Las leyes que rigen la vida de los partidos políticos y las que reglamentan todas las cuestiones electorales, sancionadas en diciembre de 2009, con posterioridad a la gran derrota sufrida por el kirchnerismo en las elecciones legislativas de junio de ese año, son un conjunto de normas establecidas para que, como pretendía Kirchner, compitan solamente dos fuerzas. No es casual que para la aprobación de estas leyes hayan acordado el oficialismo y los radicales. Con ellas pretenden cerrarle el paso a todas las expresiones verdaderamente democráticas, patrióticas, antiimperialistas y populares que puedan quitarle votos “por izquierda” al kirchnerismo. Están hechas para que solo las expresiones políticas de las clases dominantes puedan participar de las elecciones de 2011 y dirimir allí que grupo gobernara la argentina durante los próximos años.
Nunca nadie se había atrevido a tanto
Una de las principales cláusulas proscriptivas de la nueva Ley llamada de “defensa de la democracia” son las “Primarias abiertas y obligatorias” que pretenden realizar el 14 de agosto, cuya reciente reglamentación agrava su carácter antidemocrático y fraudulento. La ley obliga a realizar las primarias aunque haya una sola lista de candidatos. Para participar de las mismas exige una cantidad de avales para presentar los precandidatos que deben presentarse en planillas y soporte informático provistos por la Justicia y que hoy, a 50 días del vencimiento de los plazos, aun no se encuentran disponibles. Antes los precandidatos deben presentar las listas completas (titulares y suplentes) para todos los cargos y acompañar ante la justicia la constancia de aceptación de la postulación y una declaración jurada de que reúnen los requisitos constitucionales y legales y recién entonces podrán dedicarse a reunir los avales. Después de sortear todos estos requisitos, como en una carrera de obstáculos, solo podrán participar en las elecciones generales, los partidos o alianzas que para senadores y diputados nacionales, hayan obtenido como mínimo el 1,5% de los votos válidos del distrito y para presidente y vice el 1,5% de los votos válidos del padrón nacional que son como mínimo 300 mil votos.
En la provincia de Buenos Aires
Mención aparte se lleva la “Ley Scioli”, que reglamenta las internas en la Provincia de Buenos Aires. Un verdadero compendio de barbaridades anticonstitucionales, antidemocráticas, proscriptivas y fraudulentas que supera lo establecido por la propia ley nacional. Además de todos los requisitos de la ley nacional se exigen más de 27.000 avales con fotocopia del DNI en por lo menos la mitad de los distritos que componen cada sección electoral, que deben completarse en menos de 50 días, para poder presentar los candidatos. A casi 80 años del “fraude patriótico” perpetrado por la oligarquía, hoy cobra vigencia con la “Ley Kirchner”, que será recordada como “el gran fraude nacional y popular”.
