Ya hemos visto cómo la política ganadera del gobierno kirchnerista llevó a una liquidación de vientres y reducción del stock ganadero, con el resultado final de la falta de carne y un brutal aumento en su precio que redujo drásticamente el consumo, con sus consecuencias sobre la ocupación no sólo en el campo sino en toda hasta la industria frigorífica. Ahora algo similar está sucediendo con la política triguera sobre la producción del grano para el pan.
Ya hemos visto cómo la política ganadera del gobierno kirchnerista llevó a una liquidación de vientres y reducción del stock ganadero, con el resultado final de la falta de carne y un brutal aumento en su precio que redujo drásticamente el consumo, con sus consecuencias sobre la ocupación no sólo en el campo sino en toda hasta la industria frigorífica. Ahora algo similar está sucediendo con la política triguera sobre la producción del grano para el pan.
En efecto, estando por finalizar la siembra del trigo, según los relevamientos a fines de julio, con una disponibilidad óptima de humedad en los suelos, se observa una caída de un 2% respecto a lo implantado la pasada campaña y de un 7 por ciento respecto de la primera estimación de la campaña en curso. La reducción en el área a implantar en la región Sudeste bonaerense, sumado a la merma en el incremento inicial de la zona sudoeste de la misma provincia, abonarían el recorte superficial actualmente previsto en el cual muchos productores desistieron sembrar trigo debido a la problemática existente a la hora de comercializar el grano. Para el conjunto del país eso implicaría una reducción en 100 mil hectáreas del área prevista sembrar, que se ubicaría en las 4.600.000 hectáreas.
La magnitud del daño de la política kirchnerista se puede apreciar mejor si tenemos en cuenta que esa cifra es un 28% menor al promedio de la superficie implantada en los últimos diez años, en los que se incluye un par de años de grandes sequías. El desinterés de los productores por sembrar trigo afecta a la ocupación de mano de obra en el campo y en los sectores proveedores de insumos (semillas, fitosanitarios y fertilizantes), a la cadena comercial (transporte, acopio, acondicionamiento, corretaje) y la industria y exportación. Este es un problema que no se reduce a la Pampa Húmeda, ya que el trigo se siembra desde los valles andino-patagónicos hasta el NOA, generando ocupación y empleo en la época invernal, siendo un excelente antecesor para los cultivos de verano, y es necesario para mantener la sustentabilidad de los sistemas.