Es conocido el texto de Mao contra el estilo de cliché en el partido. Antes Engels también había escrito que algunos se sirven de las categorías generales para omitir estudiar la historia concreta. En realidad, es una lucha política e ideológica contra el dogmatismo, que basándose en conceptos generales justos, omite analizar en concreto las cosas concretas.
Es conocido el texto de Mao contra el estilo de cliché en el partido. Antes Engels también había escrito que algunos se sirven de las categorías generales para omitir estudiar la historia concreta. En realidad, es una lucha política e ideológica contra el dogmatismo, que basándose en conceptos generales justos, omite analizar en concreto las cosas concretas.
Encontramos en Esteban Echeverría, que no era marxista, la misma preocupación en su lucha contra los racionalistas del exilio de Montevideo. Era clave combatir el estilo universalista abstracto para intentar entender la realidad argentina.
Lo atormentaba una pregunta ¿Por qué la revolución de Mayo desembocó en el gobierno de Rosas? ¿Qué pasó políticamente? y como los unitarios no eran autocríticos, gran parte de sus escritos los destina a la polémica con los restantes exiliados.
Cuando se cumplieron los primeros diez años de la publicación del Dogma Socialista, Echeverría escribe en el exilio una mirada retrospectiva sobre el movimiento intelectual en El Plata, donde hace un balance crítico y totalmente diferenciado del pensamiento filosófico de los unitarios.
Se publicó en Montevideo en l846, y podemos leer en él: “Algunos de nuestros amigos no han comprendido la necesidad de salir de la senda trillada, de abandonar la incesante repetición de palabras… como principios, garantías, libertad, civilización, etc., palabras que dicen mucho y nada… Hubiéramos deseado que penetrasen en la idea… las condiciones peculiares de ser y las necesidades vitales del pueblo argentino.
…Que nos importan las soluciones de la filosofía y de la política europea que no tiendan al fin que nosotros buscamos… ¿Acaso vivimos en aquel mundo…? ¿Sería un buen ministro Guizot, sentado en el Fuerte de Buenos Aires?”
Producido Caseros, con Echeverría ya muerto, tanto Mitre como Alsina se dedican a construir una continuidad entre el pensamiento de la generación del ‘37 y la Argentina posterior a Pavón. Para ello ocultaron los textos polémicos de Echeverría, contrarios al método racionalista abstracto y europeizante.
Algunos etiquetaron a Echeverría como socialista utópico, otros como el adalid de la argentina socialdemócrata; tenía sus limitaciones de clase por cierto, pero estaba convencido de que repetir fórmulas y conceptos impedía conocer la Argentina real.