El estudioso Rubén Bourlot recuerda el espíritu patriótico del Gaucho Rivero en el número 140 de la revista El Tren Zonal. “Era peón de una estancia de Luis Vernet en el momento de producirse la usurpación de las Malvinas por parte de Gran Bretaña, el 3 de enero de 1833”.
El estudioso Rubén Bourlot recuerda el espíritu patriótico del Gaucho Rivero en el número 140 de la revista El Tren Zonal. “Era peón de una estancia de Luis Vernet en el momento de producirse la usurpación de las Malvinas por parte de Gran Bretaña, el 3 de enero de 1833”.
“Instalados los ingleses reemplazan la Bandera argentina por la suya y se apoderan de todos los bienes, incluidas las propiedades de Vernet. Las relaciones entre los nuevos patrones y los peones (14 personas) desde el principio fueron tensas y la mecha que encendió el conflicto fue la negativa de la proveeduría, ahora en manos inglesas, de recibir los bonos con que Vernet pagaba los sueldos. Los ingleses exigían abonar en monedas de plata”.
“En la noche del 26 de agosto estalló la rebelión que no se limitó a manifestarse ante los administradores de la estancia. Los conjurados se dirigieron hacia la comandancia situada en Puerto Soledad (hoy Argentino) y en el camino se encontraron con el capataz Juan Simón que intentó resistirse y fue muerto por Rivero. Posteriormente tomaron la comandancia y sustituyeron la bandera inglesa por la celeste y blanca. Los ingleses y franceses que habitaban el lugar (unos 17) huyeron a refugiarse en los islotes cercanos. En tanto Rivero y su grupo se hicieron fuertes y permanecieron en el lugar hasta el 10 de enero de 1834”.
“Este hecho constituye un verdadero acto de soberanía que sienta un precedente más en nuestro reclamo por el territorio irredento”.
“La llegada de refuerzos británicos obligó a desalojar Soledad. Los gauchos se internaron en la isla y resistieron hasta el 14 de abril cuando fueron apresados y derivados a Inglaterra. El gobierno inglés abrió una instrucción para procesarlos pero el Almirantazgo consideró más conveniente devolverlos a su lugar de origen. En 1835 los liberaron en Montevideo, perdiéndose sus rastros. Según Leguizamón Pondal, Rivero participó en la batalla de la Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845, contra los mismos enemigos”.