El gobierno de Cristina y las patronales imperialistas están de acuerdo en descargar los efectos de la crisis mundial del sistema sobre los trabajadores y el pueblo argentino. Lo venían haciendo con la inflación, y ahora, ganadas las elecciones están ajustando más a fondo: quita de subsidios y vía libre para tarifazos en gas, luz, agua, transporte, subte. Aumento de naftas y gasoil, tope salarial del 18% en el Estado nacional, provincias, y municipios, y lo mismo quieren para las paritarias de los trabajadores privados.
El gobierno de Cristina y las patronales imperialistas están de acuerdo en descargar los efectos de la crisis mundial del sistema sobre los trabajadores y el pueblo argentino. Lo venían haciendo con la inflación, y ahora, ganadas las elecciones están ajustando más a fondo: quita de subsidios y vía libre para tarifazos en gas, luz, agua, transporte, subte. Aumento de naftas y gasoil, tope salarial del 18% en el Estado nacional, provincias, y municipios, y lo mismo quieren para las paritarias de los trabajadores privados.
Nos hablan de “lo bien que estamos”, pero hay que prepararse. El Estado ha recaudado miles de millones, pagando deuda externa ilegítima, subsidios y propaganda, pero poco goteó para abajo, y lo que se ha conseguido ha sido a costa de largas y duras luchas. Ellos no quieren pagar nada, sin embargo el pueblo y la clase obrera son los que sufren. Claro, para endeudarse más porque las cuentas ya no le dan, y tienen que pagar al Club de Paris.
El gobierno, los monopolios y banqueros imperialistas quieren orden, y que paguemos sin chistar el ajuste. Para eso nos metieron la ley antiterrorista entre gallos y medianoche: duplican las penas y toda huelga, movilización, o corte, está penada por terrorismo.
El gobierno busca tener un núcleo duro de sindicalistas traidores como Antonio Caló y Andrés Rodríguez de UPCN (y también arrima a Pignanelli de Smata), en la defensa de su política. Estos quieren dar ejemplo en paritarias como las de la UOM, arreglando por el 18%, cuando el 80 por ciento de los metalúrgicos gana entre $2.000 y $2.500.
En el Estado las luchas se están sucediendo en muchos municipios y provincias frente a los ajustes, despidos, no renovación de contratos y pedidos de aumentos salariales. Todos responden lo mismo: “les daremos lo que acuerde el gobierno nacional”, es decir 18% o menos, si no veamos el ajuste en el Conicet.
Estos son los planes. Pero el kirchnerismo se agrietó. Moyano salió a jugar y realizó reclamos contra los topes y por el impuesto a los salarios, y dijo que la crisis no la pueden pagar los trabajadores. Micheli, de la CTA, ha hablado en el mismo sentido y hemos movilizado contra la ley antiterrorista.
Se van generando condiciones para un amplio frente que enfrente la ley antiterrorista y vaya coordinando las luchas en paritarias y de los estatales. Que se vaya coordinando la preparación del paro nacional de la CTA, en camino a una coordinación más grande, que logre un paro nacional de toda la clase obrera para parar el ajuste y que la crisis no la paguen los trabajadores y el pueblo.
La clave está en empujar por abajo las asambleas. La democracia de las decisiones, particularmente en la lucha de todos los estatales y docentes y en las paritarias que empiezan a realizarse, adelantándose a las que traidores como Caló firmen entre gallos y medianoche.
Coordinar por abajo y desbordando a los traidores, encabezando la lucha por lo necesario en los lugares de trabajo, y peleando la confluencia con el plan de lucha de los desocupados, en su justo reclamo de aumento de todos los planes sociales y del Argentina Trabaja, y de los jubilados por un inmediato aumento de la mínima y la vigencia del 82% móvil.