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17 de August de 2011

Al cierre de esta edición se mantenía el acampe en la Plaza Pringles de Rosario, tras 32 días con cortes y ocupaciones, en la pelea por Argentina Trabaja y otros reclamos.

Cuando las mujeres luchamos

Hoy 1382 / Acampe de desocupados y originarios en Rosario

En una ronda, algunas de las mujeres contaron acerca de los sucesos represivos del lunes 1/8, donde habían movilizado quinientos compañeros. Entre las compañeras de la ronda, estaban nuestras candidatas a concejales Estela de CCC y Eva de Pueblos Originarios.

—¿Cuándo ocurrió la represión?

En una ronda, algunas de las mujeres contaron acerca de los sucesos represivos del lunes 1/8, donde habían movilizado quinientos compañeros. Entre las compañeras de la ronda, estaban nuestras candidatas a concejales Estela de CCC y Eva de Pueblos Originarios.

—¿Cuándo ocurrió la represión?
—El lunes 1/8 cerca de las 13 en Desarrollo Social de la Nación. Habíamos ido un grupito de 30 compañeros el viernes a ver si nos podían atender. Nos avisaron que nos iban a atender el lunes. Ya ahí nos trataron como si fuéramos delincuentes, la policía nos hablaba detrás de la puerta, éramos todas mujeres. No nos abrían. Simplemente íbamos a plantear nuestros reclamos por Argentina Trabaja.
Fuimos el lunes, no nos iba a atender, no estaba, se tensaba la cosa, las mujeres bastante enojadas. Éramos como quinientos compañeros, en su mayoría (un 80 por ciento) mujeres. Y recibimos garrote.
Estábamos cuerpo a cuerpo con la policía, y la que tiró el primer tiro fue la poli. Cuando empezaron los piedrazos es porque el funcionario se nos vino y se nos rió en la cara, se burlaba. Las policías murmuraban como amenazando: “a vos te conozco”. Nos marcaban, nos buscaban bronca, también tiraban piedras. Y ahí empezamos a defendernos con piedrazos. En vez de trabajo nos dieron garrote.
Nos golpearon mal, nos patearon para tirarnos al piso y cuando ayudábamos a las que se caían, nos daban patadas en la espalda. Te manoteaban los pechos las mujeres policías para tumbarte. Se nos reían en la cara. Yo tengo problemas en la columna y me dieron una que estoy con inyecciones. Las mujeres policías también nos golpearon lindo. Y era gente que eran conocidas de los mismos barrios.
Lo que fuimos a pedir es trabajo y soluciones para las compañeras, la mayoría son familias numerosas, tenemos comedores y todas conocemos la necesidades de cada barrio. No fuimos a pelearnos, fuimos a pedir lo que nos debían y principalmente trabajo.

—Tenemos hambre y nos contestan con palo. A ellos no les importó que hubiera chicos y muchas mujeres, las que más terminamos cobrando fuimos las mujeres, nosotros queríamos calmar la cosa y ellos nos tiraban balas de goma. Yo recibí tres balazos en las piernas y uno en el brazo. Y un palazo en la costilla.
Ya hace dos años que reclamamos el Argentina Trabaja, ya te cansa, la asignación son $175. Con eso tenés que resolver la salud de tus hijos, la escuela, darles de comer, y no es universal, como dice la presidenta: Yo soy mamá de seis chicos y cobro una sola asignación, porque estoy separada y él tiene un plan de 225.
Un kilo de azúcar en el barrio está a $8, el kilo de pan $8, la leche está a $6. Los compañeros terminan de cobrar y a la media hora no tienen nada, el que sacó el fiado el día anterior termina pagando el fiado y se vuelve a quedar sin nada. Con uno de los vestidos que se compra la presidenta ¿cuántos sueldos de las compañeras tiene?
Ir a pedir trabajo y que te reciban así con doble valla, nos pone mal. Nos responden la olla con palos. Los comedores están llenos.
 
 

El dolor lo tenemos todos los días
Estela, candidata a concejal de Mov. Proyecto Sur por V. G. Gálvez nos dice: “Para uno fue terrible vivir esa represión; pero el sufrimiento más grande lo vivimos día a día porque sufrimos cuando nos levantamos y no tenemos para darle de comer a los chicos. Sufrimos cuando nuestro hijo está pasado de droga y tenemos que salir a socorrer, cuando tenemos los chicos enfermos y no sabemos dónde vamos a sacar para comprarle un remedio. Entonces el dolor lo tenemos todos los días.
Acá el debate está en que este gobierno que se llama nacional y popular donde es una vergüenza que la mamá tenga que vivir del sueldo del hijo. Por tener esos 175 pesos de la Asignación por Hijo, no tenemos derecho a tener otro programa o poder seguir estudiando o capacitarse en otra cosa. Con la Asignación por Hijo nos quieren hacer creer que resolvemos vivienda, trabajo y educación. Y eso es una gran mentira porque como decía la compañera, un kilo de pan está a 8 pesos en el barrio, uno de azúcar 7,50. Un kilo de puchero 14 pesos; y ahí nomás te ponés para armar la olla diaria, los 175 pesos te dura un día, una hora te dura ¿Y después los otros 29 días en el mes qué hacemos? Tenemos que salir a luchar y pelear. Y la respuesta es represión.
Es una vergüenza. Ese día tuvimos tres momentos con la policía: El primero fue haber derribado la valla cuando no nos quería atender el funcionario de Desarrollo Social. El segundo cuando el funcionario Burgues vino y en la cara nuestra se nos burlaba diciéndonos: “no hay respuesta, no es mi área, tengo esto” (que era una migaja); y el tercer momento fue cuando quisieron detener a la compañera originaria Elena, que es una compañera muy querida en el movimiento y a partir de ahí se produjo el desenlace.
Las que más ligamos fuimos las mujeres, que fuimos las que estuvimos al frente, el 80 por ciento éramos mujeres. Patadas en las piernas, insultos, empujones.
Fuimos a buscar respuesta de trabajo, para poder vivir de nuestro trabajo dignamente, comprarle nosotros las cosas a nuestros hijos y no que tengamos que vivir de los 175 pesos.

—¿Por qué piensan que los estaban esperando de esta manera?
—Porque me parece que este gobierno hoy piensa nomás en las elecciones, piensa de aquí a octubre y en cómo toda la plata va comprando votos; y a los que no estamos de acuerdo con ellos nos cierra las manos. En el mes de mayo no se cobraron los planes: ¿A dónde fue a parar toda la plata de la cantidad de planes sociales que hay en la Argentina? Nadie puso en debate dónde fue a parar. Nos estaban esperando porque no nos quieren dar respuesta, porque saben que nosotros enfrentamos al doble discurso de Cristina. Le decimos que la Asignación es mentirosa, le planteamos vivienda y no tenemos, le planteamos trabajo y no tenemos.

 

—¿Realizaron algún acto de repudio?
—Sí, a partir de lo que nos pasó realizamos asamblea y decidimos en conjunto continuar con el acampe. Hubo un acto al mediodía, tuvimos solidaridad de todos los sectores: estudiantes, trabajadores, otras organizaciones sociales. Hicimos un acto de repudio y por los medios. Tenemos solidaridad de mucha gente que se acerca y nos traen pan, facturas y leche al acampe y eso dice que hay mucha gente que reconoce nuestra lucha. Nos dicen que hay cinco compañeros procesados.
La situación para las mujeres es difícil: somos las que llevamos la mochila más pesada. Hacer la comida día a día, que el chico vaya a la escuela, si está enfermo, a su vez tenemos la violencia de los maridos cuando no nos entienden que salgamos y cuando no tienen más trabajo. Hay compañeras que tienen problemas en su casa cuando llegan, que los maridos le pegan, la retan. Tenemos toda esa situación de violencia también, tenemos esa opresión.
Tenemos que salir de casa por las necesidades porque si no nadie nos va a llevar a nuestra casa nuestra comida día a día. Pero a su vez tenemos la violencia de nuestros maridos que no nos entienden. Más se agudiza la discusión y los problemas. El 80 por ciento del movimiento somos mujeres.

 

—¿Cuáles son los reclamos?
—El pedido concreto es amplio, y no solamente para el gobierno nacional sino para el gobierno provincial: primero, Argentina Trabaja. Segundo lugar: relevamiento de casos sociales. En toda la interna, los camiones de Desarrollo Social bajaban en los barrios de todo, y nosotros nos quedábamos mirando.
Después hay pedidos de colectivos para viajar al Encuentro Nacional de Mujeres en octubre a Bariloche. Hace varios años que los colectivos para el Encuentro son ganados por la lucha. También reclamamos planes de trabajo para las mujeres: que nos den contratos para que las compañeras tengamos trabajo específico. Herramientas para las cooperativas.
Nosotros nos defendimos nada más, nunca fuimos a pegar, las marchas eran siempre masivas y en paz. No entendemos el cambio político, las elecciones, si querían castigar a Binner, no entendemos la interna. Usaron perfectamente la policía provincial para ver si lo posicionaban a Rossi, porque al otro día venía Cristina y Alicia Kirchner. Nunca habíamos tenido dificultad con la policía, esta situación es nueva.