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07 de April de 2011


El bloqueo francés de 1838

Hoy 1363 / Breves de la historia argentina

El 28 de marzo de 1838 se inició el bloqueo francés contra la Confederación, anunciado por el almirante Leblanc, jefe de la escuadra invasora.

El 28 de marzo de 1838 se inició el bloqueo francés contra la Confederación, anunciado por el almirante Leblanc, jefe de la escuadra invasora.
Derrotado Napoleón en 1815, las naciones triunfadoras, encabezadas por Inglaterra, con la Santa Alianza hegemonizaron esas décadas. Ello no quiere decir que Francia hubiera desaparecido de la disputa mundial, por el contrario, se apoderó por la fuerza de Argelia, Costa de Marfil, Guinea, Camboya, Somalia, Túnez, Sudan, Congo,  Indochina, Vietnam, Siria, Líbano, etc. Y había hecho una fuerte base de operaciones en Montevideo.
Los franceses anunciaron el bloqueo  como parte de esta política de disputa y anexión, declarando la intención de “infligir a la invencible Buenos Aires, un castigo ejemplar que será una lección saludable para los estados americanos”, Carta del cónsul Roger al gobierno de París, del 4 de abril de 1838.
Contaban con el apoyo de la mayoría de los exiliados argentinos en Montevideo, y el bloqueo se proponía el sometimiento económico, mientras la acción armada quedaría a cargo del ejército que comandaría Lavalle. Con el bloqueo francés, las contradicciones cambiaron, y si bien la mayoría de los exilados tenían esperanzas en que Francia los liberaría de lo que ellos llamaban la tiranía, un grupo de exilados que habían sido jefes de la guerra de la independencia, bajo las órdenes del San Martín, regresaron del exterior y se pusieron a las órdenes de Rosas. Es el caso de los generales Soler, Lamadrid, y Espinosa, que en el exilio en Montevideo supieron ver el peligro de la invasión europea.
Hasta ese momento, San Martín y Rosas no habían tenido contacto directo, solo a través del general Guido, que era ministro de Rosas. Producido el bloqueo, San Martín escribe a Rosas el 5 de agosto de 1838, poniéndose a sus órdenes para combatir, en el puesto que le designen.
Esta carta tiene una enorme importancia política, porque explica que su deseo de no mezclarse en las guerras civiles de 1829, es totalmente distinto frente al peligro extranjero que se desató con el bloqueo.
El 10 de julio de 1839 en otra carta, indignado por la colaboración de Francia a los ejércitos de los exiliados montevideanos, escribió: “Lo que no puedo concebir, es que existan americanos que por un espíritu de partido, se unan al extranjero para humillar a su patria”. Finalmente el bloqueo y la invasión militar fracasaron, y reaparecerían en 1848 de la mano de Inglaterra y Francia en forma conjunta. Ver el Programa del PCR . pág. 40.