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21 de December de 2011

Ante el crecimiento de las ocupaciones de tierras por miles de personas en la ciudad y el campo, lo primero que hay que analizar es si esas demandas y necesidades son reales (ver completo en Internet).

Tierra para trabajar y vivir

Hoy 1400 / Sigue la ocupacion en pampa del indio, chaco

Las estadísticas oficiales son tan contundentes como las imágenes de familias viviendo hacinadas en condiciones infrahumanas en los asentamientos o alejados parajes y las que abandonan la provincia en un éxodo que desangra al Chaco.

 

Las estadísticas oficiales son tan contundentes como las imágenes de familias viviendo hacinadas en condiciones infrahumanas en los asentamientos o alejados parajes y las que abandonan la provincia en un éxodo que desangra al Chaco.

 

Las ocupaciones  
Empujados por la necesidad, los pobladores ocupan las tierras que encuentran disponibles, en especial las abandonadas, sin ocupantes, ociosas y sin alambrados.
Este es el caso de la ocupación de las 1.000 hectáreas, cuyo título posee una Sociedad Anónima en Pampa del Indio. Más de 70 familias aborígenes que quieren trabajar el campo y no tienen tierras, se afincaron en ellas creyendo que eran fiscales. La presencia del Instituto de Colonización no trajo solución alguna y se anunciaba amenazante un desalojo exigido por los propietarios en el que se podía lamentar víctimas. En esas circunstancias se presenta un proyecto de expropiación de las mismas a la Cámara de Diputados.

 

Los desalojos
Algunos propietarios están de acuerdo con la expropiación y en esos casos el trámite se simplifica. En otros, la mayoría impulsan el desalojo. Con esta disputa se judicializa el conflicto y el gobierno queda fuera de la responsabilidad de resolver los derechos colectivos por los que juraron y en la mayoría de los casos termina apoyando medidas contra los derechos de los más débiles. Al mismo tiempo, no se conocen casos en que den solución al problema, tomando medidas con latifundistas o especuladores urbanos.

 

Usurpados por generaciones para el crecimiento del latifundio
Algo que llama poderosamente la atención, es que en ninguna de las manifestaciones públicas de los sectores que plantean “no negociar” y el inmediato desalojo de los “usurpadores”, hayan hecho referencia a que son familias aborígenes.
Debe ser porque los pueblos originarios de la zona, fueron despojados tres veces de sus tierras: Primero, a sangre y fuego de sus territorios ancestrales con la campaña de Victorica que al fundar Presidencia Roca, lo hizo con la cabeza del Cacique Yaloschi en el asta de la bandera. Posteriormente despojados con distintas maniobras, atropellos y engaños, de las 20.000 hectáreas que en 1922, el Presidente Yrigoyen concedió a las comunidades encabezadas por Taigoyik. Finalmente, habiendo perdido éstas, en 1946, el general Perón volvió a conceder 20.000 hectáreas en esa zona con la provisión de alambrados, arados y sembradoras y nuevamente fueron despojados, teniendo en la actualidad 3.500 hectáreas…
Sería bueno saber si estos sectores que están convocando a reuniones, denunciarán con la misma intensidad, dedicación y rigor, la reciente usurpación de las tierras pertenecientes a los pueblos originarios de Pampa del Infierno por parte de una Sociedad Anónima que los expulsó quemando sus ranchos y cuya “guardia” amenazó  con armas de fuego a funcionarios del gobierno el último fin de semana.

 

Una salida
Si en 45 días de ocupación el gobierno no propone tierras fiscales para el traslado dentro del territorio que habitan y sólo de palabra hacen una indefinida propuesta a muchos kilómetros al norte de Castelli, si no se animan a expropiar una parte de los grandes latifundios de la zona y no quieren expropiar las tierras ocupadas porque son de productores medios, criterio que compartimos ¿Qué proponen? ¿Dejar montado un detonante en medio de las vacaciones donde algunos se preparan para asumir en reemplazo con el saco de políticas represivas ya anunciadas? Algunos son muy intolerantes y duros con el pueblo y muy blandos y condescendiente con los poderosos latifundistas y grandes inversores nacionales y extranjeros con promesas de que traerán grandes beneficios.
Los compañeros necesitan tierras aptas y suficientes en el territorio que habitan para no irse del campo y como inicio de una reparación histórica siempre pregonada para los pueblos preexistentes y nunca cumplida.

 

Ante la falta de tierras, las acciones posibles son dos:
1. El desalojo, que en la mayoría de los casos es sin acuerdo de partes y con represión y en algunos con muertes y juicios a los pobladores más desamparados. Esta propuesta es la que con extrema simpleza, frialdad y discriminación, propone y exige un sector. Está claro que esto no resuelve el dramático problema existente, lo cual no afecta su sensibilidad aunque lloren al ver un pingüino empetrolado.
2. La entrega de tierras.
Estas pueden ser:
Fiscales en unidades productivas adecuadas, en propiedad individual o comunitaria y la titularización de la que actualmente ocupan. Para ello hay que:
a. Distribuir la tierra fiscal que todavía se encuentra disponible, a los pequeños productores y pueblos originarios como indica la Constitución Provincial.
b. Recuperar la mal habida por medio de lo expresado en la misma Constitución, en el Artículo 42, Inciso 6: “reversión a favor de la provincia por expropiación o disolución de contrato, declarando de interés social a las mismas”.
– Privadas por expropiación a grandes latifundios como expresa la Constitución Provincial en su Artículo 49, o la Ley Nacional 23.302 de Política Indígena y Apoyo a las comunidades aborígenes.

 

Un camino equivocado
Reconocido el problema como real, la salida no puede ser la convocatoria a organizaciones para exigir “el desalojo”, “a no negociar”, castigando las espaldas de quien padece el drama. Las exigencias deben ser a quien tiene en sus manos la solución.
La disyuntiva no puede ser que vuelvan mansos a sus apiñados ranchos o el desalojo compulsivo. Eso no es dar una solución al problema. La disyuntiva es solucionar o no el problema. La contradicción es otorgar o no otorgar tierras a los pueblos originarios como dice la Constitución Provincial por la que juran todos.

 

La resolución está en manos del gobernador
El gobernador, si tiene voluntad, puede resolver esta necesidad tomando una resolución política.  
Lo puede hacer, porque tiene la posibilidad de desafectar de inmediato 1.326 has de tierras fiscales que hay en la zona y fueron vendidas por los adjudicatarios iniciales sin título de las mismas a una Sociedad Anónima que ya suma más de 5.000 hectáreas y es de afuera de la provincia. A éstas, el Instituto de Colonización le dio curso en su momento, violando la Constitución Pro- vincial y la Ley de Tierras. Se puede realizar una reversión a favor de la provincia con una declaración de lesividad por razones de ilegitimidad.
Será un acto de estricta justicia con los pueblos originarios de la zona y podrá mostrar en los hechos que no está de acuerdo con el manejo de la tierra pública de anteriores gobiernos como manifestó en su inicial campaña.

 

Años junto a las luchas de los pequeños y medianos campesinos y originarios
En los últimos 10 años, desde el PCR, hemos acompañado todas y cada una de las luchas de los pueblos originarios de esa zona, para ponerse de pie con dignidad, sin mendigar. Apoyando primero a la CCC en la lucha contra el hambre, posteriormente a la Unión Campesina en la lucha por la producción, encabezada por el querido compañero Mártires López, recientemente fallecido en un supuesto accidente que estamos investigando. Este ocurrió cinco días después de lograr con el gobierno provincial, un acuerdo de producción y vivienda en junio de este año, luego de la gran marcha de El Impenetrable que uniera por primera vez a más de 1.500 qom, wichi y criollos de la zona más pobre de la Argentina y que acampara 20 días en Castelli, hasta lograr dicho acuerdo.
Siempre estimulamos la unidad de los sectores mayoritarios que viven en el campo como la convocatoria al Grito Algodonero en el 2005, junto a la Federación Agraria del Chaco, la Unpeproch, la Appech y organizaciones del NEA, para impulsar un precio sostén para el algodón de los pequeños y medianos productores, logrando el Fondo Nacional Algodonero. Esto para beneficio no sólo de las familias campesinas sino también para la actividad comercial del los pueblos. En el caso de Pampa del Indio, se suma a ello, lo aportando con los logros de las luchas en programas de trabajo, compra de semillas, combustibles e insumos y la venta de la producción, aportando al pueblo, más que la coparticipación municipal de la localidad…
Hemos impulsado las mutisectoriales para unir los reclamos de diferentes sectores por sus reivindicaciones, necesidades y por el federalismo.
Lo hicimos frente a todos los gobiernos de este periodo, sin alquilarnos ni vendernos. Desde esa concepción y perspectiva es que apoyamos la ocupación de Pampa del Indio, haciendo los mayores esfuerzos para que el gobierno deje la retórica en relación a la tierra pública y los pueblos originarios y pase a acciones concretas después de cuatro años donde lo que avanza es poner la tierra pública al servicio de poderosos intereses nacionales y extranjeros. Para lograrlo será necesaria la más amplia unidad para exigir que tome esta justa medida. Quienes sólo reclaman el desalojo, cometerán una enorme injusticia y con ella se estará avalando esta política para los más poderosos del campo. 

18 de diciembre de 2011
 *Secretario del PCR del Chaco