la noche de la elección en Catamarca, muchos se sorprendieron cuando la gobernadora electa, Lucía Corpacci, salió en defensa de su primo, el ex gobernador Ramón Saadi (depuesto por promover la impunidad para los asesinos de María Soledad Morales), y recordó que ella era Corpacci Saadi. Los votos de Ramón fueron imprescindibles, y el kirchnerismo no le hizo asco a esa alianza.
El radical K que acaba de ganar la interna rionegrina es hombre del gobernador Saiz, el responsable de los asesinatos de Bariloche, estrechamente ligado a las empacadoras de frutas extranjeras y a los negocios con China. Y el kirchnerismo lo impulsa a la gobernación.
Que Cristina avance al galope, no quiere decir que “ya ganó de atropellada”. Como se vio en Chubut, donde cantaron victoria antes de tiempo. El candidato K en Chubut, Eliceche, es hombre de Aluar, el monopolio imperialista del aluminio, por ahora derrotado por Buzzi, hombre de Das Neves, es decir, de la petrolera rusa Bridas. En medio de un escrutinio muy oscuro, el kirchnerismo no pudo llevar de arrastre a un gran sector que no votó o lo hizo en blanco, posición a la que aportaron el PCR y el PTP al no poder constituirse un frente popular (ver pág. ).
Lo que desnudó la amenaza “en suspenso” de Moyano, es que la alianza en la que se basa el kirchnerismo para gobernar, está basada en negocios, sobornos, “borocotizaciones”… El resultado es una alianza extremadamente frágil, en la que una fractura importante (con Moyano, Scioli, intendentes bonaerenses, etc.) puede dejar al gobierno mal parado. Muchos decían que Moyano iba a ser un problema para cualquier gobierno no K. Ahora quedó a la vista que Moyano es un problema para el gobierno K. No desde ahora, no hay que olvidar que se habló mucho de la durísima conversación de Néstor Kirchner con Moyano, la noche de la muerte del ex presidente.
4. La campaña política
La Argentina no está indemne a un mundo sacudido por la rebelión árabe, la suba del precio del petróleo, el endeudamiento de Europa, la catástrofe en Japón y otros hechos que crean incertidumbre hacia el futuro. Los ataques a Libia de la patota imperialista liderada por Estados Unidos y Francia, suman una nueva guerra de rapiña, en la disputa por ganar posiciones para un nuevo reparto de esa estratégica región.
Ocultada por los medios, sigue avanzando la lucha salarial. Triunfaron los trabajadores del Astillero Río Santiago, conquistando salarios que responden a la canasta familiar. Huelga de los químicos y petroquímicos de Zárate por aumento de salarios, desoyendo la conciliación obligatoria. Arcor, sacudida por la lucha del año pasado, debió abrir la mano dando un plus de $ 1.000.
En medio de las luchas, la campaña política del PCR y el PTP en las masas demuestra que hay un sector que ha sido ganado, o está influenciado por el kirchnerismo. Al desplegarse la campaña y el debate, se ganan posiciones, y se avanza en los avales y las afiliaciones, también, hacia un frente de las fuerzas populares. De cómo se defina la batalla electoral del 2011, va a teñir la situación política para el futuro.
Al mismo tiempo, como mostró el entrevero de Moyano y el gobierno, la situación es frágil, y exige estar preparado para cambios bruscos. Más aún en un mundo tan inestable, que exige unir la solidaridad con los pueblos árabes a la denuncia de la agresión imperialista a Libia.