Comenzamos preguntándole al compañero Robbiano cómo impacta la crisis en la industria metalúrgica:
Comenzamos preguntándole al compañero Robbiano cómo impacta la crisis en la industria metalúrgica:
“Lo que nosotros hemos registrado en la zona es que en Peugeot hay una caída importante de la producción, no se han renovado contratos, y hubo suspensiones. Todo muy tapado. Peugeot se deshizo de muchos equipos técnicos y frenó la producción de un nuevo modelo. Algunos comentan que hay planes para llevarse la planta de la Argentina, otros dicen que la situación se va a agravar para mediados de año.
La fábrica de cocinas Escorial despidió hace poco 25 compañeros. Ventalum despidió 50 trabajadores, en su mayoría contratados aparentemente por cambios de la producción de Mercedes Benz. Está la situación de Indiel, en La Matanza, donde se ha formado una cooperativa, porque la patronal abandonó la planta a fin de año. En Tatsa, una fábrica de Cirigliano que comparte predio con Emfer, hubo suspensiones que se evitaron porque la Comisión Interna de Emfer propuso que esos compañeros fueran incorporados a la producción de Emfer, en una medida solidaria muy buena. Había un parate de la producción por falta de materia prima.
“La crisis viene impactando de manera desigual. En San Martín la principal producción industrial es la metalúrgica y estamos investigando cómo siguen estos primeros síntomas de la crisis, cómo va afectar la inflación a las empresas ligadas al mercado interno. La oleada anterior, que comenzó en el 2008, golpeó mucho a las autopartistas, Bosch, Paraná Metal, Malhe”.
—¿Qué está pasando en RBI, la ex Bosch?
–RBI está parada desde el 16 de enero de este año. Intervino el Ministerio de Trabajo de Nación. Nadie conoce el resultado de su gestión. Intervino el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires y se encontró una solución pasajera para fin de año. Aparentemente habría un empresario interesado en hacer arrancar la empresa, lo que hasta ahora no ha sucedido, ni parece que vaya a arrancar. Se están llevando máquinas y elementos de la fábrica. Lo que pasa que se habló de sustituir importaciones, de fabricar productos nacionales, lo que estaría muy bien, pero no sé si hay una real voluntad política de fomentar la industria nacional o sólo le interesa al gobierno frenar importaciones para juntar los dólares que necesita para pagar la deuda externa.
La situación es muy difícil. Los compañeros están cobrando $600 por semana, pero muchos ya están buscando trabajo, o haciendo changas. Va muy poca gente a la fábrica, y la Interna no tiene iniciativas en la pelea por defender la fuente de trabajo.
—¿El gremio está en discusión de paritarias?
–El gremio empezó la discusión de las paritarias hace diez días. En las paritarias se discute el salario de la rama 17, que es la rama mayoritaria dentro de la UOM. La mayoría de las otras ramas tienen un salario equivalente al de la rama 17, salvo siderurgia, electrónica, autopartes, que se negocia aparte. Son convenios que están arriba de lo que sería el salario testigo de los metalúrgicos, que es la Rama 17.
—¿En qué situación están los trabajadores metalúrgicos, desde el punto de vista salarial?
–Un operario metalúrgico tiene un salario de convenio de $15,11 la hora. Eso representa un salario bruto de $2.855 por mes. Con descuentos, te quedan $2.298 por mes, trabajando 189 horas. El operario metalúrgico, y el calificado, si tomamos los índices de pobreza de algunas provincias, no el de Moreno, están por debajo del nivel de pobreza, que es de $3.100.
Frente a esto hay mucha queja, mucha bronca. Por ejemplo quien trabaja en una inyectora, gana mucho más si está en el gremio de los plásticos. Las grandes fábricas esperan después de las paritarias para mejorar adicionales o premios
Esto lleva a que esté muy atomizado el gremio, desde el punto de vista salarial. El 70% de los trabajadores pertenecen a fábricas chicas y medianas, que no pagan más que las categorías de operario, y operario calificado. En pocos lugares se paga algún que otro premio.
—¿La UOM que está pidiendo?
–La dirección del gremio pide entre $4.200 y $4.500. Es un pedido insólito, nadie pide entre tanto y tanto. Ya le están diciendo a las patronales que van a negociar desde $4.200 para abajo. Otros dicen que se habría pedido un 25% y la incorporación de los $900 no remunerativos cobrados los tres primeros meses del año. Aunque en realidad últimamente en la UOM las paritarias son un secreto de estado.
Las cámaras empresarias ofrecieron 15% de aumento, porque dicen que están muy afectadas por problemas de importación. La UOM afirma que el salario básico del metalúrgico está en $3.500, lo que es mentira. Calculan $15 la hora, por 200 horas. Estos muchachos se olvidaron que los metalúrgicos tenemos entre 186 a 189 horas de trabajo mensuales. Debe ser un olvido de los muchachos del Secretariado Nacional, que hace tanto que no pisan una fábrica que no se acuerdan… Todo muy confuso.
—¿Qué propuestas tienen los clasistas ante este panorama?
–Nosotros levantamos la propuesta que el salario de cualquier trabajador tiene que ser el equivalente a la canasta familiar. Sabemos que hablar de un salario de $7.000, $7.200, para un compañero que está ganando $2.400, resulta difícil. Por eso desde San Martín propusimos pelear por un salario básico de $5.000, en camino al salario equivalente a la canasta familiar. En esto partimos de la propia experiencia de Bosch, donde nos llevó tres años conseguir el salario equivalente a la canasta familiar.
Compartimos el argumento de Micheli, que nosotros venimos planteando desde hace mucho tiempo. No se puede hablar de porcentaje. Hay que hablar de lo que necesita un trabajador para poder afrontar una inflación que aceleradamente te come el valor del salario. Por eso la pregunta no es ¿qué porcentaje pedís? Sino ¿cuánto tiene que ganar un metalúrgico?
Te hablan de distribución de la riqueza, la presidenta, Caló; en metalúrgicos no la vemos. Argumenta que “ahora hay trabajo”. Tienen razón. Pero si cuando hay trabajo no peleamos por mejores salarios, no sé cuándo lo vamos a pelear. La UOM siempre estuvo por detrás de la situación. Cuando estábamos en medio de la crisis, ‘96, ‘97, ‘98, te decía, “lo importante es que paguen la indemnización”. No te la pagaban, y la UOM no hacía nada para que te la pagaran. Ahora que tenemos trabajo y es el momento ideal para mejorar el ingreso porque el país ha creció, y creció la productividad, te dicen “conformate porque lo importante es que tenemos trabajo”.
La dirección de la UOM, año tras año, salvo algún que otro punto, viene respetando las pautas salariales que marca el gobierno. Ha sido el gremio más obediente a las pautas salariales del gobierno. Por eso estamos como estamos. Son defensores del “modelo”.
Yo recuerdo una polémica que hubo hace muchos años en la UOM de San Martín con compañeros de la Lista Verde, cuando nosotros proponíamos pelear por el valor de la canasta familiar. Un compañero, hoy directivo del Sindicato, nos respondió que ellos también estaban de acuerdo, pero que no hacía falta pelear, porque con las pari tarias y la política de “crecimiento” del gobierno íbamos a llegar a cobrar ese valor. Hoy no llegamos ni al 50%.
—¿Qué se discute entre los compañeros?
–Hay mucha bronca por la situación salarial. El otro día estaban compañeros de un taller de Ballester escuchando la radio, oyeron que el básico está en $3.500, y entraron a llamar a la radio. Es grande la bronca y mucha la preocupación, la inflación castiga duro.
Hubo un congreso de delegados de la UOM San Martín, con dos debates principales ¿cuánto se pedía? Y si se facultaba al Secretariado nacional a cerrar las negociaciones.
Esto es muy importante porque los metalúrgicos nos enteramos de las negociaciones paritarias por los diarios. Se decidió pedir un salario de bolsillo de $5.000 y en el segundo punto, a diferencia de otros años, hubo gran cantidad de abstenciones. El argumento del secretario de la Seccional fue que si no se le daba mandato a la dirección del gremio, eso podía causar algún perjuicio a la seccional.
Nosotros planteamos que el perjuicio principal son las negociaciones que hace la dirección sindical de la UOM, con estas escalas salariales de hambre negociadas año tras año a espaldas de los trabajadores. Un ejemplo es el Congreso de Delegados de San Martín, que lo hicieron un día después de que el Secretariado Nacional presentara la propuesta salarial en la negociación paritaria. Una vergüenza, una burla. Y esto pasa también en otras seccionales, donde los secretarios dejan aprobar propuestas que después dicen “el Secretariado Nacional no las aprobó, no es culpa mía”.
El “Barba” Gutiérrez se sinceró en un Congreso de Delegados de Quilmes, cuando dijo “la situación está complicada”. Ellos defienden “el modelo”, y para salvar este “modelo” vamos a tener que poner el lomo los trabajadores otra vez. Por eso no es poca cosa que Hugo Moyano haya dicho que la crisis no la tienen que pagar los trabajadores. Que Pablo Michelli plantee la necesidad de un paro general con un programa concreto como aumento de salarios, asignaciones familiares, no al impuesto a las ganancias en los salarios.
Desde ahí tenemos que fogonear los metalúrgicos, con un programa y con medidas de lucha como venimos planteando en San Martín para ir uniendo desde abajo, desde cada sección, desde cada fábrica.