Cerramos este número de nuestra revista poco después de las elecciones del 14 de agosto en las que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner obtuvo un amplio triunfo con el 50,07% del total de los votos, ganando en 23 de los 24 distritos. Ganó incluso en la ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Santa Fe y Córdoba, donde sus candidatos habían perdido semanas atrás. Este resultado electoral se produjo en medio de una situación nacional en que continúa – con sus avances y sus retrocesos – una oleada de luchas que tiene como expresión más avanzada a Jujuy (ver los artículos referidos a esto); y en medio de un nuevo pico de agudización de la crisis económica capitalista mundial iniciada en abril de 2007, frente a lo cual crece el combate de la clase obrera y los pueblos para que la crisis la paguen sus responsables y beneficiarios (ver la Declaración del 8° Encuentro Antiimperialista y Revolucionario de América del Sur).
Los cambios generados por el amplio triunfo electoral de Cristina nos exigen hacer un balance en profundidad. Este debe basarse en volver a las masas de los centros de concentración del proletariado industrial y rural, a los demás sectores populares de la ciudad y del campo; escuchar, recoger y sintetizar sus opiniones, en función de las perspectivas que se abren en nuestro país y nuestra región ante la crisis internacional que las grandes potencias pretenden descargar sobre nuestras espaldas y la creciente disputa interimperialista.
Estas elecciones evidencian la necesidad de dar a fondo la batalla política e ideológica en las masas, de pelearle al gobierno K las masas que disputa, trabajando para la unidad de las fuerzas populares para darles a esas masas en lucha un centro coordinador para las tormentas, como las de Jujuy hoy y las que se avecinan y con el objetivo de la revolución de liberación nacional y social.
El PCR y el PTP, con el gran esfuerzo de muchos compañeros y amigos realizamos una importante campaña política hacia las elecciones del 14 de agosto, integrada con las luchas de masas y con las afiliaciones al PTP con el fin de recuperar su personería. Trabajamos por reagrupar a todas las fuerzas populares, democráticas, patrióticas, progresistas y antiimperialistas. En función de ello integramos el Movimiento Proyecto Sur (MPS) y tratamos de que se ampliara verdaderamente…
Los de arriba, tanto el gobierno kirchnerista como los grupos Clarín, Techint y Arcor, jugaron con todo para impedir el armado de una fuerza popular que se insinuó en un momento de acercamiento entre nueve organizaciones políticas (Proyecto Sur, GEN, PSA, Unidad Popular, PS, MST, Libres del Sur, Partido Nuevo, PTP-PCR). Esta posibilidad también despertaba expectativas en otros sectores políticos y sociales porque creaba condiciones favorables para el desarrollo de una tercera fuerza que podía confrontar con el doble discurso del gobierno K y denunciar los planes de la oposición de derecha.
Frente a la división que frustró la posibilidad de la unidad seguimos en el MPS y trabajamos y seguimos trabajando por el reagrupamiento y la unidad. En tales condiciones el Comité Central del PCR decidió votar en todo el país la fórmula del MPS (Argumedo – Cardelli); y a nivel provincial y municipal de acuerdo a lo que más ayudaba al reagrupamiento de las fuerzas populares en la situación concreta existente en cada distrito.
En el MPS, la decisión de Pino Solanas de bajarse de su candidatura a presidente, que señalamos en su momento como un error, dejó vacío un espacio que es imprescindible en una elección presidencial y es necesario para el reagrupamiento de fuerzas para el combate popular emancipador. Un vacío que no pudieron llenar la abnegación y el discurso programático justo de los compañeros Alcira Argumedo y Jorge Cardelli y de cientos de militantes en todo el país, entre ellos los del PTP y el PCR. En muchos lugares del país, la candidatura presidencial de Pino había despertado expectativas en diversos sectores, sobre todo en la juventud, también de agrupaciones peronistas, expectativas que su bajada frustró. Hubo dispersión de fuerzas, y también hubo un castigo de parte de sectores que tuvieron expectativas y se decepcionaron.
La ley electoral de internas abiertas y simultáneas impulsada por el kirchnerismo en acuerdo con la dirección del radicalismo es una ley reaccionaria y proscriptiva. El PCR fue la primera fuerza política que presentó un recurso por la inconstitucionalidad de esa ley ante la Corte Suprema. Luego hubo otra presentación del PTP y otras fuerzas. Un artículo clave de esa ley exige el 1,5% de los votos en las internas para participar en las elecciones. El MPS no alcanzó ese porcentaje por lo que su fórmula presidencial está impedida de presentarse en octubre. Consecuentemente, ni el PTP ni el PCR tendrán candidatos a presidente y vice en las elecciones del 23 de octubre.
Ese resultado es un golpe político que nos afecta a todos los que integramos el MPS. Por consiguiente necesitamos indagar y analizar las causas de este golpe político que hemos sufrido.
A partir de los resultados del 14 de agosto mantendremos nuestros esfuerzos hacia las elecciones del 23 de octubre con los candidatos a diputados nacionales en la Ciudad de Buenos Aires, Chubut, Neuquén y Mendoza y los frentes provinciales del MPS que integramos. También trabajaremos en los frentes que integramos para las otras elecciones provinciales que restan: el FAP (Frente Amplio Progresista) en la Provincia de Buenos Aires y en Corrientes, el Frente Opositor en San Juan, Confluencia por la Emancipación en Río Negro, Encuentro Sur en Santa Cruz y Opción Social Popular en Formosa. Y para los frentes municipales que integramos.
Hemos pagado con acuerdos no equitativos en las listas de candidatos por no haber llegado a la personería electoral. Por eso llevaremos adelante la campaña hacia las elecciones del 23 de octubre con la ficha de afiliación al PTP en la mano con el objetivo de alcanzar en esa fecha la personería nacional y en cada provincia. Lo que exige no reducir el movimiento a la lucha económica sino unido a “patear” casa por casa, integrando la lucha con el debate político de masas.
La economía argentina está enferma, no está blindada frente a los cimbronazos de la crisis que sacude al mundo. Tampoco somos ajenos a las tormentas de luchas obrera y popular que conmueven a Europa, a los países árabes y ahora a Chile.
Los de arriba no pudieron sacar a los de abajo de las calles como se ve en Jujuy. Y como se ve en las elecciones, entre otras cosas en gran parte del voto a Cristina, quieren ir por más y no aceptan vivir con ajuste y mano dura.
21 de agosto de 2011