Para comprender lo que está en juego en el nuevo campeonato que intentó armar la AFA, hoy “congelado” ante las reacciones adversas, conviene recordar algunos datos.
Desde agosto del 2009, cuando desde el gobierno nacional se impulsó el “Fútbol para todos”, por el cual la televisión pública pasó a transmitir los partidos del campeonato de Primera A, la AFA percibe por este concepto 660 millones de pesos anuales, más 300 millones de ajuste por la inflación de los abonos del cable.
Para comprender lo que está en juego en el nuevo campeonato que intentó armar la AFA, hoy “congelado” ante las reacciones adversas, conviene recordar algunos datos.
Desde agosto del 2009, cuando desde el gobierno nacional se impulsó el “Fútbol para todos”, por el cual la televisión pública pasó a transmitir los partidos del campeonato de Primera A, la AFA percibe por este concepto 660 millones de pesos anuales, más 300 millones de ajuste por la inflación de los abonos del cable.
La AFA “distribuye” este dinero entre los clubes que lo usan supuestamente para pagar sus deudas, tanto con el Estado, sea por AFIP u otros rubros, y con la Asociación de Futbolistas Agremiados. Pese al aumento del monto de dinero en el 2010, los clubes siguen endeudados.
Ese es el “costo” que el gobierno paga, con dinero de todos los argentinos, para hacer una descarada y mentirosa propaganda de su “gestión” y alabar al fallecido Néstor Kirchner.
Pero el problema es que ahora descendió River, junto con Quilmes, Huracán y Gimnasia y Esgrima de La Plata, que ya Rosario Central estaba en la “B”, y la transmisión de este campeonato estaba a cargo de la empresa Trisa (propiedad de Torneos y Competencias y del Grupo Clarín). Para el gobierno kirchnerista era inaceptable dejar en manos de su hoy rival mediático la posibilidad de obtener jugosas ganancias gracias a la previsible suba del rating de las emisiones de los partidos de la B, y estaba dispuesto a más que duplicar los fondos de “Fútbol para todos”.
Lo expresó con “honestidad brutal” el vocero de Prensa de la AFA, Cherquis Bialo, cuando afirmó que “este quilombo” no pasaba si River no descendía y los que ponen “la torta” no quedaban fuera de la transmisión. Queda para investigar si las declaraciones de Cherquis fueron porque “se fue de boca”, o con intenciones de empiojar más el asunto, expresando sectores internos de la AFA, opuestos al nuevo engendro.
Buenos muchachos
El gobierno nacional, con esta decisión de cambiar el formato de los torneos de fútbol, apareció en principio como impulsando un plan para meter a todos en la bolsa publicitaria. La presión del gobierno fue tan evidente, que los presidentes de los clubes se enteraron del proyecto en la misma reunión de la AFA convocada para esto, y de paso para echarlo a Batista. Ante el pedido de varios presidentes de llevarse el proyecto para estudiarlo y tratarlo en una próxima reunión, el “apriete” fue explícito: o se aprueba ahora o no hay más plata del “fútbol para todos”… para nadie.
La mayoría de los presidentes acordaron, salvo los de Vélez, Allboys, Racing y Newells Old Boys, que se abstuvieron. El presidente de Olimpo no asistió a la reunión.
El escándalo fue de tal magnitud que el gobierno retrocedió y acordó con Grondona, presidente de la AFA, postergar su tratamiento para luego de las elecciones (tanto las de la AFA como las presidenciales).
Pero para que quede claro el verdadero objetivo de este engendro, que no tiene nada que ver con lo deportivo, recordemos que simultáneamente la AFA rescindió el contrato de televisación del Nacional B que tenía firmado con Tirsa, hasta el 2014. Con esto le despeja el camino al gobierno, a través de “Fútbol para todos”, para que se haga cargo de la transmisión de este campeonato, y pueda, por fin, desplegar su candombe “Nunca menos” y su catarata de “buenas noticias”, también durante los partidos de la B. Total, el juicio millonario que la AFA deberá afrontar por la rescisión del contrato con Trisa, piensan pagarlo con nuestro dinero.
