“Mientras no tengamos fuerza para disolver el parlamento burgués, debemos actuar contra él desde afuera y desde adentro /…/ Mientras los comunistas no tengamos fuerza para tomar el poder del Estado y para hacer que sean solo los trabajadores quienes elijan sus soviets contra la burguesía, mientras la burguesía disponga del poder estatal, convocando a elecciones a las distintas clases de la población, tenemos el deber de participar en ellas para desplegar la agitación entre todos los trabajadores, y no exclusivamente entre los proletarios. Mientras en el parlamento burgués se engañe a los obreros, ocultando con frases sobre la ‘democracia’ las trapacerías financieras y toda clase de sobornos (en ninguna parte practica la burguesía con tanta amplitud como en el parlamento burgués el soborno por demás ‘sutil’ de escritores, diputados, abogados, etc.), y los comunistas tenemos el deber de desenmascarar sin descanso el engaño /…/ cada vez que se coloquen del lado de los capitalistas contra los obreros, y de hacer esta labor de desenmascaramiento desde la tribuna de esta institución que supuestamente expresa la voluntad del pueblo, pero que de hecho sirve para encubrir el engaño del pueblo por los ricos”.
De la Carta a los comunistas austríacos (15/8/1920)