Comenzamos la charla con nuestra entrevistada comentando los cortes de calles en la zona por la falta de energía eléctrica en varias manzanas, de los cuales no sale nada en los medios. La compañera nos cuenta las características de su barrio, en una de las localidades más populosas de la zona: “mi barrio es distinto a un asentamiento, donde hay más gente joven. Mis vecinos son más grandes, tienen trabajos de hace años. Hablábamos en el corte con los vecinos, sobre los ocupados y los desocupados, y cómo afecta la crisis y la inflación a los ocupados, porque el sueldo es el mismo y las cosas van subiendo”.
“En eso vino el PTP”
Entrando en el tema de la entrevista, nos dice la compañera, que es una dirigente de la CCC y del PCR con muchos años de trayectoria en el lugar: “Nosotros venimos de una discusión histórica: ¿para qué queremos un Partido si yo pego el grito y juntamos 50 o 70 en un rato? A esto fue un debate, entre otros, ‘es cierto, pero si vos no estás, ¿qué pasa?’. Este es un debate de años, en el curso de los cuales se armaron y desarmaron células, porque de fondo estaba la idea de que la célula no hace falta. En eso vino el PTP. Al principio, una parte de la zona estaba en contra.
“Veníamos con debates grandes. Tuvimos varias reuniones con el secretario de la zona, a mí me quedó claro en la tercera, más o menos, porqué afiliar al PTP, y la necesidad de armar un frente. Yo pensé, sería como la Corriente. En la Corriente también tenemos compañeros de varias ideologías y religiones. Empezamos a afiliar al PTP, y nos sirvió. Uno iba afiliar a los compañeros del movimiento, y nos encontramos que empezamos a afiliar masivamente a los vecinos, familiares, gente que no conocíamos. Ahí veíamos el odio al gobierno, que hay en una parte, porque muchos se afiliaban.
“A veces te dicen lo que uno quiere escuchar”
Hay gente que te decía que no, porque estaba afiliada a otro partido, y aunque no te lo decía, te dabas cuenta que quería seguir afiliada a ese partido. Otros te decían que todavía había que darle un tiempo al gobierno, cosas así. No te cruzabas con mucha gente que te dijera esto, porque no se animaba. Hay que estar atentos, porque por ahí en una asamblea, ya sea de 50 o de 15, a veces los compañeros dicen lo que uno quiere escuchar. Hay que fijarse en eso, porque los compañeros no tienen que decir lo que uno quiere escuchar, tienen que decir lo que realmente sientan. A veces, uno va a distintas asambleas, y sale diciendo “la gente está contra el gobierno”, o le pasa tal cosa, pero eso fue lo que quise escuchar. Cuando pasa esto me sirve la feria, el trabajo, ir de compras, y escuchar lo que dice la gente. Una señora que dice en la carnicería “y al final, la carne barata no aparece”, y basta que yo le diga “y todo aumenta”, para que se arme la discusión. También me sirve ver en el supermercado que mucha gente compra para un mes, y lo financia a pagar con tarjeta en cuatro o cinco cuotas, y al otro mes hace lo mismo. De todo esto vos podés sacar un análisis de cómo está la situación.
—¿La afiliación al PTP te ayudó en esto?
—La afiliación al PTP me ayudó en muchas cosas. Te cuento una anécdota. La semana pasada estaba viajando en un coche a la noche, y había un corte en el barrio, por la falta de luz. Cuando estábamos por pegar la vuelta, uno de los que estaba cortando me hace señas que pasemos. “Parece que nos conocen”, dije. Nos pusimos a conversar, y el muchacho me dijo que habían estado en otros cortes, y que “una de las chicas que está con vos me afilió. Pero después no me dijeron más nada. Y como no salía nadie a hacer el corte, salí yo, porque no tenemos luz hace tres días”. Era un corte con cerca de 400 personas, dirigido por un afiliado al PTP. Por supuesto que ya lo enganchamos al compañero, pero te cuento para que veas. Cuántos de estos tendremos por ahí haciendo cosas…
Nosotros somos muy respetados en el barrio. Nos vienen a ver por muchas cosas. Si se quemó una casa, si hay lío con el municipio, cualquier cosa. A veces aparecen organizaciones nuevas, que se tapan la cara, parecen todos malos, y entonces uno les cuenta de Cutralcó, de las represiones que pasamos, como la del Puente La Noria en el 97, ya te miran de otra forma. Porque yo les digo, nosotros somos la CCC, pero somos el Partido, y cuando el Partido es correcto, la gente no anda con vueltas. Este Partido si dice que hay, hay, y si dice que no hay, no hay. Y eso lo entiende la gente. No es lo mismo salir a afiliar al PTP estando en el Partido que no estando. El Partido me salvó de muchas cosas, fue una escuela, una experiencia.
Las elecciones
La compañera nos cuenta cómo fue que llegó a ser candidata en la lista del FAP del distrito, y las discusiones que se dieron sobre esto. “A mí me costó un montón. Yo no quería ser candidata. Porque yo digo, para hacer lo que uno tiene que hacer uno no necesita ni una medalla ni un título. Si uno es el coordinador, o un socio más, haría igual lo que tengo que hacer. Todos tienen un rol, porque el que no es coordinador también marcha, también corta, también discute política. Yo era conocida en el barrio, pero cuando aparecieron los carteles con mi foto, ahí me hice recontraconocida. La gente me saludaba por la calle, y lo tomaba bien.
“Me costó sentarme con algunos de los del Frente, ahí comprendí lo que era sentarme con un burgués. Y ahí te das cuenta que ese vive en el barrio igual que vos, aunque nunca lo escuchaste hablar. Fue interesante, porque nos juntamos con otros sectores. Acá hicimos reuniones de PTP a las que vino gente que no era del movimiento, y un acto grande con los candidatos, juntamos como 600.
“Cuando el secretario de la zona hablaba de cómo va a ser la revolución, cómo van a saltar otros sectores, es así. Te tenés que sentar con estos, con estos tenés que hacer la revolución. Esta era gente con la que no sentabas a charlar antes. Vi en el Frente el respeto que hay por la Corriente”.
—Esta campaña de afiliación al PTP, ¿les sirvió para el PCR?
—Sí que nos sirvió. El PTP es una buena arma, cuando decís Partido del Trabajo y del Pueblo a la gente le gusta. Ahora vamos a seguir afiliando. La cosa se va a calentar, se va a poner fulera, y tenemos que afiliar a todos esos que están cortando por falta de luz, por ejemplo. El otro día yo “volaba” y pensaba que sería interesante tener un local del PTP acá. Para que se junte la gente. Algunos se van a terminar afiliando al PCR, otros quizás no, pero serán del PTP, o de la CCC. Un local no sólo para los desocupados, sino para los ocupados, para los jóvenes. En tantos partidos les dieron vuelta la cara, los traicionaron. Tener algo donde la gente no se sienta traicionada ni defraudada. Eso es el PTP. Porque tenemos que transformar la Argentina, y esto de la única manera que se puede hacer es haciendo la revolución. El PTP es un arma que la tenemos que usar y que es muy buena. Afiliamos alrededor de 300.
De éstos, hay una parte, cerca de 30, que se afiliaron al PCR en un mes. Ahora, es más fácil afiliarlos que reunirlos. Nos fuimos organizando, pero cuesta reunir las células.
—Y en las reuniones, ¿de qué hablan?
—Se habla mucho de la política, y ahí entra todo: el laburo, las cosas que aumentan, el gobierno. Estamos leyendo el Informe en dos células, con muchas dificultades. Ha habido debates muy buenos, sobre la prensa y las cotizaciones.
En un momento habíamos afiliado al PCR a un grupo de compañeros, pero por una cosa o por otra, al resto no. Hicimos una reunión, conversamos sobre el PCR, se afiliaron y se armó otra célula. Ahí vinieron otros enojados “¿Por qué a ellos? ¿Y nosotros qué?”. Y apareció otro grupo, diciendo lo mismo.
Ahí me di cuenta que la equivocación era mía. Porque con la experiencia del frente, ahí aprendí que nosotros teníamos que ser más para poder dirigir. Tenemos que ser muchos. Porque yo escucho que se dice que nosotros somos los hijos del Argentinazo, pero creo en realidad que nosotros, y no hablo de mi zona, sino de toda la Argentina, somos los padres del Argentinazo. Y tenemos que ser los padres de la revolución.