1. El oficialismo K
1. El oficialismo K
La candidatura de Cristina Kirchner llega con fuerte apoyo, y a la ofensiva. Logró penetrar en las masas, con distintas ideas, ajustadas a distintos sectores. “Lo que se está haciendo es lo posible”, “hay cosas buenas y cosas malas”, “es el mal menor”, y por el temor a la vuelta del hambre y la desocupación del 2001. Tiene a su favor los altos precios de los granos que le aseguraron “la caja” para las elecciones.
Pero el país es overo, mezclado. La inflación golpea duro a las masas, sobre todo a los más de abajo, y a amplios sectores de las capas medias. La inflación es la expresión más visible de una economía enferma. El gobierno hace lo imposible para pedir que se ponga en evidencia esa enfermedad y desnude el fracaso de su política.
Millones viajan en trenes de la muerte mientras se arreglan negocios ferroviarios por 10.000 millones de dólares con los chinos, se importa gasoil y gas caros, mientras se le regala a las petroleras contratos por medio siglo. Son esas alianzas y negocios lo que une al gobierno K con Menem, Moyano, Insfrán, Gioja y tantos otros. Los subsidios y negocios que saltan con la corrupción, y las “alianzas estratégicas” del gobierno con imperialismos como el chino, es lo que hace que lo “posible K” sea una Argentina de pobreza y desnacionalización, mientras se llena los bolsillos una minoría oligárquica.
El escándalo del “caso Schoklender” —como el de la tercerización en los ferrocarriles, o el robo de tierras a los qom de La Primavera—, abren los ojos a muchos sobre hasta qué punto bajo las consignas de un gobierno “nacional y popular” se esconde un sistema podrido, sin límites en sus objetivos, como es haber usado a Madres y a las necesidades de trabajo y vivienda de las masas, para negociados millonarios.
2. La nueva Alianza
La fórmula Alfonsín-González Fraga, lo dijimos la semana pasada, fue armada por Magnetto (Clarín), Paolo Rocca (Techint), y las “mesas chicas” de la AEAy la Sociedad Rural. Lavagna puso a González Fraga, y él jugará desde atrás.
Ricardo Alfonsín se reunió con Carbap. No planteó la segmentación de las retenciones para favorecer a los pequeños y medianos productores, sino bajar las retenciones a la soja al 10% para engordar a la mafia sojera de cerealeras, grandes pooles y grandes terratenientes.
“Para ganar”, objetivo sin principios sustentado por Alfonsín, vino la alianza con De Narváez. Y ahora la vicepresidencia a González Fraga (ver pág. 3). A través de la candidatura Duhalde tratan de agrupar al peronismo federal y sumar esos votos en la segunda vuelta de las elecciones. Con Das Neves (hombre de la petrolera Pan American) como vice de Duhalde, viene la pata petrolera, a la que le garantizan la libre exportación. De ese armado no participa Alberto Rodríguez Sáa, que mantuvo su candidatura.
Hay grupos de poder que han puesto huevos en las dos canastas, como hemos señalado con los petroleros. También la droga, cada vez con más peso en la política nacional.
La legislación electoral reaccionaria, proscriptiva y fraudulenta fue pactada por el kirchnerismo con la dirección de la UCR. Es una legislación, con rasgos fascistas, una verdadera trampa, con la que intentan que sólo puedan participar dos fuerzas del sistema. El PTP y el PCR, junto a otras fuerzas y personalidades, han presentado un recurso de inconstitucionalidad, ante la Corte Suprema, al cierre de esta edición.
3. La tercera fuerza
El gobierno no puede permitir una oposición verdaderamente popular, y la nueva Alianza debe imponer su monopolio de la oposición. ¿No se puede contra este gobierno? ¿Es imparable? ¿No se puede romper el monopolio de la nueva Alianza?
La candidatura presidencial de Pino Solanas con Proyecto Sur, fue un paso que mostraba que es posible una tercera fuerza, con un programa de emancipación nacional. El retiro de esa candidatura, para disputar la Jefatura de Gobierno de la Capital Federal, debilitó esa opción. Con idas y vueltas (en la negociación con Alfonsín), Binner planteó la posibilidad de su candidatura cuando triunfó en la interna del socialismo santafesino, y la dejó pendiente hasta la convención de su partido el 11/6. Esa candidatura se vinculó con la idea de unir a Juez en Córdoba, la alianza que encabeza el socialismo en Santa Fe y Solanas en la Capital Federal. La cuestión está en que esas candidaturas tienen que ver la situación de esos distritos. Y lo que está en juego es un frente nacional opositor popular a la política K, cuestión sobre la que Binner, hasta ahora, no ha dado definiciones claras.
En este proceso se ha creado una voluntad unitaria entre ocho fuerzas: Proyecto Sur, PSA, MST, Unidad Popular y Encuentro Popular, GEN, Partido Socialista, Libres del Sur, y PTP y PCR. Es sobre la base de acuerdos consensuados en democracia entre estas ocho fuerzas que deben establecerse: 1) un perfil nacional anti K de la campaña, cerrando el paso al intento de la nueva Alianza; 2) puntos programáticos básicos, como el 82% móvil para los jubilados, salarios, trabajo y demás reclamos sociales, la investigación y no pago de la deuda externa ilegítima y fraudulenta, tierra para vivir y para trabajar, recuperación del petróleo, la energía, la minería, etc., denuncia del carácter colonial como vuelve a verse con los barcos ingleses operando para YPF, etc., y 3) candidaturas consensuadas que expresen ese perfil opositor y ese programa popular, partiendo de la base de que es imprescindible una fórmula presidencial, para lo cual hay figuras en las 8 fuerzas mencionadas.
4. Concretar la personería del PTP
La situación buena y compleja. Frente a la ofensiva del gobierno K y el lanzamiento de la nueva Alianza, se ha hecho posible el frente necesario de fuerzas populares que los confronten por el trabajo unitario de las 8 fuerzas, en el que han sido parte activa el PTP y el PCR.
La personería del PTP es una herramienta imprescindible para actuar en ese terreno electoral, para no ir a la rastra de las fuerzas pequeñoburguesas y burguesas que empujan a “lavar” el perfil, el programa y los métodos de lucha, en las calles, que la clase obrera y el pueblo han conquistado.
No ver la necesidad de pelear en este terreno, que no hemos elegido sino que nos imponen las clases dominantes, nos dejaría fuera del escenario político en un momento en que las grandes masas discuten su posición electoral. Donde hemos avanzado en la campaña, hemos afiliado a numerosos trabajadores en empresas y otros lugares de trabajo, nos ha permitido formar listas en seccionales de ATE, avanzar entre los campesinos y el estudiantado. Donde no jugamos, estamos estancados o retrocedemos. El Comité Central del PCR, en una reciente reunión, ratificó la decisión de contribuir a concretar la personería nacional del PTP nacionalmente, y en cada provincia y la Capital Federal.
La lucha de los campesinos pobres originarios y criollos, luego de más de 20 días de acampe en Castelli, el Chaco, es un hecho histórico. Ellos enarbolaron la bandera de la lucha por la tierra de los pobres del campo y la ciudad castigados por la política del gobierno K.
Los trabajadores de varios gremios, en las paritarias rompieron el tope salarial de Moyano y Cristina K, con luchas y el pronunciamiento de cuerpos de delegados y asambleas: 30% comercio y pescado (Mar del Plata), 29% bancarios. La alimentación va al bloqueo de las plantas de Arcor, cuya patronal encabeza la oposición a ese reclamo. Luchas que han tenido el trasfondo de la histórica huelga docente de Santa Cruz, acompañada por los estatales. El paro con cortes de ruta y movilizaciones del 8/6 de la CTA tonificará esas luchas
La crisis en el mundo amenaza con nuevos picos. La enfrentan luchas gigantescas de las masas. También en la Argentina la situación es inestable, tanto por su economía enferma, como por cimbronazos políticos: hechos como el “caso Schoklender”; o la desidia infame de la obra social de camioneros para atender al trabajador Gustavo González, que llevó a compañeros y familiares a cortar la calle escrachando a Moyano y su esposa y socia. Nada está seguro en la Argentina, por lo que es necesario estar preparados para cambios bruscos de situación.
Trabajamos por un frente electoral con un programa popular, pero lo hacemos para reagrupar fuerzas en el camino que volvieron a mostrar las huelgas de petroleros y docentes santacruceñas y el acampe del Chaco. Acompañamos a las masas para desnudar a las instituciones del sistema, trabajando para ganarlas para la revolución que acabe con la dependencia y el latifundio, y el Estado podrido que los sostiene.