Hace 121 años, en 1890, se realizaban en nuestro país las primeras manifestaciones del 1º de Mayo. Los actos realizados en Capital Federal, Rosario, Chivilcoy y Bahía Blanca se realizaron en simultáneo con muchos otros, decididos todos por el Congreso de la Internacional Socialista en 1889. El objetivo principal del conjunto del movimiento obrero era la lucha por la jornada laboral de 8 horas.
Hace 121 años, en 1890, se realizaban en nuestro país las primeras manifestaciones del 1º de Mayo. Los actos realizados en Capital Federal, Rosario, Chivilcoy y Bahía Blanca se realizaron en simultáneo con muchos otros, decididos todos por el Congreso de la Internacional Socialista en 1889. El objetivo principal del conjunto del movimiento obrero era la lucha por la jornada laboral de 8 horas.
“Un día de protesta contra la opresión y la tiranía, contra la ignorancia y la guerra de todo tipo. Un día en que comenzar a disfrutar `ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas para lo que nos dé la gana’”. Así decía un llamamiento a la huelga general por tiempo indeterminado que comenzó el 1 de mayo de 1886 en varias ciudades de Estados Unidos.
Esa huelga fue brutalmente reprimida. Los manifestantes respondieron con la organización y los elementos que tenían para ese tipo de movilizaciones, desatándose una batalla con muchos muertos por ambas partes. El gobierno declaró el estado de sitio, allanando domicilios y deteniendo a centenares de trabajadores, a los que sometió a juicios fraguados. Cuatro de esos trabajadores condenados a muerte fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887: Adolfo Fischer, George Engels, Albert Parsons y Augusto Spies. Los mártires de Chicago murieron proclamando su convicción en la victoria definitiva de la clase obrera.
Una jornada internacional
En 1888, el Congreso de la Federación Americana del Trabajo decidió organizar una manifestación en todo el país para el 1º de mayo de 1890.
En 1889, a propuesta de Federico Engels, el Congreso Internacional de París adoptó esa fecha para manifestar en todos los países y ciudades a la vez. Federico Engels escribió el 1º de mayo de 1890, que “hoy el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por primera vez en un solo ejército, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada legal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París. El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!” (Prefacio a la edición de 1890 del Manifiesto del Partido Comunista, de Carlos Marx y Federico Engels).
Este Primero de Mayo
A partir de ese momento, la clase obrera argentina no dejó un solo año de manifestar en el Día Internacional de los trabajadores. Algunas veces con actos masivos, otras en la más cruda clandestinidad. En jornadas que pasaron a la historia por cruentas represiones, con Estado de Sitio o sin él, con más unidad o más divididos, el movimiento obrero argentino mantiene esta larga tradición de lucha.
Dentro de las corrientes obreras, el debate sobre si considerar a esta fecha como una jornada de lucha, una cita de honor en la que el proletariado pasa revista a sus fuerzas, como decía Federico Engels, o un “día de fiesta”, es casi tan largo como el propio Primero de Mayo.
Hoy la clase obrera llega al Primero de Mayo como protagonista de parte de las inmensas rebeliones árabes. En nuestro país, en medio de nuevas luchas por aumentos salariales, contra los topes que pretende imponer el gobierno de Cristina Kirchner, con el jefe de la CGT como principal aliado para ese objetivo.
Por eso Moyano prepara un acto con la excusa del 1º de Mayo, para hacer campaña electoral para el gobierno kirchnerista, y de paso apretarlo a ver si puede meter un vicepresidente.
Llegamos a los actos del Día de los trabajadores divididos también, por la concepción electoralista de algunos partidos.
Para las fuerzas clasistas y revolucionarias el 1° de Mayo será nuevamente un día de unidad y de lucha, levantando tribuna en todo el país para unir los reclamos de los trabajadores a los del conjunto del pueblo en pos del necesario reagrupamiento de fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas en el camino de la liberación del pueblo y de la patria.
