La Cooperativa Renacer, empresa recuperada de la industria electrónica radicada en Ushuaia, Tierra del Fuego, ha firmado una “carta de intención”, para discutir en el término de 60 días un acuerdo comercial con la empresa Cielistics, para la producción de celulares. Este acuerdo, de concretarse, permitiría la incorporación de 100 personas a la Cooperativa, que se sumarían a los 100 trabajadores que vienen sosteniendo esta recuperada desde hace años, y a los 40 jóvenes, hijos de trabajadores, que ingresaron en este último tiempo.
La compañera Mónica Acosta, dirigente de esta lucha que lleva más de diez años, relata: “que Renacer se vincule con esta empresa ha hecho mucho ruido. Pero lo hacemos con independencia. No acordamos un convenio de exclusividad, porque seguiremos produciendo para New San, tenemos compromiso con Garbarino para hacerle 6.700 microondas marca Electrolux, etc.”.
Cuenta que Cielistics quiso primero radicarse en Río Grande, de lo que desistió por los costos y porque el gobierno no está aprobando nuevos proyectos de producción: “Ellos hablaron con el gobierno de la provincia, que nos habló a nosotros allá por noviembre del año pasado. Empezamos por analizar todos los aspectos por los que ya sabemos que trabajar con un privado es bastante complejo, a no ser que sean otras empresas ya radicadas localmente”.
Un paso inédito
Acosta prosigue: “Esto para nuestra cooperativa es inédito, por eso hicimos una investigación en todos los estamentos oficiales, y vimos que podía haber acompañamiento tanto del gobierno nacional como de la provincia. No fuimos directamente a la firma de un acuerdo comercial, sino que estamos en un paso previo. Firmamos una carta de intención y de cooperación, por el que tenemos 60 días para ponernos de acuerdo con Cielistics, fijando pautas claras de lo que quiere ganar uno y otro. Intervendría el Estado como garante, a través de un fideicomiso del Banco de Tierra del Fuego. Este acuerdo nos garantiza que la contratación de mano de obra queda a cargo de la cooperativa, Cielistics sólo pondría personal jerárquico especializado en el producto, que son celulares de alta gama: ingenieros, certificadores de calidad, etc.
“No es un trabajo que implique mucha tecnificación, porque básicamente es de ensamblado. Como el producto es de alta tecnología, la placa viene de origen. Si bien todavía estamos discutiendo el volumen de producción, estimamos que podríamos incorporar 100 puestos de trabajo, en tres turnos de 8 horas, para este proyecto. Porque se maneja una cifra no menor a un millón de equipos por año.
“Desde ya la incorporación de estos compañeros va a ser un gran desafío. Hoy somos una recuperada ‘familiar’. Esto sería un gran salto. Es una gran responsabilidad para la cooperativa, porque nosotros no vamos a hacer como las empresas acá que juegan con la ilusión de la gente, y las contratan por tres meses para después echarlas. En las asambleas de la cooperativa se está discutiendo mucho esto, quiénes serían esos 100. Hay propuestas que se incorporen algunos hijos de compañeros que no lo hicieron en la etapa anterior, que los que no pudieron sugerir alguna incorporación antes lo hagan ahora, aunque no sean de jóvenes.
“Se da el debate con algunos que dicen ‘no podemos incorporar gente mayor’. Nosotros decimos que nuestra fábrica contempla las tres etapas del empleo: los jóvenes, los de cierta antigüedad y los mayores, al contrario que las demás fábricas, que sólo piensan en los jóvenes de 18 a 25. Entendemos que hay que aprovechar la gran experiencia de mucha gente, hoy desocupada o changueando. Esto ha caído muy bien en la población. Yo me encuentro, a las seis de la mañana cuando llego a la fábrica, mucha gente que se acerca a pedir trabajo. Me dejan currículum en mi Facebook. Esto te muestra que no todo lo que reluce es oro, y la gran necesidad de trabajo que hay. Además mucha gente viene a la cooperativa, porque el trabajo que hay en las empresas es de mucha precarización y flexibilización.
Pelear las condiciones de trabajo
“Nos estamos intentando poner de acuerdo en los números –dice la dirigente de Renacer-. Peleamos que estos compañeros entren con el sueldo de especializado del convenio metalúrgico, y no retacear un solo centavo. Además, garantizar estructuras fundamentales que fueron perdidas en otros años, como tener un médico en la planta, una buena obra social –porque el monotributo es un rótulo y no te reciben en ninguna parte-. Un buen seguro de vida y de accidentes de trabajo. La creación de una guardería en la planta. Un servicio de transporte para todos los compañeros, no sólo para los de este convenio. Esto más lo que destinemos como porcentaje de ganancia del negocio.
“Hay que aclarar que el acuerdo que estamos discutiendo prevé la construcción, en el predio de la cooperativa que está frente a la planta, de un galpón y oficinas comerciales, desde donde ellos manejarían la logística de los productos. Nosotros, una vez fabricado y hecho el control de calidad, se lo pasamos y Cielistics se encarga del resto. Esto nos saca de un problema como por ejemplo que, por ser productos muy caros, las aseguradoras te cubren hasta medio camión solamente.
“En los compañeros hay felicidad y cautela, porque como decimos muchos, hasta que no veamos los productos en planta y las líneas de producción andando, y el acuerdo cerrado en cuanto a cifras de producción y fecha de comienzo, no festejamos. Hubo mucha alegría por firmar el paso previo, que fue con mucha pulseada, incluso con amenazas de otras empresas, porque Renacer va a entrar en competencia con ellas, lo que antes no ocurría. Acá hay cuatro o cinco grandes industrias que deciden la política industrial para la isla. En los años que estamos en esta lucha sabemos a ciencia cierta que estas empresas han tenido personeros en los gobiernos de turno, que trabajan para garantizarles sus riquezas y beneficios.
“Nosotros vamos a seguir sosteniendo todo lo que garantice nuestra independencia, aunque sabemos que es un gran desafío”.
