Trabajamos y luchamos con todo para que la lista Rojo y Negro continúe conduciendo la Comisión Directiva Central y la mayoría de las seccionales de Agmer. Enfrente tenemos al uribarrismo enquistado en la lista “Integración”, conducida por los celestes.
Trabajamos y luchamos con todo para que la lista Rojo y Negro continúe conduciendo la Comisión Directiva Central y la mayoría de las seccionales de Agmer. Enfrente tenemos al uribarrismo enquistado en la lista “Integración”, conducida por los celestes.
Las agrupaciones docentes de la CCC apoyamos y formamos parte de la Rojo y Negro, 1º de Mayo, que desde hace tres años conduce el sindicato. Se trata de una agrupación con definiciones clasistas, antiimperialistas y que reivindica los principios del artiguismo; integra la Lila a nivel nacional y pone mucho esfuerzo en la unidad con otros sectores de trabajadores y populares.
Pocas veces como en estos tres últimos años se fue tan a fondo con la democracia sindical. Cada escuela fue un lugar de debate de las políticas provinciales y nacionales, cada trabajador de la educación pasó a ser protagonista de las asambleas de escuela y de la lucha en la calle. Pocas veces como bajo la conducción Rojo y Negro, cada decisión fue consultada a las bases y cada audiencia con el gobierno fue pública y sujeta a resolución de las asambleas y el congreso.
Pero a la vez, muy pocas veces los docentes tuvieron enfrente a un gobierno como el uribarrista, incapaz de dialogar y empecinado en mantener el congelamiento salarial con el techo de las paritarias de marzo; que se manejó con autismo en la decisión de ejecutar la medida antiobrera y antipopular de descontar cada día de huelga y perseguir a los directivos que no informaban los nombres de los que se adherían a la lucha. Como se ha dicho muchas veces desde acá, se trata de un gobierno que se dedicó a estar presente en todo acto kirchnerista para aplaudir cada frase de la presidenta y que fiel a esa política profundizó la entrega de la provincia a los monopolios y la concentración de la tierra en pocas manos.
Al mismo tiempo, nunca hubo un gobierno provincial que se esforzara tanto en meter cuña en el interior del sindicato docente como lo hizo –hasta ahora sin resultados– el uribarrismo. Primero utilizó un grupo de dirigentes cooptados que boicoteó y saboteó cada decisión del sindicato, luego intentó dividir la Agrupación Rojo y Negro, y cuando debieron irse solos, armaron una agrupación desde la cual se dedicaron a atacar al sindicato, declarando que el paro es una medida perimida, que hay que acompañar las medidas populares del uribarrismo e instando a directores de escuela a pasar al CGE el listado de los docentes que acatan las huelgas.
Con su política de autonomía e independencia de la patronal y el gobierno, la conducción Rojo y Negro logró blanquear los más altos porcentajes de aumento salarial. La garantía para ello fue la lucha de los docentes que no tuvo respiro en estos tres años, con hitos como la marcha provincial de más de 7.000 trabajadores de la educación en agosto y movilizaciones por seccionales. Otro logro importante fue la lucha con cortes de calles protagonizada desde cada escuela por padres, alumnos y docentes, que hizo caer la resolución 937 del CGE que intentaba cerrar cargos y aulas.
La del miércoles será una elección difícil; el uribarrismo con sus agrupaciones intentará arrebatar el sindicato aunque deba apelar al fraude. Será importante garantizar la masividad del voto, y la seguridad de las urnas. El triunfo rojo y negro es necesario para seguir avanzando en defender los derechos de los trabajadores docentes y no convertirlo en otra conducción pro oficialista como la de ATE Entre Ríos, que claudicó y traicionó en la lucha de los trabajadores de Iafas a los cuales no defendió cuando Uribarri en un hecho único en la historia sindical provincial, les descontó el mes de enero completo luego de una lucha.
La actitud de la lista Celeste Uri-kichnerista que lo defiende como dialoguista y ataca a la conducción actual como responsable por los descuentos de los días de paro a los que el gobernador K los somete en cada medida de fuerza, pretende neutralizar a este gremio que mantuvo la lucha en las aulas y las calles durante todo su mandato y que junto a los trabajadores de la salud de la provincia al igual que los médicos van demostrando que es el mejor camino para enfrentar las consecuencias de la crisis y avanzar en el reagrupamiento de las fuerzas populares para que el pueblo no pague sus consecuencias.
