El sábado 9 de julio, en la ciudad de El Carmen, se realizó un escrache al golpeador Ariel Farfán.
C se separó de Farfán hace dos años. Sin embargo, él sigue acosándola de diversas formas. “Sos mía o no sos de nadie”, ha dicho varias veces. Esta frase suele estar presente en la violencia sistemática previa al femicidio.
El sábado 9 de julio, en la ciudad de El Carmen, se realizó un escrache al golpeador Ariel Farfán.
C se separó de Farfán hace dos años. Sin embargo, él sigue acosándola de diversas formas. “Sos mía o no sos de nadie”, ha dicho varias veces. Esta frase suele estar presente en la violencia sistemática previa al femicidio.
El miércoles 6 de julio por la madrugada, Farfán interceptó a C por la calle, y comenzó a golpearla con sus puños. Tomó una piedra y hubiese ejercido más y peor violencia, pero C pudo agarrar otra piedra del piso y poner fin al ataque. Ella terminó en el hospital, con un punto y dos días de internación. Su foto en el día del hecho (que se presentó en el Tribunal de Familia) fue más que suficiente para que el mismo día que se interpuso por parte de la Casa de la Mujer de El Carmen la denuncia por violencia, saliera la orden de restricción al violento. C estaba desfigurada. El día del escrache, su cara se había deshinchado un poco, pero su ojo y las hematomas daban terrible cuenta del ataque despiadado de Ariel Farfán.
Es así que la Casa de la Mujer de El Carmen convocó junto a amigas de C a este escrache en la casa del golpeador. La calle de tierra y piedras incentivaron la pedrada contra la vivienda, que terminó con vidrios rotos.
Las paredes fueron pintadas con aerosol denunciando al violento, y luego el contingente de mujeres (con muchísimas compañeras de Perico) fue a la comisaría a exigir la guardia policial ordenada por el Tribunal de Familia y aún no concretada. Allí entró la mamá de C y la abogada Natalia Segovia, de la Casa de la Mujer de El Carmen. Con esta movilización se arrancó la guardia policial ese mismo día. Y se infringió al golpeador el temor que suele tener a las mujeres movilizadas los golpeadores de mujeres, “valientes” cuando están solos ante quien ejercen violencia, y “cobardes” ante situaciones como estas.