“¡El pueblo quiere la caída del régimen militar!”. Unidos en la consigna, miles de egipcios volvieron a marchar el viernes 10 desde diversos barrios de El Cairo hacia el Ministerio de Defensa, un día antes de cumplirse el primer aniversario de la histórica rebelión que el 11 de febrero de 2011 dio por tierra con la tiranía proyanqui de Hosni Mubarak.
“¡El pueblo quiere la caída del régimen militar!”. Unidos en la consigna, miles de egipcios volvieron a marchar el viernes 10 desde diversos barrios de El Cairo hacia el Ministerio de Defensa, un día antes de cumplirse el primer aniversario de la histórica rebelión que el 11 de febrero de 2011 dio por tierra con la tiranía proyanqui de Hosni Mubarak.
Mubarak cayó, pero no su régimen, que sigue prácticamente intacto con la dictadura del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) encabezada por el mariscal Tantaui, y con las mismas estructuras económicas, administrativas, jurídicas y legales.
El Ejército sigue gozando de los mismos privilegios y tiene el mismo control de empresas y obras públicas que tenía con Mubarak, y ahora la Junta gobernante quiere legitimar ese poder a través de la “salida” electoral condicionada que la propia Junta convocó y organiza para junio. Soldados, camiones blindados, alambradas y muros de cemento protegen ahora el edificio del Ministerio, en el distrito de Abbasiya.
Los manifestantes convergieron allí con dos reclamos centrales: entrega inmediata del poder a autoridades civiles, y juicio y castigo a los responsables militares y civiles de la salvaje represión que costó más de un centenar de vidas durante el levantamiento popular de enero del año pasado y en las movilizaciones durante el año que siguió.
Los jóvenes, a la cabeza
El sábado 11, el estudiantado universitario cumplió la jornada de huelga general que las organizaciones juveniles -entre ellas el Movimiento 6 de Abril- habían convocado junto con la campaña de desobediencia civil y el boicot de los productos elaborados en las fábricas del ejército, que en muchos casos son monopólicas (como en la fabricación de garrafas de gas).
“¡Abajo el poder militar!” y “¡Estudiantes y trabajadores contra la opresión y la explotación!”, se coreó en la Universidad de El Cairo.
Como en oportunidades anteriores, la lucha es boicoteada por la dirigencia de la Hermandad Musulmana, que por su inveterado electoralismo y convencida de su próxima victoria en las urnas ha acordado una tregua con la dictadura militar y compartir de hecho con ella el futuro gobierno.