1. Cambio de escenario
1. Cambio de escenario
Las elecciones del domingo 23 definirán el escenario político que bocetó el 14 de agosto. El gobierno K apuesta a un triunfo arrollador de la presidenta para afrontar años difíciles y garantizar su continuidad. Alfonsín y Duhalde no terminan de digerir su fracaso (y el fracaso de Duhalde para encolumnar al peronismo opositor terminó arrastrando a Macri). Binner y Rodríguez Sáa tratan de quedar colocados para las elecciones del 2015.
Con poco espacio en los medios del sistema, en la mayoría de las provincias y la Capital Federal se han dado pasos importantes en la confluencia de las fuerzas populares. Pasos que tendrán su expresión electoral el domingo 23, y que tienen una importancia mayor en el nuevo escenario político que se abrirá a partir del 24. Para eso trabajamos, el PTP y el PCR, aportando a los frentes un trabajo unitario reconocido, peleando el voto y la personería política del PTP.
2. Cristina hereda a Cristina
Todo indica que luego de 8 años en la Casa Rosada, el gobierno K se heredaría a sí mismo.
No era lo mismo hablar de derechos humanos cuando cambiaba la Corte Suprema y se anulaban las leyes de “obediencia debida” y “punto final”, al lado de Hebe de Bonafini, que hacerlo ahora, con más de 5.000 procesados, 12 asesinatos durante represiones, y la Fundación de las Madres arrastrada por el barro de la corrupción.
No es lo mismo hablar del hambre y la pobreza heredados en el 2003, que dar por válidos los números del IndeK, cuando la inflación castiga al pueblo. Muchos agradecen al gobierno la jubilación sin aporte, aunque ven que les alcanza menos cada mes.
La sojización, que tantos beneficios le trajo a los grandes pooles y terratenientes, y al gobierno, provocó el drama de millones que no tienen un lote para vivir o tierra para trabajar. Ese drama estalló. La salud y la educación públicas están en crisis.
La política K de mantener la energía y los servicios en manos de monopolios imperialistas está en crisis. Esos monopolios han saqueado las riquezas nacionales y el resultado es que cada vez se importa más gas, gasoil y energía eléctrica: este año se gastarán 20.000 millones de dólares para importarlos. Nuestras riquezas mineras se exportan casi sin pagar impuestos. La presidenta habla del mercado interno, pero el país es exportador de soja, minerales y automotores, atado al comercio con Brasil y China. El presupuesto ya no soporta los subsidios al capitalismo de amigos. Las consecuencias de esta política se oculta hasta las elecciones.
Ramas de la industria van siendo golpeadas. Primero fueron los frigoríficos, le siguió la fruta, los textiles (Alpargatas), el acero (Acindar), autopartistas, y ahora las terminales automotrices. En los últimos dos meses cerraron más de 20 empresas lácteas pequeñas y medianas.
El ministro Amado Boudou, “cuestionó en la reunión del G20 en París las políticas que en la Argentina hicieron crisis hace diez años y hoy están estallando en todo el mundo” (Verbitsky, Página 12, 17/10). Pero en esa reunión se aprobó una declaración que establece que el FMI será el gendarme de la crisis, mediante una “más integrada y efectiva vigilancia, particularmente en el sector financiero, fiscal, monetario y políticas de tipo de cambio”. Y Boudou jura que vamos a pagar la deuda contraída por la dictadura con el Club de París (Clarín, 16/10).
3. Crisis, rebeliones, ¿y más guerras?
“Pueblos del mundo, levántense”, fue la consigna coreada en 1.000 ciudades de 80 países por cientos de miles de indignados. Una gigantesca oleada de lucha de jóvenes, mujeres, obreros, campesinos, estudiantes, ya no discute ¿quién paga la crisis?, sino que llama a la rebelarse contra sus gobiernos y élites dominantes, sus monopolios y sus bancos.
La lucha del pueblo griego y el surgimiento de los indignados en España, contagiaron a toda Europa. Estalló el movimiento “Ocupa Wall Street” en Estados Unidos, apoyado por sindicatos y otros sectores, y se extendió a Japón. Avanza la lucha del pueblo de Siria y el de Yemen, y una segunda vuelta de las protestas en Egipto y Túnez. Crece la lucha en Israel. Hay huelgas y rebeliones en China. Y grandes combates en países como Chile y la Argentina. “Algunos temen que el mundo esté ante un aumento sistémico del enojo, la protesta y la volatilidad política que podría durar años o décadas. (…) Esto acaba de empezar”, se alarman las burguesías imperialistas (La Nación, 17/10).
La crisis está cambiando al mundo, y los malos vientos de la economía mundial ya están llegando a la Argentina. Seagudiza la disputa entre los centros imperialistas y entre los monopolios.
Se agravan las presiones a los países dependientes como el nuestro. “Estados Unidos está frustrado y enojado con Argentina”, dijo el presidente de Dialogo Interamericano, agregando que “el Tesoro está harto, el Departamento de Estado y fundamentalmente el de Departamento de Defensa están furiosos. (…) Argentina está en la lista negra”. Entre otras razones de estas presiones, está que “Argentina ha perdido el apoyo de la comunidad judía estadounidense (…) por la postura en el tema de Irán” (Clarín, 10/10).
4. Seguir reagrupando fuerzas
El escenario que se asomará a partir del 24/10, no será fácil para las fuerzas obreras y populares. No solo por los malos vientos de la crisis. Los juicios, la represión y la cárcel para dirigentes como el Pollo Sobrero muestran que las clases dominantes y su gobierno, se preparan. En la Capital Federal ya operan 5 policías: Federal, Metropolitana, Gendarmería, Prefectura y la recién creada. En Buenos Aires 4, con el refuerzo de un nuevo escuadrón móvil de Gendarmería. Y el presupuesto contempla incorporar a 2.000 gendarmes más.
En las automotrices y autopartistas ya asoma el conflicto contra las suspensiones, con los jerarcas sindicales K que trabajan para desmovilizar a las masas. A un año del asesinato de Mariano Ferreyra, la lucha por cambiar la correlación de fuerzas en los cuerpos de delegados de las grandes empresas es la cuestión central para la Argentina que asoma.
La tarea de preparar a la clase obrera y las masas populares para el escenario que asoma, exige unir las luchas económicas a la lucha política en el seno de las masas, particularmente con la política K. El escenario electoral termina el 23/10. Pero sigue la lucha política, con la misma intensidad, en el nuevo escenario.
El PTP y el PCR, con los frentes electorales en los que participan, han sido parte de una política de alianzas que crea nuevas condiciones para después de las elecciones. En el nuevo escenario, sigue el reagrupamiento de fuerzas para la lucha social y política, de lo que hay buenos ejemplos en donde hemos contribuido a unir agrupamientos que se habían dividido. Lo que muestra que es posible unir para la lucha social y política a fuerzas obreras y populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas, que actuaron divididas en el terreno electoral.
Al mismo tiempo, la continuidad de la campaña por la personería del PTP sigue siendo un objetivo fundamental, no solo para futuros escenarios electorales, sino también para afrontar los preparativos represivos de las clases dominantes, y para la acumulación de fuerzas en la perspectiva de nuevas batallas y grandes tormentas.