Como anunciáramos en el número 1403 de este semanario, luego del 23 de octubre de 2011, Cristina Fernández de Kirchner marcó en la cancha el nuevo esquema de ajuste comenzando por los estatales. Esa política de ajuste, hoy evidente hasta en lo más mínimo de la vida cotidiana, tiene un ejecutor en la tierra entrerriana: Sergio Urribarri.
Como anunciáramos en el número 1403 de este semanario, luego del 23 de octubre de 2011, Cristina Fernández de Kirchner marcó en la cancha el nuevo esquema de ajuste comenzando por los estatales. Esa política de ajuste, hoy evidente hasta en lo más mínimo de la vida cotidiana, tiene un ejecutor en la tierra entrerriana: Sergio Urribarri.
En el discurso pronunciado en la mañana del 15 de febrero ante la Asamblea Legislativa, planteó algunas cuestiones contradictorias ante objetivos muy claros. Allí expresó que: «Nuestra economía estatal nos lleva a tener un presupuesto provincial de 4.600 millones de dólares que, comparado con el presupuesto 2008 de 2.100 millones de dólares o de 2004 de 796 millones de dólares, es claramente superior». Pero el gobernador se apresuró a sentenciar: “No tengo dudas que el signo de este nuestro segundo tiempo, del último mandato, es, al igual que la Argentina, que deberemos estar dispuestos a hacer sacrificios para mantener el bienestar logrado y quizás otros más para poder lograr las metas que nos proponemos como sociedad”.
Recién una semana antes del inicio del ciclo lectivo 2012, el gobierno de nuestra provincia citó a los docentes a la mesa de negociación. Sólo les ofreció un ridículo incremento salarial del 19,7%. Y sólo después de la negociación con los docentes, se reunió con los representantes de los trabajadores estatales. Ante esto, Víctor Sartori declaró a AIM: “Hay malestar” en las bases de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) ante la “falta de una discusión concreta por recuperar el salario de los trabajadores, ya que no se puede decir que se está en un espacio de discusión salarial y no hablar de montos”.
No sólo la ausencia de propuestas salariales concretas molesta a las bases. Sartori también apuntó que la actitud del secretario general, Miguel Ángel Pelandino, y de la comisión directiva es un síntoma de la “connivencia de la cúpula del sindicato con el gobierno”.
El dirigente de la CCC remarcó que los trabajadores del Estado “están muy enojados con la conducción del sindicato, ya que no toleran que en un espacio de discusión salarial no se hable de montos, ni se plantee concretamente que el salario básico actual está por debajo de la canasta básica familiar”. Con respecto a la convocatoria, el compañero no dudó en plantear que “es lamentable que se aguarde a las paritarias docentes nacionales para hacer una oferta a los trabajadores del Estado entrerriano”, y adelantó que “será inaceptable que se hable de una recomposición que no supere el 18 por ciento, ya que los impuestos y el costo de vida aumentó más de un 100 por ciento”.
A esto se suma la situación al interior de ATE: “el disgusto se propaga cada día más en los trabajadores del sindicato, ya que todos los empleados del Estado se dan cuenta de la obscena connivencia de la conducción con el gobierno de Sergio Urribarri, lo que va en detrimento del propio gremio, ya que el Ejecutivo es la patronal y es a ella a quien tenemos que arrancarle nuestras exigencias”.
En este sentido, Sartori remarcó que en los Congresos del sindicato “no hay oposición a las definiciones de la conducción gremial por el sistema injusto de distribución de los cargos establecido en el Estatuto, donde el que gana se lleva todo”, y rememoró que la agrupación Clasista 1° de Mayo ganó varios departamentos, entre ellos Paraná, por lo que “más allá de que hoy no tenga voz en los espacios de representación tiene una clara legitimidad para plantear espacios de lucha que reivindiquen a los derechos de los trabajadores nucleados en el sindicato”.
